En tu fiesta me colé
Barbarella
¿Tenéis algún amig@ que os invita a planes con groupon? Pues yo también tengo una. En esta ocasión era una invitación a 3 cubatas en un nuevo Pub. La verdad es que había bastante ambiente y total ya teníamos nuestros cupones, así que entramos. Al principio pensé que nos habíamos colado en una post cena de empresa, pero había demasiado coqueteo para eso. Se distinguían 3 tipos de agrupaciones, acarameladas parejas bailando, cuadrilla de chicas a su rollo, y rastreadores.
Nosotras en una esquina de la barra observábamos el entorno. Las parejas no parecían estables, sonreían demasiado. Había una que me llamó la atención especialmente. Ella era una buenorra de cuarenta y pico que se movía como la reina de la pista, por otro lado, el masculino intentaba llamar su atención con toda clase de cabriolas, me quedé esperando un rato a ver si se lanzaba y hacía el Michael Jackson. Mi amiga y yo nos preguntábamos de dónde habría salido esta fauna, así que se lo consultamos al camarero que nos contó que para promocionar el bar, organizaban “fiestas de solteros”, con juegos de encuentra tu pareja, chupitos gratis, y con acceso a un coqueto reservado. Ummm esto prometía.
Mientras nos contaba la logística de este evento, yo seguía observando a la curiosa pareja, el masculino estaba a punto de actuar, y ohhh una cobra. Maldita crueldad, ni una oportunidad le ha dado al pobre, me hubiera gustar seguir viendo su derroche de habilidades pero abatido se dirigió a una esquina con el resto de solitarios rastreados. Su momento de gloria había terminado. Las cuadrillas de chicas estaban a lo suyo y a sus cosas, mientras algún rastreador se aventuraba a pedir sus favores, ellas en su salsa, rechazando o aceptando a veces incluso de forma consensuada.
Le preguntamos al camarero la tasa de éxito que tenían este tipo de eventos y señalándonos una puerta roja, dijo: «una vez empieza la fiesta esa puerta siempre está cerrada». Umm osea que en ese instante había una pareja que se quería conocer mejor tras esa puerta roja, yo quería verlo. No quité los ojos de ese reservado, pensando cómo podría colarme, pero no fui rápida y la pareja salió. ¿y si me colaba y esperaba en alguna esquina a que entrara alguien?
Dejé a mi amiga distraída charlando con el camarero y crucé la puerta roja y me oculté. El camarero tenía razón, el reservado no tardó en llenarse, y ohh sorpresa, “la buenorra de la cobra” con un nuevo espécimen. La verdad es que había mejorado en la selección del masculino, este estaba muy rico. Cerraron la puerta de un portazo y sin dilación “la empotró” contra la pared. Tenía buenas tetas y el masculino las saboreaba glotonamente mientras le subía la falda para facilitar sus maniobras. Ay dios, ¿Por qué tendré tanta mala suerte con mis follamigos? Yo quería un empotrador como este, activo y creativo. ¿Tanto pido?. A punto estuve de plantarme en medio a ver si me podía unir a su juego, pero les dejé terminar, ya me habían regalado un silenciado orgasmo.