Sí, culpable, tengo dos amores
Astartea, ángel del infierno
Autor: Astartea
Pues, si, afirmativo, lo confieso, tengo dos amores, SI, dos amores, amores pero… de esos de verdad. La otra noche fui consciente de ello, mientras soportaba una crisis de insomnio, cuando te despiertas a la noche y no puedes volver a dormir, y miras y miras y miras el despertador y lo acabas agitando por que crees que se ha parado, ¡que despacio van las puñeteras manecillas!. Fue, en ese momento, precisamente cuando me di cuenta.
Pues allí estaba yo con los ojos abiertos como platos, y a mi lado mi maridito, durmiendo como un ceporro, me encanta mirarle, acaricio su pelo encanecido y le doy un besito en la mejilla, suave para no despertarle, se me está haciendo mayor, ¡¡¡esas arruguitas alrededor de los ojos le hacen tan atractivo!!!!, lo tengo cada vez más claro, me quiero hacer mayor a su lado. Si, el es, uno de mis amores, pero veo no me va a dar conversación en estos momentos.
Me sumerjo entre las sábanas, me gusta bucear en la cama, ¡que manía tan tonta y que placentera!, y es ahí donde encuentro a mi segundo amor. Sí, aquí esta, ella también está dormida, me acerco despacio y dejo que note mi aliento caliente. ¡Que a gusto se está aquí abajo! Siento calor y un cosquilleo en mi sexo, el olor a vainilla que desprende mi cuerpo, mi piel suave, el delicado roce de las sábanas , la agradable penumbra, mi segundo amor está despertando, mis labios notan sus leves movimientos al crecer, despacio y suavemente poso mi mano sobre ella, no quiere dejarme sola en esta noche de insomnio.
Deslizo mi mano al interior del slip y llego a ella, se alegra de recibirme, bajo suavemente esa prenda interior lo justo para acceder. Acerco aún mas mi boca a y la rozo con mis labios, abro mi boca, tímidamente la acaricio con mi lengua húmeda.
Necesito tocarme, mi sexo late, lo acaricio para calmarlo y aún late mas, me desprendo de mis braguitas, mis dedos recorren mi vulva y traviesos juegan con mi clítoris, suaves movimientos circulares, despacio sin prisa mientras mi segundo amor esta dentro de mi boca, le encanta estar ahí, chupo, lamo desde la base hasta la cima, no dejo lugar por explorar con mi lengua.
La temperatura ha subido rápidamente, palpitaciones, pulso acelerado, respiración jadeante, callados gemidos. Cambio de posición, para colocarme boca arriba sobre el colchón y abro mas mis piernas para dejar que mi mano llegue a todos mis rincones, paso mi mano suavemente por mi abdomen, recorro el camino hacia mis caderas sin prisas y bajo en dirección a mis piernas, giro hacia el interior de mis muslos y delicadamente llego a mi templo, dejo allí descansar mi mano, noto su calor y latidos, presiono levemente mi vulva con la palma de mi mano, me conozco y sé lo que me gusta. Con una mano en mis genitales y otra en mi amor, al mismo ritmo empiezo a mover mis manos, mi amor está despierto bien despierto, noto esa dureza y tamaño tan familiares, que me excita aún mas, quiero acariciarme los pechitos pero no me quedan manos, mi cuerpo se retuerce de placer, convulsiona, mis piernas están rígidas, mis pies arqueados hacia abajo, siento que viene a mí el placer, lo dejo llegar, lo dejo fluir, como en un coreografía perfecta mi amor hace lo mismo….. Mi cuerpo poco a poco se va relajando, mis músculos se destensan, mi respiración se vuelve más rítmica más pausada, suspiro feliz….
Limpio todo esa desaguisado, jajajajjaa, ¡benditas toallitas húmedas!, el invento del siglo, buceo un poco más en busca de mis braguitas, coloco todo y suavemente subo a la superficie.
Todo está tranquilo, la luz de la luna entra por las rendijas de la habitación, miro a mi otro amor, sigue durmiendo plácidamente, me entra el sueño, duermo…
-Amor, amor, buenos días, me voy a trabajar- le digo susurrando inclinándome sobre él desde el borde de la cama, ya vestida para ir otro día más a la oficina.
-¿Ya? Me responde el todavía más dormido que despierto. De repente abre un poco más los ojos y me pregunta. ¿He tenido un sueño muy placentero? o… ¿anoche volviste a bucear entre las sábanas?
-Le doy un tierno beso y le miró pícaramente… Salgo de la habitación, moviendo sensualmente mis caderas.
Amor y deseo van juntas de la mano en mi cama. En ocasiones, el deseo también camina solo por mi vida, pero eso solo sucede cuando mi “ángel del infierno” sale a pasear, entonces.… quizás, soy un poco mala.