Cuerpos fundidos (Dos de Corazones)
Dos de Corazones
Una semana de mierda, sí, eso es lo que ha sido, una semana horrenda; el trabajo me jode, mis amigos me aburren y de parejas estoy hasta allí mismo.Quiero hacer algo distinto, algo que reviente mi mente, que me saque de lo que soy, de lo que la gente espera de mi; joder, estoy cansado y se me ocurre que para relajarme voy a tocarme un poquito, me lo merezco.
Abro mi página porno por excelencia, empiezo a buscar rostros interesantes, que me estimulen, rostros normales, en definitiva, nada de muñecas con muñecos de porcelana, quiero realidad. Entre clip y clip que no convence, una publicidad sobre intercambio de pareja y otros juegos sexuales me llama la atención con sus colores; click y automáticamente salen en primera plana múltiples opciones que me parecen burdas y descarto viendo que no es mas que un engañabobos. Pero el germen está plantado,la idea se mantiene en la mente, así que cerrando todo pregunto a san google por orgías en la capital.
Automáticamente aparecen cientos de páginas con un nombre y un slogan a cada cual más ridículo. Decido dar directamente a la página 10 por aquello de meterme más en los bajos fondos, en los sitios donde la gente nunca llega y ahí está, una entrada discreta,
“EL ESPACIO DONDE TU PLACER Y EL DE LOS DEMÁS SE FUNDEN EN UNO SOLO”
Nada más que eso, clickeo y me lleva a una página sobria, sólo la frase de entrada y un teléfono, curioso, sencillo y quizás verdadero. Me decido a llamar, es un móvil así que no hay trampa.
Llamo por teléfono, una voz se presenta como Hieros Gamos y me pregunta en qué puede ayudarme. Yo tímidamente le repito la frase, lanza una risa leve y me dice que este sitio, este local, es real y que lo que hacen es arte sexual, nada de cosas cutres de películas, que aquí el placer es el que manda y que si estoy preparado y puedo dejar los convencionalismos me mandará información. Le doy mi cuenta de correo y con un hasta pronto se despide y cuelga.
¿Qué estoy haciendo? ¿Me estoy metiendo realmente en esto? Me voy a la ducha, mi erección hacía tiempo había bajado y ya no tengo ni ganas de tocarme, solo espero el mail, así que hago tiempo.
Recién salido de la ducha en la bandeja de entrada aparece un mensaje marcado como spam, lo reviso y el remitente Hieros me da la pista, es lo que esperaba.
Leo atentamente el mail. Tal y como me dijo, los convencionalismos y clichés quedan fuera, es el placer por el placer, un equipo de personas, tres hombres y tres mujeres que participaremos si así lo decidimos, un maestro de ceremonia, él, y un colaborador al que llaman el proveedor, que se encargará de los juguetes.
Estoy sudando, ¿de verdad está ocurriendo? Quiero atreverme pero mi educación, la que me han dado es reticente; entonces recuerdo lo mierda que está siendo esta semana y acepto, una hora, una dirección, dentro de dos días, y confirmo, ya está hecho, no quiero dar marcha atrás. Cansado me voy a la cama y sorprendentemente duermo del tirón.
Los días pasan.
Por fin llega el momento, es el día esperado, no dudo; bueno, sí lo hago pero sigo adelante. Me preparo, bolsa de deporte para la ducha, el mail era claro; salgo de casa como un furtivo y me dirijo al local, un piso en una calle perdida de la villa, uno de esos pisos grandes. Por la calle siento que la gente me mira, como si supiesen a dónde voy. Llamo al timbre, llego temprano, soy así. Una voz me dice que suba al tercero. Lo hago por las escaleras, necesito acción para relajarme. Una puerta se abre,
-¿Hieros Gamos?
-No, soy delCano, el proveedor, por aquí por favor, pasa. ¡Relájate hombre! Tranquilo, mira, aquí tienes el baño, dúchate y te vuelves a vestir, nada de colonia ¿vale? Después te diriges a esa puerta, cualquier cosa llamas, que estoy aquí en el pasillo ¿OK?
Perplejo entro en el baño, muy limpio y escueto, me ducho, seco y visto en cinco minutos, salgo. El proveedor espera, guarda mi bolsa en un armario, quiero pagarle la tarifa indicada pero me dice que mañana se ponen en contacto conmigo, sonríe y me lleva a través de la puerta.
Es una estancia en penumbra; un hombretón vestido de negro me da la bienvenida, no me llama por mi nombre, me llama blanco y ata una cinta del mismo color en mi muñeca. Supongo que será Hieros, el maestro de ceremonia.
En el centro de la sala hay un tatami acolchado, grande como del tamaño de dos camas gigantes, y rodeándolo seis sillas. Entornando los ojos, me doy cuenta de que dos personas esperan: un hombre y una mujer, lazo azul el primero y lazo rojo la segunda. Con una media sonrisa saludo y el anfitrión comenta:
– Otro componente que se ha dado prisa. Esperaremos al resto, en breve empezaremos.
Me siento y miro al suelo, los minutos pasan, me voy relajando y cruzo miradas furtivas con Azul y Roja, pienso en lo de convencionalismos fuera que decía Hieros y pienso que menos mal que el chico es guapo, al menos normal, y ella tiene ese yo qué sé, que hace que te atraiga. De repente se abre la puerta y aparecen dos personas, un chico, lazo Morado y una chica, lazo Verde, ambos atractivos, o al menos a mi me gusta lo que veo, no sé, nunca me había fijado tanto en los chicos, será que esta estancia libera, vacía y sólo deja que veas belleza, no sé, pero ahora estoy animado y quiero que empiece.
Las primeras risas y susurros nerviosos surgen, Hieros aparece en escena y nos comenta que la última compañera está preparándose y que en seguida vendrá. Nada más decirlo la puerta se abre y aparece una chica de lazo Naranja. Parece cohibida y temerosa, no sé, pero mi sonrisa se adelanta y ella responde con un leve movimiento de cabeza, parece aterrada.
El señor delCano nos ofrece agua y un licor fuerte de frutas para caldear el ambiente. Está rico y el agua fluye por mi garganta reseca por la excitación. El señor Hieros da unas instrucciones básicas junto a una pequeña introducción.
No se si es el calor, o el licor que me excita pero apenas presto atención, únicamente me quedo con que él será el que dirige el juego, que tengamos cuidado con nuestros compañeros, que busquemos su placer y así ellos nos proveerán el nuestro. En ese momento una pregunta salta a la palestra, es la chica Roja, que pregunta si habrá juguetes, a lo que el proveedor responde que de eso se irá encargando él en el momento oportuno.
Un minuto después todo comienza, La voz de Hieros, profunda y pausada nos sorprende: «Roja, blanco, id al centro, por favor.»
Yo sobresaltado me incorporo, ¿por qué soy el primero? Joder, no me esperaba esto, mis manos tiemblan; salgo al centro de la luz, el suelo-colchón es firme pero suave; me encuentro con Roja cara a cara sin saber qué hacer, veo en sus ojos la misma expresión de ¿y ahora qué? Decido que voy a besarla pero, como intuyendo mi reacción, Hieros se apresura y dice, «tranquilos, sólo desvestíos. Blanco, quítale la ropa, con cuidado, recuerda que tiene que sentir placer, el momento es suyo.»
Yo soy un especialista en eso de pensar en los demás, así que actúo con presteza. La voy desvistiendo, quito los botones de su camisa, después desabrocho sus pantalones y los bajo con cuidado, haciendo que rocen suavemente su piel, y veo en primera linea como se eriza, me encanta, la descalzo y quito finalmente los pantalones, retiro la camisa y me quedo quieto invitando a que ella haga lo mismo. Hieros no habla, parece que le gusta como va sucediéndose el juego, ella empieza con mi camiseta, sus dedos cogen la parte baja, me agarra la cintura y va subiendo sus manos mientras la tela escapa de mi cuerpo, mis pezones se erectan y alzo los brazos para facilitarle la tarea; tira la camiseta a un lado y me desata el cinturón, los botones y cuando empieza a bajarlos pienso en que fue mala idea salir sin calzoncillos del baño pero ya esta todo hecho y mi media erección aparece en escena, me quita los zapatos y saca el pantalón. Hieros en ese momento me pide que la rodee con los brazos y retire la ropa que falta. Es curioso pero sólo escucho la voz de Hieros y veo a Roja, el resto está difuminado.
Mis brazos la rodean y desatan su sujetador, unos pechos generosos me saludan y sus ojos brillan, ¿será deseo? No lo sé, me centro en sus bragas y las quito también, nos quedamos unos segundos quietos. Entra en escena Azul, el chico que llegó primero; Hieros le ha pedido que se una a nosotros, y que le desvistamos, pero antes nos pide que le besemos. Nunca he besado a un chico pero ya no soy yo, soy el momento, así que junto mis labios suavemente con los suyos mientras le quito la chaqueta y desabotono su camisa; Roja se ocupa de sus pantalones mientras besa su pecho, es increíble como el tiempo se esta ralentizando.
Una vez desnudos los tres, juntamos los cuerpos en espera de otra orden de Hieros, mientras beso el hombro de Roja y hago lo propio con Azul. En ese momento una figura aparece, un vestido gris y corto se ilumina, la chica con el lazo Verde se acerca. A estas alturas sabemos de que va el juego y mirándonos los tres la aceptamos abriendo los brazos, yo, me arrodillo cuando llega y besando sus piernas le quito los zapatos de tacón; su mano acaricia mi cabeza y cuello, Roja la esta besando mientras que Azul abre la cremallera de su vestido y éste cae al suelo, yo me incorporo y tomándola de la cintura la desplazo dejando el vestido a un lado.
Tomándome por sorpresa, aparece el lazo Morado tocando mi mano que lleva directamente a la cuerda de su pantalón de deporte. Desato el nudo mientras mis compañeros le desvisten y besan, es una fiesta en toda regla, ya nada más importa. Me acarician el cuerpo mientras suelto el pantalón de Morado; Verde que parece excitadísima me pregunta con la mirada y dejo que se los quite ella; yo acaricio el cabello de Verde mientras toco los brazos de Azul que me mira mientras besa a Roja; joder, qué es esto, me encanta, no hay chicos ni chicas, solo gente con la que compartirse. Este pensamiento me asalta mientras los cuerpos y las pieles rozan mi polla erecta, esto es el no va más.
Me estoy calentando así que me agacho para comer el coño de Roja mientras le toco la verga a Azul pero Hieros aparece con un bastón, me impide bajar, me levanta y hace que suelte la polla de Azul, me mira y dice: «tranquilos, seguid el juego y haced caso a las pautas, os sabrá mejor.» Sonríe y vuelve a salir del tatami. En ese momento veo que la chica con el lazo Naranja está de pie, a un metro de nuestra melé de pasión; no está decidida, lo veo en sus ojos. Sonrío, me dirijo hacia ella y le tiendo la mano. Me mira, hace ademán de tomarla y recula. Doy un paso saliendo del círculo y le tiendo las dos. Esta vez las acepta con cuidado y lentamente la atraigo hacia el círculo, lo deshago y la dejo en medio. Todos parecemos conjugados, todos sabemos y vemos su mirada temerosa, así que no hace falta decir nada. Nos relajamos y actuamos despacio, cojo su mano y estiro su brazo, beso su palma mientras Roja hace lo mismo; Morado ladea su cabeza mientras le besa la mejilla y quita los botones de su jersey; Verde suelta los botones de su camisa y todos podemos ver su piel, que comienza a erizarse. Joder, mi erección parece de roca. Dejo su brazo para poder ayudar entre todos a quitarle la ropa. Roja y yo ayudamos con la falda que retiramos junto con las bragas mientras besamos su cadera suavemente y nos miramos con deseo. Cuando retiro su ropa y la lanzo fuera del tatami, veo su sujetador volar, y sonrío al ver que es ella la que se lo ha quitado. Todos nos incorporamos y juntamos nuestros cuerpos, todos estamos erectos, tanto chicos como chicas, hace calor y empezamos a sudar.
La voz de Hieros nos pide que nos sentemos en el suelo y que hagamos dos grupos: Morado, Naranja y yo por un lado, por otro Azul, Roja y Verde . En ese momento, el proveedor entra en escena con una bandeja donde hay unos botes; parece aceite lubricante, no sé, pero huele bien. Hieros nos indica que vamos a relajar nuestros cuerpos después del subidón y así lo hacemos.
El tiempo corre despacio, o rápido, es posible que ni siquiera tenga conciencia de ello, solo puedo sentir mis manos tensando y soltando piel, tanto de Morado como de Naranja. Nos tocamos con suavidad y firmeza, al ritmo de las respiraciones que se entremezclan. Naranja, que en un principio era mas reticente, ahora participa activamente en el masaje, toca mis piernas y con el codo en ocasiones roza mi sexo; por mi parte la espalda de Azul es mi lienzo y dibujo formas, contorneo músculos mientras él acaricia el cuello y pechos de Naranja, somos una sola masa de sensualidad fusionada.
De reojo me doy cuenta de que el otro grupo hace lo mismo, todos se tocan y disfrutan, sus caras al igual que las nuestras lo atestiguan. La voz de Hieros da una pauta, hay que juntar los grupos y seguir el juego. Nos acercamos gateando. Noto como una mano toca mi culo; es azul que mientras lo hace masajea los pechos de Roja. Curiosa sensación esta, me gusta, voy directamente hacia las piernas de Verde y me dedico a ellas, tumbado de lado, las moldeo y beso, en ese momento los ojos de Roja aparecen brillantes, nos besamos, un beso sabor a licor de frutas, al principio suave y segundos mas tarde pasional. Azul se acerca y nos comemos la boca a tres, toco vulvas y penes por igual, todos estamos a cien, las erecciones son rocosas y húmedos los recovecos; me doy la vuelta, una mano toca mi ano, un dedo busca entrar y me tenso; Morado sonríe y me relajo; veo que no es su mano si no la de Naranja guiada por él la que me estimula; acaricio sus mejillas. Unos segundos más de placer desconocido y giro interrumpiéndolos para besarlos, tocarlos; les tomo del pelo y les atraigo hacia mi. En ese momento cuando los tres rostros están unidos huele a chocolate. Es el proveedor que ha pulverizado alguna especie de ambientador sobre nosotros.
Quiero penetrar, quiero usar mi polla que en estos momentos parece explotar, miro la espalda de Naranja y me acerco dispuesto. Creo que Hieros huele mi intención y me detiene con el bastón: «todavía no», sentencia. Así que me dedico a sobar y ser sobado por mis compañeros.
Un rato después, el proveedor se acerca cuidadosamente y nos ofrece distintos juguetes, todos ellos vibradores, mas y menos finos, todos embadurnados con lubricantes. Cojo uno y no sé qué hacer con él. Naranja me mira con sorpresa, sonrío y me encojo de hombros; Azul hace lo mismo y decido romper el hielo, me lo meto por el culo suavemente y enciendo, «al carajo», pienso, y después de la primera sensación extraña descubro un punto donde el placer aparece. Hago un gesto para que Naranja me ayude a sostenerlo mientras yo me dedico a jugar con Roja y su juguete que ya esta en su sitio; lo muevo a la velocidad que Naranja mueve el mio, somos una cadena de placer. Miro a Hieros que me hace un gesto de aprobación y le como el coño a Roja, los primeros gemidos aparecen y en este éxtasis Naranja se mete mi polla en su boca, siento su calor, la humedad, mi cerebro da vueltas, el sabor salado de Roja, el calor que me brinda Naranja y el movimiento placentero que siento en el recto; joder, esto es la hostia.
«Me tengo que relajar, me tengo que relajar», pienso, beso los muslos de Roja y me giro hacia Naranja pidiéndole que se detenga, que si no mi juego termina, ella lo hace y nos besamos. Me saco el juguete del orto y lo dejo a un lado. Veo todo a mi alrededor, es una amalgama de brazos y piernas, un juego de carne y placer; pienso en que me voy a comer una polla, por aquello de probar y elijo la de Morado que esta ocupado jugando con Azul y Verde entre besos y tocamientos. Me acerco dejando a Naranja y Roja que se empiezan a animar y jugar.
Pillo a Morado desprevenido y rodeo su miembro con mis labios, no se si es grande o pequeño, no lo sé; nunca había estado tan cerca de una polla, pero he visto como me lo hacían, he visto películas por cientos así que me aplico. Su cara es de estupor pero enseguida sonríe y vuelve a sus afanes con Azul y Verde, yo subo y bajo mientras siento que me tocan el cuerpo, que me estrujan los huevos suavemente, Morado esta gimiendo y decido parar, no quiero arruinarle el juego.
La voz de Hieros se alza entre los gemidos del grupo, nos dice que nos sintamos libres para follarnos, es la hora de disfrutar al máximo, que lo estamos haciendo bien.
El proveedor trae una bandeja con condones. Cojo uno mientras miro a verde, que me ofrece su trasero; me pongo el globo y le introduzco los dedos, está a punto. Me meto suavemente y ella grita, mis movimientos son suaves al principio y después más fuertes. Empiezo a sentir como mi cuerpo se tensa, creo que ya no voy a aguantar más, así que la saco, ella me mira desconcertada pero Morado que está a lado me sustituye.
Me retiro el condón, me relajo mientras acaricio la espalda de Morado como dándole las gracias. Unos segundos después mi erección se recobra, me pongo otro condón y voy a por Azul, que le esta comiendo el coño a Roja. Me abrazo a su espalda, toco su pecho, su pelo, busco su ano con mi polla e intento introducirme. Es complicado. Me mira, sonríe y me pasa un bote de lubricante que tiene en la mano mientras sigue a lo suyo. Me unto la polla y poco a poco la voy introduciendo entre gemidos; empujo un par de veces, la tensión de los músculos se nota; siento que mi verga se hincha y desisto; quiero resistir un poco más; esto está tan rico que no quiero irme aún; salgo de ahí. Morado me mira y creo que reconoce la situación pues asiente, condón fuera.
Respiro hondo, me deleito en los cuerpos de los compañeros, tocándolos, viendo como se besan y tocan, como se penetran. Naranja está abrazada a verde, están frotándose; eso me excita muchísimo, decido que quiero terminar con naranja, que ya no puedo más, así que me acerco y la beso, le toco la vagina, que de tanto roce esta caliente y húmeda. Con un nuevo condón puesto me introduzco ferozmente, luego suave, el movimiento se sincroniza entre los tres, voy acelerando el ritmo y el cuello y cabello de Naranja me ponen, esta postura me pone, los ojos de Verde mirándome me ponen, joder, todo me pone. Ahora empotro con fuerza, cinco empujones y todo el éxtasis confluye en mi verga, la pasión se desborda y eyaculo entre espasmos, me abrazo a la cintura de Naranja y busco con mi mano su cara, después caigo de lado y beso a Verde que me pregunta si he terminado. Yo, sin resuello, le digo, esto acaba de empezar.
Una vez recuperado tiendo a Verde de espaldas; Naranja la soba de arriba a abajo; le digo que en unos minutos quiero estar con ella y ella sonríe. Me dedico a lo mío; el coño de Verde rezuma vida y me empleo a fondo, toco todas sus paredes, beso y relamo todos sus pliegues, ejerzo presión en su clítoris mientras arquea la espalda. No sé cuanto tiempo ha pasado pero sus espasmos llegan a oleadas, su cuerpo se contorsiona mientras me aprieta el rostro con las manos, mis dedos hábiles juegan y en un instante más todo termina. Me mira y yo desde abajo la miro, subo besando su estómago, sus pechos y la beso en la boca. Naranja está al lado sonriendo, ahora es su turno, y no juego sólo, Verde está a mi lado y quiere participar.
Entre los dos nos empleamos a fondo, nos turnamos mientras le besamos el coño y el cuerpo entero. Su éxtasis subyace, su espalda arquea, nos amasa el cabello, nos mete sus dedos en la boca. Nosotros jugamos y a ella le encanta, vemos su rostro de ojos cerrados, los abre nos mira y se aferra a una polla que le queda cerca; Azul se deja y gime mientras continua con su juego con Roja y Morado, Naranja desborda, su coño parece un río. Verde y yo nos afanamos hasta que por fin su respiración se corta en un gemido sordo y continuado, su clímax ha llegado, sus nudillos emblanquecen mientras aprieta la polla de Azul, una dulce cacofonía de placer suena en la sala. Nosotros tres acercamos nuestros rostros y nos abrazamos y besamos mientras miramos a Roja comiéndose la boca con Azul mientras esta siendo empotrada por Morado. A una mirada Verde, Naranja y yo decidimos comerle la polla a Azul mientras estimulamos su ano; él, tumbado boca arriba y besando y amasando los pechos de Roja, se deja hacer. Nos regodeamos en él, besamos y estrujamos su miembro cada vez más tieso, Roja gime de placer al ser empotrada, y Morado revienta unos segundos después desplomándose a un lado. Roja se sigue tocando ella sola mientras besa a Azul, nosotros le estamos llevando al orgasmo entre dedos besos mamadas y apretones. En un momento, Naranja se aferra a la polla de Azul y con un par de succiones más le lleva al orgasmo.
En este momento casi como si estuviese programado, todos nos tumbamos exhaustos en el suelo, nos tocamos los cuerpos, nos abrazamos a piernas torsos pechos, nos besamos.
Una voz resuena en el ambiente, Hieros aparece en escena dándonos la enhorabuena y deseándonos que hayamos disfrutado de nuestros cuerpos. Ahora beberemos algo y, a una señal, el proveedor nos acerca un mini bar ademas de toallas. Todos extasiados y riendo nos incorporamos ayudándonos. Miro a Roja y le digo: «bueno, creo que no nos han presentado soy…» El bastón de Hieros me toca el hombro y me dice, «no rompamos la magia, los nombres no nos hacen ser y aquí habéis sido, no estropeemos el momento.»
Blanco, respondo, soy Blanco, mientras río y me acerco con Roja al mini bar, los demás también se sirven una copa.
Uno a uno, Hieros nos va sugiriendo que pasemos a la ducha y nos despidamos del grupo. Así, Azul sale de la habitación entre guiños y besos; Un rato después Roja marcha no sin antes plantarnos un sonoro beso a cada uno y una leve tocadita de regalo; más tarde Verde es la que marcha cogiendo seductoramente su vestido de una silla y contoneando su cuerpo mientras ríe y despide con un chao amigos.
Después mi nombre suena, «Blanco, es tu turno», me despido de Morado y Naranja con besos suaves en los labios y un gracias por todo en la mirada, atravieso la puerta. El Proveedor me da la bolsa, intuyo que el resto ya ha marchado, entro en el baño, me ducho y cuando salgo y me miro al espejo me veo distinto, me veo feliz.
No se si repetiré la experiencia, es posible que sí, pero ahora no importa, solo sé que estoy contento y que es una gran historia para ser vivida y así lo he hecho, estoy orgulloso y así salgo al pasillo y me despido del proveedor. «Mañana nos pondremos en contacto. Que usted disfrute, señor Blanco. Suerte.»
Me despido con un apretón de manos, bajo las escaleras, salgo a la calle, ya es de noche y vuelvo caminando a casa. Hoy ha sido un buen día, sí, así es.