Hace poco leí un artículo realmente interesante y que, si te paras a pensarlo, tiene mucha razón: Al parecer, la mujeres podemos conseguir que nuestra menstruación solamente caiga y manche cuando nuestros músculos vaginales se lo permitan.

Es como si los adultos fueran siempre con pañales, pues a ningún padre se le hubiera ocurrido enseñar a sus hijos a controlar su pipí y nos hubiéramos acostumbrado a simplemente orinar y defecar en un pañal. Si hubiera una persona que no usara pañal no lo creeríamos, nos preguntaríamos cómo puede saber cuando necesita ir al baño. O cómo puedes estar todo el rato pensando en si tienes pipí o no… Y la verdad que una vez controlado es bastante fácil no mearte encima. Bueno, pues lo mismo con la menstruación.

El cuerpo es muy sabio. Al igual que el cuerpo avisa un tiempo antes de que necesitamos ir al baño, la menstruación no es todo el rato un sangrado continuo, sino sangra un momento y para, y vuelve a sangrar y parar (igual que el pipí). Y el cuerpo avisa antes de expulsar la sangre. Yo misma, cuando he usado compresa, he notado claramente en qué momentos caía sangre, y no es continuo.

Simplemente tenemos que reaprender a escuchar nuestro cuerpo y nuestro útero para descifrar los mensajes que nos manda. Cuándo esta a punto de llegar la menstruación y se empieza a desprender el endometrio, cuándo vamos a sangrar…

Al principio hay un proceso de acierto y error, pero solamente es cuestión de práctica que reconectemos la conciencia de nuestro útero con nuestro día a día y aprendamos a menstruar sin “pañales”, simplemente escuchando cuando necesitamos expulsar la sangre y yendo al baño para dejarla salir.

Truco para probarlo: al tener la menstruación, dedicar un rato a escuchar como funcionan el útero y la vagina sin ponerse nada que la pare, ya que la vagina puede contraerse y así contener la sangre y permitirnos llegar al baño, al igual que contraemos los músculos para aguantar el pipí. Y más adelante, cuando se tenga más conciencia de cómo funciona tu cuerpo, atreverse a salir a la calle sin ponerse tampón, ni compresa, ni copa. Al no llevar nada se está mucho más atenta a no querer manchar.

Yo quiero probarlo, no sé si lo conseguiré o no. Pero me parece una auténtica revolución para el género femenino. Incluso creo que es algo que se ha sabido siempre, pero se ha ocultado porque a las empresas que fabrican compresas, etc, no les interesa que se sepa. Incluso yo misma, nunca me lo había planteado antes de leer ese artículo. Claro… es mejor que no tengamos ni idea de nuestro cuerpo y nos vendan más y más compresas y tampones, que además de mantenernos en la ignorancia, contaminan el planeta con plásticos cerdos. Es otro gran ejemplo de cómo la mujer es manipulada y acallada en la sociedad.

Incluso puede que, con el tiempo les enseñemos a las chicas de las nuevas generaciones, nuestras hijas, sobrinas, nietas… a menstruar así desde su primera regla. Al igual que cuando pones a tu hijo en el orinal para que haga sus cositas. De nosotras depende que les enseñemos. Las mujeres estamos despertando y haciéndonos oír cada vez más. ¡Os animo a todas a probar conmigo!

Fuentes de este artículo: Carla Trepat Casanovas, Investigadora de la Sabiduría Femenina y autora del libro “El tesoro de Lilith, un cuento sobre la sexualidad, el placer y el ciclo menstrual”.

Foto de portada: Sea Turtle