Picorcillos y neandertales
El Barón de Pt
El otro día estuve con mi colega (ese mismo al que me he referido con anterioridad) puesto que habíamos quedado para comer. Mientras estábamos en los postres, manteníamos una animada conversación sobre mujeres intercambiando experiencias, cuando todavía no se muy bien como, me hizo toda una revelación:
-Las mujeres que tienen hongos en el coño, es porque son unas cerdas que no se lavan bien.
Todavía estoy digiriendo cada una de las palabras de la frasecita. La verdad es que le conozco desde hace más de diez años y siempre le he tenido por bastante neandertal, pero es que cada vez que nos vemos me da material para este blog. Sobre todo en una cuestión como esta, ya que él mantuvo una relación durante nueve años. De manera que a las tías que no mantienen su higiene íntima al día, les salen hongos, ¿no? Vamos por partes:
Los seres humanos nacemos sin hongos, éstos nos infectan al día siguiente de nacer y nuestro sistema inmunológico es quién se encarga de mantenerlos a raya. Cuando estamos inmunodeprimidos, los hongos ven su oportunidad para expandirse. De ahí que, cuando tomamos antibióticos, seamos más propensos a tenerlos. Todos sabemos dónde, a los hongos les encanta la humedad; de manera que las mujeres son más proclives a tener una infección por estos molestos pasajeros que todos transportamos.
Personalmente conozco varios casos, entre los que incluyo a un miembro de mi familia cercana, a la cual, ante un importante evento de la que era protagonista, le comenzaron los picores. Ella no sabía lo que tenía, de manera que esperó haber si se la pasaba solo, Al de 36 horas de insufrible dolor (porque lo que comenzó con picores no fue a menos) y con gran insistencia por mi parte la persuadí para que acudiese a su médico, el cual, tras una corta inspección, le reveló lo que padecía. Un tratamiento antifúngico y ya está. Fin de la historia.
Cuando la desagradable molestia tocó a su fin, la chica se lo comentó a una amiga. Pues resulta que ella también la había pasado lo mismo, pero que no se lo había dicho a nadie. La chica comenzó a preguntar a todas sus amistades, incluida madre y suegra, y resultó que no había mujer adulta que no los hubiera padecido. De hecho, me contaron el caso de una mujer que los padece con tan regularidad, que siempre tiene unos óvulos antifúngicos en el armarito del baño. Incluso hubo una que le recomendó el yogur como tratamiento contra los hongos, aunque no terminé de enterarme de si por vía oral o vaginal. Pues resulta que, según lo último que investigué al respecto, lo recomiendan por los dos sitios, ¿hay algo para lo que no sirvan los bífidus? Personalmente recomiendo ir al médico.
¿Qué os pasa a las tías? Evidentemente ya sé que no es un tema de conversación para estar todo día hablando de él, pero ya que el desconocimiento es uno de nuestros peores enemigos, me parece de vital importancia poner a debate estas cuestiones. No ya por vuestra salud vaginal (que también) sino para ser más conocedoras de vuestro cuerpo y que le puede pasar y lo más importante: que cada vez haya menos neandertales como mi amigo.
Con esto no quiero decir que se descuide la higiene íntima (un hurra por los chimichurris que huelen a lo que tienen que oler) ni que se haga un abuso de ella. Lo último de lo que me he enterado es de cierto tratamiento de belleza que realizan en algunos spas en Los Ángeles. Se trata de limpiarse la vagina y el útero con chorros de vapor. Lo ha puesto de moda Gwyneth Paltrow que como firme defensora declara que lo recomienda a todas las mujeres que vayan a pasar por la ciudad. Según palabras suyas “después del tratamiento, sales con mucha más energía”. Perdonad a un ignorante, pero tras más de tres décadas en este mundo, no tenía conocimiento de que ni la vagina ni el útero necesitasen de limpieza alguna. ¿No había algo que se llamaba la flora vaginal? Pues después de unos chorretones de vapor imagino que brillará por su ausencia.
Sin más divagaciones, me despido con una recomendación a las mujeres en general y a las jóvenes en particular. No tengáis miedo ni vergüenza al preguntar cualquier tipo de duda que se os venga a la cabeza por estúpida que parezca. El conocimiento es poder, y como mujeres, tenéis las llaves del sexo. Cada vez quedan menos tabúes, pero la única manera de acabar con ellos es tratar el problema con naturalidad, sobre todo cuando mezclamos sexo y salud. No nos confundamos, los hongos no son peligrosos, lo que es peligroso es la ignorancia.