Medusas y ballenas
Barbarella
«Yo no quiero a nadie porque el amor te come el corazón o el alma»
Así comienza la última historia que he leído «Medusas y ballenas», y digo historia y no comic, album ilustrado o novela gráfica porque no sé cómo etiquetarla, de la misma forma que no sé si decir que es una obra erótica, o incluso fetichista hace justicia a su naturaleza. Lo que si puedo compartir es lo que me ha hecho sentir.
Tenía un par de horas libres hasta mi clase de danza, llovía mucho, podría haber hecho lo de siempre, dar una vuelta por mis tiendas favoritas en busca de modelitos perdidos, pero fuí a la biblioteca. Una caprichosa serendipia hizo de toda la estantería eligiera «Medusas y Ballenas», no era el volumen más gordo, ni el de la encuadernación más lujosa, tan solo era uno de tapa blanda, escondido entre tantos, pero al abrirlo supe que era el escogido. Azul, es lo que pensé en ese primer vistazo que me regalo antes de deleitarme en cada viñeta, pasé las páginas sin poner atención en las letras, dejándome llevar por su desestructurada composición. Sandalias, stilettos, botines, un amplio surtido de tipos y modelos de lo que de forma general llamamos zapatos. Pensé «está dibujado a BIC», si a bolígrafo, punta fina o cristal que más da, a un artista no le hacen falta caros materiales para demostrar su arte. Entonces me ví, ahí estaba en una bañera , sumergida en el agua, pero dejando parte de mi melena fuera. Me inquieté…
Después de este primer vistazo, busqué un momento tranquilo para introducirme en la historia, un lugar más íntimo, en casa. Trata sobre una mujer que de niña fué internada en un centro psiquiátrico y que evoluciona a una fémina compleja, emotiva perdida en la búsqueda del placer. A través de un estilo innovador de narración te vas sumergiendo en ese mar de metáforas, sus medusas te tocan, puedes sentir hasta una especie de quemadura, porque es una historia dura cuya realidad supera su ficción.
Una vez leí que el público en general definía la calidad del dibujo por su capacidad de fotografiar la realidad, pero que se nos olvidaba la capacidad de transmitir emociones, y que ahí es dónde estaba la verdadera destreza, y estoy de acuerdo. Hay quien puede dominar la técnica, llegando al más perfecto hiperrealismo pero sin transmitir más allá del trazo. Cristina Vela expresa siempre, a veces con un trazo simple y cariturizado, exagerando las proporciones cuando cuenta la historia de la niña, otras uniendo infinidad de líneas de boli azul dominando la técnica para completar una escena plena de sentimientos. Sin duda tiene un don.
Al terminarlo, me pregunté, ¿Quién es esa Cristina Vela y de dónde ha salido? Sin duda una artista, sin palabras me dejan sus ilustraciones. Con Medusas y Ballenas obtuvo el Premio Desencaja 2009 en la modalidad de comic, no me extraña, y aunque quede mal decirlo porque es lo que los editores suelen decir de todas sus novelas «no deja indiferente».