En busca de la banda sonora
Barbarella
Dentro de mi particular búsqueda de la excelencia sexual tengo un propósito: Incluir bandas sonoras.
En la pantalla siempre han funcionado, toda escena de cama que se precie está ambientada musicalmente. Mentiría si afirmara que pretendo ganar un «oscar», pero escuchar música me encanta, es uno de mis placeres, por lógica la combinación tiene que funcionar. Lo sé, no es una idea novedosa, simplemente es que no he hecho mis deberes, voy por ahí presumiendo de mi sobresaliente manejo de la fusta pero en este tema estoy en el jardín de infancia. Se me pasó por la cabeza lo de improvisar, y lo hice. Tuve una cita y puse al azar algo de la selección que tengo en el móvil, y así me pasé la noche saltando de canción en canción intentando encontrar el tema apropiado para el momento. Fué un completo desastre, no se me ocurre mejor forma de cortar el rollo.
Una vez descartada la improvisación, tocaba planificar. Por lógica en youtube hay una gran selección de bandas sonoras, solo tenía que quedarme con la que más encajara con «mis gustos y aficiones». Busqué en youtube: música para hacer el amor, no me equivocaba, tenía un montón de material. Más de 5 horas llevo escuchando bandas sonoras. Empecé escogiendo un vídeo al azar, algo parecido a Chill Ibiza lounge. Dos horas y pico de vídeo, tiempo suficiente para más de un revolcón. El principio era lento, imagine unos deliciosos preliminares, pero terminé aburriéndome, supongo que soy más de rock. Volví a intentarlo con otra «Erotic Lounge Chill out» comenzaba con una especie de pieza de música electrónica que introducía un mensaje susurrado «please love me», primero recitado por una voz femenina, para continuar con la grave voz de un masculino. ¿Será algún experimento de control mental? No estoy prepara para tentar mi suerte. Ahora ya se que nada chill ni lounge.
Mi siguiente elección fué «sensual tambor para bailar y hacer el amor». Esta vez la grabación duraba la mitad, una hora, de todas formas, sigue siendo margen suficiente. Estuve escuchando el tan tan durante un rato sin llegar a decidirme, el tan tan puede ayudar a marcar el ritmo del empotramiento pero ¿no resultará un poco mecánico?. Siguiente: «Música para hacer el amor apasionadamente». Cuarenta y cinto minutos para hacer el amor apasionadamente, todo un reto. Un sensual saxofón mientras el piano marca el paso, durante los primeros 5 minutos parecía una buena opción, 10 minutos después ya estaba más que aburrida, pero no me dí cuenta hasta media hora después que eran los mismos acordes, en definitiva sonaba igual durante los 45 minutos. Otra, «canciones para hacer el amor 2». Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero por otro lado 1.676.778 visualizaciones no pueden equivocarse. 53:23 minutos, bonito número redondo para follar. Desagradable no era pero tampoco me gustó. ¿Será que no estoy preparada para hacerlo con música de fondo? Me resistía a rendirme «20 canciones para hacer el amor», alguna tenía que valer. Sin darle al play repasé la lista, la de Ghost, Dirty Dancing, incluso Titanic…nada de música de los 80 pensé, y llegué a tchaikovsky, umm interesante. Cuatro intensos minutos de emociones, desde una suave introducción que iba incrementando su ritmo y personalidad hasta un apoteósico desenlaza, cañonazos que emulaban la gran explosión. Cuánta sensación en tan pocos minutos. De todo lo que he escuchado es lo que más me ha gustado, no sirve para una noche de pasión pero si para un excitante «aquí te pillo aquí te mato».
En cualquier caso, si alguien tiene alguna recomendación musical que acompañe un buen revolcón que no dude en comentármelo, acepto sugerencias 😉