These boots are made for walking…
Barbarella
Umm que recuerdos de la última azotaina que se llevó mi querido «tas tás» ya tocaba repetir encuentro…
El «tas tás» es el mayor de los habitantes de mi minizoo, de hecho nunca había estado con un masculino que me sacara tantos años, siempre he sido más de pezqueñines, pero tiene algo que me gusta. Por fuera es como Cary Grant en sus películas, todo un gentleman, y por dentro está pleno de oscuros deseos. Aprecia que me prepare con esmero, con el resto de los habitantes de mi minizoo la ropa me dura puesta de 1 a 5 minutos, me empeño en escoger mi atuendo, pero daría lo mismo que me plantara una bolsa de basura siempre que se pueda arrancar con facilidad. El tas tás en cambio aprecia cada detalle, incluso sabe la diferencia entre unos panties y unas medias. Es el típico hombre ocupado directivo de una multinacional que pasa la vida de reunión en reunión por lo que lo más parecido que tiene a un hogar es la habitación de hotel que más frecuenta.
Nuestra comunicación también es diferente, los otros «habitantes» me mandan escuetos e indescifrables wasaps porque abusan de las abreviaturas o simplemente porque transcriben lo primero que les dice el pito. El tas tás se molesta en redactar un cuidado email, a veces pienso que se los encarga a su secretaria XDXD
El jueves me llegó un email:
Estimada Barbarella:
El motivo de mi email es comunicarte mi interés por repetir una cita contigo. Aún recuerdo la última con agrado.
Sin duda eres una mujer encantadora y fascinante.
Atentamente.
PD: Sería interesante que llevaras unas botas altas de tacón de aguja.
Por un momento me recordó al argumento de las 50 sombras de Grey, exitoso hombre de negocios, requiere las atenciones de ingenua chica, a la que si se descuida meterá en una habitación roja. En cuanto a las botas, será por botas pensé, tengo unas de charol negras perfectas para el encuentro. Además me había comprado un vestido azul petróleo de esos de corte sencillo pero cuidado que me da el aspecto de una verdadera «femme fatale».
Quedamos en su hotel, y tomamos unas copas en el bar, dijo que estaba muy guapa y que quería lucirme un rato. le gustaba ver como a algún trajeado hombre de negocios se le escapaba una de esas miradas que me recorren de arriba a abajo, no puede evitar dejar escapar una sonrisilla de satisfacción. Subimos a la habitación que estaba decorada con flores frescas, una cubitera con una botella de cava y un cuenco de fresas. Me ofreció una fresa mientras bajaba la cremallera de mi vestido, que dejé caer con el conteneo de mis caderas. Se arrodilló, y acarició mis botas, el charol es muy suave, pero se tomó tanto tiempo en tocarlas que pensé que las prefería al roce de mi piel, en ese momento no sé si me gustó, estaba un poco desconcertada, pero le veía tan a gusto, que le dejé que se tomara su tiempo. Se desnudó y se tumbó en el suelo. Lo del suelo tiene su punto, pero al final siempre termino con las rodillas destrozadas, sin embargo, justo cuando iba a tumbarme encima suyo, me dijo que no lo hiciera, quería sentir el charol sobre su piel, en concreto sobre su lindo culito. Así que sin saber muy bien el alcance de su petición, empecé a rozarle torpemente con la punta de mis bota. Entonces me pidió que clavara mi tacón en su nalga derecha, y ya se me fué la cabeza empecé a pensar en la canción de Nancy sinatra:
These boots are made for walking, and that’s just what they’ll do
one of these days these boots are gonna walk all over you.Are you ready boots? Start walkin’!
En nuestro primer encuentro me había pasado la noche dándole tas tas en el trasero, y esta vez, se lo estaba pisoteando, placer placer no es que me daba, pero es una forma como otra para descargar tensión y si a el le gustaba ya me cobraría luego yo lo mío.
Al terminar nuestro encuentro me pidió un trueque, me había comprado un fabulosos stilettos «Rockstud» de Valentino, que serían míos si se los cambiaba por esas botas de charol que había acariciado.
Supongo que ya sabéis que zapatos he estrenado hoy…
«Los encuentros sexuales son como una caja de bombones, nunca sabes lo que te puedes encontrar».
Foto de portada: Lust4lthr