Estoy estudiando un master de Coaching y Liderazgo que no sé si tendrá alguna utilidad en mi vida laboral, pero que me está ayudando mucho en la gestión de mi desatendido minizoo. A grandes rasgos los estilos de liderazgo que puedo utilizar son los siguientes:

LIDERAZGO DELEGATIVO: El líder interviene solo y cuando es estrictamente necesario, lo que también se conoce como dejar hacer. Está basado en la confianza en las habilidades y la experiencia del sujeto, un experto en la materia. Es independiente y proactivo y no requiere innecesarias instrucciones, lo que  te permite disfrutar sin apenas pensarlo. Sabe dónde, cómo, cuándo tocar. Todo lo hace bien, sí, eso también, todo. O nada, y ahí está el mayor de los inconvenientes de este estilo de liderazgo, puedes confiar en alguien que no sepa nada de nada. Un extraño espécimen que parece haber salido de una oscura caverna y que aún continua con los ojos cerrados paralizado por el miedo. No es un mito, existen los masculinos salidos de las cavernas, y aunque a veces puede resultar un atractivo reto requiere mucha inversión y no tiene garantía. No apto para incompetentes.

LIDERAZGO AUTOCRÁTICO: Lo contrario del anterior, se caracteriza por la intervención extrema. Tú ordenas, la otra  parte obedece, sin opción al debate. Planeas la velada y vas indicando qué tiene que hacer. Es muy útil cuando tienes poco tiempo y un objetivo claro, aquí ahora hazme tuya, ya te diré cómo. Tiene muy buena pinta, yo ya lo estoy visualizando, me apetece esto luego lo otro, umm como en mis mejores fantasías. El mayor inconveniente es que se pierde totalmente el factor sorpresa, los escalofríos no planificados, y algún que otro inesperado clímax.

LIDERAZGO DEMOCRÁTICO O PARTICIPATIVO: Basado en el diálogo y el consenso en la búsqueda del placer mutuo. Sin duda todos los preliminares van a quedar previamente aprobados y establecidos. Las posturas satisfactorias para ambas partes con un éxito casi garantizado. Parece idílico, pero la mayor parte del tiempo productivo se pierde redactando y repasando propuestas que serán sometidas a votación. Funciona muy bien con los llamados lo que tú quieras cariño. Pero siendo la otra parte tan complaciente ¿No rozaríamos el liderazgo autocrático?

LIDERAZGO BUROCRÁTICO: Centrado en los procedimientos. Que tienen que ser precisos claros y completos. Todas las situaciones y sus operativas tienen que estar establecidas y comunicadas para garantizar el buen hacer. Sin duda con tantas indicaciones parece fácil llegar al orgasmo, pero la burocracia no tendría tan mala fama si careciera de inconvenientes. Si en el democrático la fase tediosa es la negociación, en el democrático es la planificación. Hay que diseñar, comunicar, y establecer tediosos procedimientos. Cada caricia sigue los estándares establecidos y es aplicada con la presión exacta así definida en la operativa 5.43.2. Cualquier desviación requiere de una acción correctiva que sin duda puede hacerte perder el hilo y aunque casi nunca lo confiese a mi también se me pasan las ganas.

LIDERAZGO TRANSACCIONAL: Su pilar es el intercambio y la motivación la recompensa. Él completa con éxito la búsqueda de tu punto G y tú le obsequias con la mejor de las felaciones. Hay múltiples combinaciones de estímulo recompensa, y en principio todas las partes quedan satisfechas. ¿Y si no hay recompensa? ¿Sobrevive el sistema o por el contrario se paraliza? El ahora tu luego yo no termina de convencerme.

LIDERAZCO TRANSFORMACIONAL: Se trata de moldear a la otra parte y transformarle en tu pareja sexual ideal. Esta transformación no es gratis, requiere mucho tiempo y  entrenamiento para que la transformación sea plena. Y cuanto más pienso en ello más me siento como el Dr Franquenstein porque no puedo evitar imaginar que tiene que tener la frescura y el descaro del pezqueñín, las excentricidades y las buenas maneras del tas tas, la ingenuidad y disposición del pardillo, y el umm del buenorro  y así podría seguir hasta completar la receta de este amante perfecto, sin olvidar incluir un lindo culito.

Foto de portada: Barbarella