6 superheroínas que te podrías follar
Hieros Gamos
Hace tiempo escribí en este mismo blog un artículo hablado de los arquetipos que representan los superhéroes de los cómics y como nos los podemos encontrar en la vida real, no sólo en la rutina del día a día como en el trabajo o la panadería, sino en la cama, en el noble arte del folleteo. Pues bien creo que ha llegado la hora de hacer una nueva lista pero esta vez con las superheroínas, para darle una visión a la otra cara de la moneda.
La Catwoman
Foto: Gage Skidmore
Conoces a esa chica que te hace tilín desde hace mucho, os conocisteis en algún lugar un poco insulso como la biblioteca, la caja del supermercado o la cola del INEM. Siempre te gustó su aspecto frágil con sus gafas de pasta grandes, su pelo siempre recogido en una coleta o esos jerseys de lana que suele llevar. Todo un angelito encantador al que te gustaría abrazar hasta que el tiempo desapareciese. Un día consigues quedar con ella y después de unas copas (para ella sin alcohol, por supuesto) te invita a subir a su casa. Al llegar te dice que se va a poner un poco más cómoda. Tú te frotas las manos pensando en que esa noche vas a tener tema y razón no te faltaba, pero te das cuenta de que quizás no era lo que esperabas al verla entrar con un mono de látex negro ajustadísimo, unos tacones de palmo y medio, un antifaz en la cara y una fusta en las manos. Te sonríe con picardía mientras te pide que te pongas a cuatro patas. Esta noche no la vas a olvidar.
La Poison Ivy
Foto: Edward Liu
Esa chica alternativa que frecuenta la casa okupa del barrio. La conociste en una rave y te entusiasmo con su espíritu jovial, sus rastas al viento, la camiseta de Bob Marley y esa sonrisa eterna que te vuelve loco. Empezaste a hablar y erais pura sintonía: que si los chacras, que si el karma, los espíritus de los ancestros… a ti te sonaba un poco raruno pues lo más místico que has hecho en tu vida fue durante la primera comunión, que intentando despegar la puñetera hostia del paladar viste la cara de Dios… o al menos te acordaste de él. La cuestión es que un día la invitas a tomar unas infusiones a tu casa y ella te lleva un té especial traído de no se donde. A la media hora empiezas a ver colores por todos lados, tus manos te parecen enormes y la alfombra asombrosamente suave. Enhorabuena compañero porque acabas de descubrir el peyote y follar no sé si vas a follar, pero reírte…
La Mujer invisible
Foto: Jason Grey
Has sido pagafantas. Varias veces. En este mismo mes. Te han hecho cobras toda la vida y lo sabes, tanto que a estas alturas te podrían convalidar cuatro asignaturas en la carrera de faquir pero tú no desalientas. Ahí está ella con su melenaza rubia y ese cuerpo que ha hecho que uno de tus brazos de desarrolle en exceso. Cada vez que intentas tirarle la caña es como si estuvieses solo, pasa de ti olímpicamente, tanto que ni si quiera se molesta en ponerte cara de asco o algo. Todos tus torpes intentos de seducción la atraviesan como si fuese de cristal. Pero un día por alguna razón te empieza a devolver las miradas e incluso se digna a hablar contigo. Te emocionas como una adolescente frente a su ídolo y te vienes arriba. Ella parece que corresponde y en el momento en el que vas a besarla… zasca, se te ríe en tu cara, ella y sus cuatro amigas que estaban mirando la escena. Tú te quedas con cara de circunstancias pensando en que ha pasado para que se tuerzan los planes de esa manera y, mientras tanto, ella desaparece como por arte de magia.
La Wonderwoman
Foto: Edward Liu
Esta mujer es todo energía. La conociste en el gimnasio, ese lugar al que te apuntaste a primeros de año con toda tu buena voluntad y si no se te hubiese cruzado en el camino ella, ya habrías abandonado miserablemente. Un cuerpo fibroso como traviesas de tren y unos abdominales que ya te gustaría a ti tener. Llevas tiempo tirándole los trastos como casi todos los tíos del gimnasio pero en un momento dado, se ve que has sido ridículo de una forma tan original e inesperada que accede a quedar contigo. A donde llevarla en esa cita es lo de menos porque esta chica sabe lo que quiere y cuando lo quiere y en este caso eres tú y ahora. Te lleva a su casa, te empotra contra la pared del recibidor, te lanza sobre la cama y se te abalanza como una valkiria. Te folla en todas las posturas que habías imaginado, en varias que habías soñado y en algunas de las que no tenías constancia. Pensaste que te iba a molar hasta que te das cuenta de que esta mujer te viene grande y estás suplicando por tu vida… en un murmullo bajito, no sea que te escuche.
La Harley Quinn
Foto: Nathan Rupert
Parecía que iba a ser divertido estar con ella. Una tía guindilla, movida y curiosa que constantemente está haciendo cosas. Un poco loka lo cual te encanta como por ejemplo cuando paseando tocó a todos los timbres de un portal, que divertido fue. O cuando robó una botella de whiskey de una tienda, que locura jajaja. Cuando os detuvo la policía ya no te hizo tanta gracia pero oye, son cosas que pasan. Pero cuando empiezas a intimar te das cuenta de que en realidad está como una puta regadera: lo mismo se te pone a llorar que a reír, o se enfada contigo y no sabes por qué. Al final acabas hasta las narices y la mandas al cuerno pero amigo, no va a ser tan fácil. Al día siguiente se te presenta en el trabajo, otro día se pasa por la casa de tus padres para conocerlos. Otro día te pilla por la calle y te monta un cristo padre a gritos por vete tú a saber qué. Una noche de sexo loco te va a costar muy cara.
La Black Canary
Foto: Pat Loika
Por fin das con una chica que parece normal. Ni tiene ramalazos alternativos raros, ni gustos especiales por el cuero, no toma drogas, bebe poco, fuma menos, tiene un trabajo en una tienda de zapatos y además es una chica bonita, de esas de rostro dulce y mirada sincera. Pero lo más importante es que parece que le gustaste desde el principio. Congeniasteis a la primera, aquella tarde que la pasateis hablando de lo humano y lo divino. La primera cita incluso terminó con un romántico beso en la puerta de su casa. Ella quiere ir despacio y a ti te parece bien. Finalmente llega el día que la invitas a cenar a tu casa. Ensalada, salmón al horno y unos pastelitos de postre pero la pasión se desata y los pastelitos se van a quedar para el desayuno. Vais a la cama y hacéis el amor como si fuese una película. Todo va perfecto, incluso tú estás funcionando especialmente bien y cuando llega el momento del clímax… se desata la fiera. Ella que empieza a gritar en un orgasmo cósmico, legendario, unos gritos que parecen atravesar el espacio y el tiempo hasta dejarte pálido. El polvo a estado bien pero las explicaciones a la policía, los bomberos, dos ATS y media docena de vecinos en el descansillo han sido un poco incómodas.