Seamos realistas, la imaginación es mejor
Moonlight
Seamos realistas, la imaginación es mejor. ¿Cuál es tu fantasía? ¡Vamoooooos, confiesa!
“Pues a mí me encantaría hacer el amor en la playa, rodando por la arena y con el mar mojándonos los pies…”
Pues después, cuando se cumple, oooh que bonito, el mar, el sonido de las olas… la gente que pasea por alrededor y que no se van ni aunque les maten… y vosotros os entregáis a vuestros besos y algún toqueteo furtivo, porque poco más podéis hacer. Cuando por fin parece que la gente desaparece (desengáñate, nunca se irán todos, alguien habrá a lo lejos) empezáis a entregaros más, aunque también ha oscurecido notablemente, hace bastante más frío… y tiemblas, pero no por la excitación, si no porque algo congelada empiezas a estar a pesar de los besos. Además, cada vez está más oscuro, y reconozcamos que las playas no suelen estar muy iluminadas por la noche, posiblemente empiece hasta a entrarte algo de canguelo.
Tu pareja vuelve a besarte, rodais por la arena… y entonces notas como un criscrás entre los dientes… sííííí, ambos estáis comiendo arena, qué se le va a hacer. Tu pareja desliza la mano por debajo de tu ropa, te acaricia el pecho, y notas lo incómodo que es notar como la arenilla roza con las caricias, además de la que sigues notando entre las lenguas. Y por fin, tu pareja consigue bajarte los pantalones, ponerse el condón como buenamente pueda sosteniéndose con una mano para romper el encanto lo menos posible, y abrirse camino con su pelvis, e intenta penetrarte, cosa bastante complicada también cuando intentas que no se note del todo lo que estáis haciendo, ya que alguna silueta a lo lejos de algún paseante todavía hay.
Y te penetra, y le notas que entra y sale, y te gusta, y ahogas tus gemidos para que no se os oiga, y te encanta, hasta que empiezas a notar el criscrás de la arena por vuestros bajos, y es tan incómodo como cuando te toquetea el pecho con el mismo roce de la arena. Pero claro, ¿como lo haces si no? Para que no haya arena tendrías que tener el pantalón subido, y… ¿cómo va a conseguir penetrarte entonces? Y entonces recuerdas que no has querido llevar una toalla precisamente por no romper el encanto de rodar por la arena llevados por pasión desenfrenada… ¡Ayyyy!
Y entonces sube la marea, y las olas llegan a mojar vuestros pies mientras notáis el calor de vuestros sexos unidos… y… ¡JODEEEER!¡qué fría está, coño! Y al terminar, él por fin se corre, tú… sin más, porque por la situación no ha podido haber mucho preliminar aparte de la excitación de estar en un lugar público, y por supuesto volveréis a casa con los pies empapados y haciendo chof chof con cada paso.
Estas situaciones en la realidad rara vez se parecen a la imagen que te has hecho en tu cabeza, así que igual es mejor aprovechar tu fantasía para masturbarte cómodamente con tu pedazo película genial en la cabeza, y bueno… si consigues hacerla realidad, aunque saldrá de esta forma seguro… te quedarás con lo bueno, qué demonios.
Foto de portada: Nelson Oliveira