Barbarellando
Barbarella
Por fin han llegado mis deseadas vacaciones. Los últimos veranos los he pasado con amigos y no digo que no fuera divertido, pero este año quiero ir «a lo mío y a mis cosas, dejando a los habitantes del minizoo al libre albedrío. Una especie de reseteo para volver como nueva.
Pezqueñin que es un amor, quería venir conmigo para seguir avanzando con sus prácticas, sin duda es un masculino muy aplicado, pero como deberes le he puesto que recorra otros mundos y aprenda de lo disfrutado. En septiembre ya lo compartirá en un exhaustivo examen que tendrá que aprobar para demostrarme que ha cumplido con los deberes.
El «tas tas» estuvo a punto de tentanter con su generosa oferta. Quería que le acompañará a Sicilia. Tiene un viaje de negocios allí, en el que supuestamente solo tiene que estar en un par de reuniones y comer con uno de los inversores. Me aseguró que iba a disponer de tiempo libre y quería disfrutarlo conmigo. Me pregunto que clase de juegos tendrá en mente. Con esa pinta de elegante madurito estirado cual palo de escoba es increíble como se desmelena en la intimidad. Tas tas tas, Umm tentador. Me encanta mordisquear su lindo culito y el sonido de la fusta al rozar su piel. Música infernal. Pensándolo fríamente era una oferta excelente, no me iba a faltar de nada y me brindaba la oportunidad de disfrutar de los sitios más selectos de Sicilia. Por otro lado, ya se lo que pasa con estos viajes «negocio/vacaciones». Primero son dos reuniones, después otra para no sé qué flecos que quedaron pendientes, y al final se pasaría el día reunido y yo sola y aburrida como mucho entretenido con algún guapo camarero del hotel. Lo descarté.
Mi plan es mucho más sencillo, no tengo plan. Me limitaré a que los rayos de sol acaricien mi blanca piel en la playa hasta adquirir un ligero dorado que es lo máximo que da de sí mi melanina.
Quiero lucir marca! Marilyn ya lucía marcas d bikini incluso con vestidos palabra de honor, y me parece Super sexy. Es como una especie de tatuaje temporal que parece señalar terreno inexplorado. En mi caso quiero que el sol dibuje sobre mi cuerpo un pequeño triangulito por delante otro x por detrás y una pequeña banda en el busto, justo por encima de las aureolas. Me puede servir como mapa del tesoro para algún que otro juego con los habitantes de mi minizoo. Aunque por otro lado, me encanta tomar el sol y bañarme desnuda. El mar se transforma en una bañera infinita, otra tentación que no sé si voy a poder superar.
Ummm que sea este el mayor dilema de mis vacaciones.
Continuará…