#penisgate
La Txika del Sextoki
Esta semana Lenny Kravitz ha vuelto a la actualidad «gracias» a que, en un concierto, su pantalón cedió y dejó al aire sus partes nobles. Gracias a este incidente, personas como yo hemos podido saber que todavía sigue haciendo giras mundiales y cual es el tamaño de sus atributos (con piercing incluido).
En Twitter, cuna de pensadores de este siglo, este tema se volvió viral, como casi todas las gilipolleces diarias ocurridas a lo largo y ancho del mundo; y lo que me sorprendió es la cantidad de chistes que hubo debido al tamaño de su pene. Supongo que para criticar un tamaño estándar en reposo, tienes que tenerla como el tubo de escape de un camión trailer. Ay que mala es la envidia, amigas: si antes era un melofo como si no hubiera un mañana, tras ver su pene está para hacerle padre, hijo y espíritu santo (Mr. Kravitz, si algún día lee esto y tiene un par de horas libres, por favor, deje un comentario aquí abajo que procederé a cuadrar agendas, thanks).
En la vida del señor, te puedes encontrar penes de todos estilos y formas (lo de que os recortéis el vello púbico, ya que visualmente saléis ganando, ya lo considero batalla perdida). Lo curioso es que los hombres que hablan y dicen que «menuda polla tengo,» «soy un puto dios del sexo porque te relleno como a un pavo» «te reviento con mi pollazo», etc. tienen una mini salchicha como aparato reproductor, y cuando digo mini salchicha digo que mi dedo meñique tiene mas presencia que «aquello». Sí amigas, como os lo cuento, un PUTO drama. Podría llenarme la boca hablando de estas pollas, pero creedme que no merecería la pena: después de hacer una mamada con eco ya nada ha vuelto a ser igual.
En en el lado opuesto de la ecuación, se encuentran esos atributos que necesitas dos manos para sujetar y sobra carne. Sí amigas, esas pollas también existen. Que en el momento de desgustarla te pones hasta el babero, que te provocan hasta la arcada, que te tocan la campanilla y hasta las rodillas. Y cuando están delante tuyo a punto de ser introducidas en tu ser sabes de antemano que te van a reventar.
Además de los tamaños, que son muy muy variados, existen las formas. Si formas. Desde glandes que les cuesta salir a recibirte hasta algunos que parecen flechas. Lo mas raro y extraño que he visto en mi vida es uno con cierta inclinación, pero hacia a un lado. 90 grados de inclinación, aquello parecía una señal de prohibido girar a la izquierda. Menos mal que aquello me pilló con juventud y elasticidad y hacer el pino puente con una pierna en la mesilla y otra en Tudela era factible.
Si algo tienen todas en común, es que posiblemente hayan recibido mis elogios rollo «es la más grande que jamás he visto», «es preciosa», «¿cómo va a entrar eso?», y cosas por el estilo, para que vayáis con el ego subido a casa.
Todas tienen su encanto, y en la variedad está el gusto y el regusto. Así que seguiremos investigando hasta encontrar la polla perfecta , hasta entonces…
Sex felices