Desesperado hoy, empotrador mañana
Barbarella
Me tiene impactada el artículo de Hieros Gamos en el que argumentaba que había que dejar de descartar masculinos «desesperados». Es algo como el karma aplicado al mercado de los masculinos, de tal manera que vamos invirtiendo en estos «descartados por defecto», que van mejorando sus habilidades con el uso y disfrute, mejorando así la calidad de este segmento. Lo que sería una inversión por el bien común del disfrute de las féminas.
La naturaleza nos ha programado para seleccionar por defecto al mejor ser, pero no hay que olvidar que ha sido con fines reproductivos, para crear seres mejor adaptados al medio. Pero ¿quién quiere reproducirse? Yo de momento no, me conformo con encontrar el mejor empotrador.
Por otro lado, si algo tiene de bueno un desesperado, es el interés, y esto en mi opinión es una condición necesaria para ser un buen amante. Vale, acepto que serán necesarios ajustes y un poco de paciencia para que salga bien «al segundo polvo» pero me va a compensar. Me temo que estoy cansada de chulitos de ojitos azules acostumbrados a ligar al primer guiño, que están viviendo de sus «rentas amatorias». No se dan cuenta de que ya han perdido la virilidad de sus «dorados 20» y que el exceso de facilidad acumulada ha dejado sus artes amatorias entumecidas.
Esta noche buscaré al ejemplar más perdido y desesperado del garito. Ese que, tras revolotear tras toda fémina, termina solo al final de la barra como todos los días. Y si todo resulta como tengo planeado, os lo cuento…