Signals
Dos de Corazones
Hola, seres infernales. Esta semana he visto un post en el Facebook del infierno. Sí, aquí también tenemos. Bueno, este post me pareció magnífico y blasfemaba así:
“En el caso de que no entendiera tus indirectas, tú avisa, no vaya a ser que al final no follemos por un malentendido.”
Leí esto y el mundo se iluminó: es una verdad absoluta, una verdad que nos hace caer en el mismo error una y otra vez.
Cuantos de nosotros, tanto ellas como ellos, hemos comentado al amigo o amiga ¡Va, si ya le estoy lanzando la caña pero pasa de mi! Cuantas veces nos han dicho ¡Tioooo, pero si te ha estado tirando los trastos y no has hecho nada! Y tú perplejo dices ¡Venga ya!
Sí, esto pasa, no me invento nada; es más, hay una historia perfecta que lo cuenta tal y como es, veréis. Tengo una pareja de amigos, grandiosos, con los que puedes hablar de lo que sea y lo cuentan tal y como es, yo siempre me re-muero de risa. En fin, que resulta que mi amigo conoció a mi amiga en un curso de masajes y esto lo cuentan así.
ÉL: Yo decido hacer un curso de masajes, primero por que me interesa y segundo para conocer peña, y ahí estaba yo, de los pocos chicos, rodeado de mujeres en bikini y venga a masajear, el curso perfecto y la gente de diez. Una vez hubo terminado, a la hora de despedirse nos fuimos todos a tomar algo. Una chica con la que pasé mucho rato se sienta al lado y hablamos, toca mi pierna y yo como si nada.
Salve decir que en este momento todos decimos pero tio, es una señal, a lo que responde,
– Qué coño señal, si hemos estado toda la puta mañana sobándonos en el curso, – y sentencia, – pensé que había entrado en la tan temida friendzone, yo asumí que sería que le gustaba el tacto del pantalón y pasé de largo la escena.
ELLA: Yo fui para aprender masaje y así saber como cuidar también mi espalda. Le eché el ojo a un chico guapetón y me puse a meterle fichas dándole conversación, venga masaje por aquí y por allá, me esmeraba pero nada, no se enteraba. Al terminar nos fuimos a tomar algo todo el grupo y yo, hábil, me senté al lado y le empece a meter mano, pero él sonreía como si nada.
En este momento mi amigo siempre insiste «jodeeer, pensé que te gustaba el tacto del pantalón jodeeer» y ella sentencia, «pues eso que al final le tuve que entrar yo y comerle los morros»
Así es, así lo cuentan y funcionó, llevan añiiisimos juntos y de verdad felices, soy su fan.
Con esto quiero poner de manifiesto que esas señales que nosotros creemos que lanzamos pensando que son infalibles y sin error de interpretación no suelen ser tal, no llegan, así que ¡hey! Hablemos claro, siempre que nuestra mente y los miedos se esfumen, hablemos y seamos evidentes (siempre con respeto). No hay nada de malo en que quieras con alguien, es más, es natural. Ahora también, como dice el refranero “consejos doy y para mi no tengo”, yo soy malísimo lanzando y recibiendo señales así que, por favor, mujeres del mundo: Si veis a un tipo con dos corazones por ahí, os gusta y queréis con él, acercaos y lanzadlo, es casi seguro que diga que sí, soy artista, veo arte y vosotras lo sois y si digo que no tranquilas, que en ese momento nos tomaremos algún brebaje y brindaremos por el valor de la gesta, además de tener una gran conversación como mínimo.
Ya lo sabéis, no diluyamos las señales, mostrémoslas a saco pero siempre siendo respetuosos y con corazón, mucho corazón.