Sobre Sexo Tántrico
Ketesh Methiri
Llevo tiempo teniendo mucha curiosidad sobre este campo, pero no ha sido hasta hace poco cuando he empezado a explorar estos terrenos de forma apropiada. Iré contándoos mis apreciaciones según haga avances en la materia.
Tantra, es un palabro que se oye de vez en cuando al que pocos pueden dar una definición. El tantra es una serie de corrientes esotéricas asiáticas que defienden la teoría de la evolución espiritual a través del deseo sexual, y de la consumación del acto. Sus orígenes se los disputan la religión Bon tibetana y las raíces del Taoísmo chino. Se dice que los escribió el mismo buda, auque algunas corrientes dentro de las creencias del hinduísmo los adjudican a los primeros textos Dharmasastra que escribieron maestros iluminados por Buda. En fin, historias e historietas a parte, iré al grano, a lo que nos interesa de verdad, que ya nos conocemos y sabemos qué nos gusta.
Normalmente cuando nos ponemos al lío acabamos siendo impulsivos, o muy pasionales, y al final acabamos empotrando a la otra parte contra algo, o nos empotran a nosotros, o actuamos como naturalmente actuaríamos sin pensar más allá de eso. De lo que va todo esto es precisamente de eso, de medir los tiempos y saber cómo funciona nuestra excitación y qué fases lleva. No voy a enumerarlas porque está comprobado que cada uno es un mundo y que el tema varía de persona a persona.
Una buena forma de empezar una sesión tántrica es establecer un lugar que de pie a mucha intimidad, que aporte calma y seguridad, y sobre todo, tener por seguro que disponemos de muchísimo tiempo. Esto es algo crucial, ya que para conseguir los efectos que describiré más adelante hace falta una buena dosis de paciencia. Esta movida no es nada apta para peña apresurada.
Hacer juegos de tensiones y deseo es muy importante también. Jugar con el contacto físico, y saber cuándo cortar ese contacto, para generar más y más deseo. Este proceso de acercamiento, por llamarlo X, deberá durar algo más de una hora. Deberá ser lo suficientemente sutil como para ir aumentando la excitación lentamente pero sin que esta se eche a perder.
El siguiente punto es empezar los tocamientos. Es importante saber qué puntos de nosotros son más sensibles, y qué puntos de la pareja lo son, porque habrá que atacar directamente ahí. Hay que tener en cuenta lo dicho con anterioridad. Hay que mantener un estado de serenidad mental, ya que vamos a estar todo el rato a punto de corrernos, y sí, correrse mola un huevaco y más, pero no es lo que nos interesa ahora. Tenemos que aguantar, porque cuanto más aguantemos más épico va a ser el orgasmo. Si sabemos sobre técnicas de meditación va a ser fácil mantener el punto de tensión sin llegar al orgasmo. Pero si no hemos meditado en la vida tampoco es problema, baste con respirar hondo y concentrarse en que estamos respirando hondo. Eso, aparte de mejorar cosiderablemente nuestra capacidad de concentración, regula la tensión sanguínea, y normaliza un poco el flujo, lo que reduce ligeramente la excitación física. Lo suficiente como para no llegar al clímax, pero sin que esta baje del todo.
Pero por mucho que nos concentremos, llegará un punto en el que no podremos más, y o bien acabaremos follando como jabalíes salvajes, o bien acabaremos de masturbarnos mutuamente. El resultado es un orgasmo brutal. Las primeras veces a uno se le queda la mente en blanco completamente, pero puede ir a más con la práctica. Yo por ejemplo he llegado a desvanecerme. De eso que pierdes la consciencia y la moza te tiene que llamar a gritos porque piensa que te has desmayado. Y no, no estaba desmayado, estaba alucinando, literalmente.
Pienso indagar más en el tema, que le he cogido vicio. Y sí, iré publicando mis averiguaciones que es un rollo muy molón este.