Como yo me toco
La Txika del Sextoki
Como yo me toco, olvídate, nadie me lo hará.
En pleno 2015 todavía suena raro que una mujer afirme abiertamente que se masturba. Increíble, ¿verdad? Pues yo confieso que lo hago; pero vamos, siendo una de los diablos que puede que te cruces a diario, tampoco creo que os pille por sorpresa…
Las razones por las que una mujer puede llegar a explorar su propio cuerpo pueden ser varias y diversas, desde razones hormonales (ya que durante el proceso de la menstruación podemos acabar como Spiderwoman y subirnos por las paredes), hasta para conciliar el sueño, pasando por el «he leído a alguien en Twitter que escribió ‘¿os habéis tocado ya?'» (Si, conmigo funciona).
Esta claro que, por una razón u otra, tocarnos mola, y mola mucho. Acabar el día chorreando cual aspersor con un orgasmo bestial es una gran forma de irte a dormir.
Si esta mal visto admitir que te tocas – porque a ver, seamos sinceras, el cariño, la dedicación y pasión que nos ponemos nosotras a nosotras mismas no la vamos a encontrar en bocas y manos ajenas (esto es así) -, imaginaos el drama que es confesar que, en tu mesilla, junto al rosario y el Nuevo Testamento, guardas un montón de juguetes que están dispuestos para ser introducidos por distintos orificios de tu cuerpo. Consoladores de varios tipos y formas y diferentes utilidades han sido participes de mis mejores noches sola y en compañía.
Según estudios de los buenos de verdad, de los que se pagan incluso, una mujer puede alcanzar un orgasmo en 4 minutos gracias a la auto estimulación, frente a los 20 minutos que se necesitarían en una relación sexual (bueno, y eso cuando se llega…). Además es mucho más intenso (pudiendo alcanzar la eyaculación femenina – que existe).
Aunque estoy súper a favor de la auto satisfacción sexual, hay que tener cuidado y precaución si no queremos marcamos un HORMIGOS y acabar siendo estrella patria de whatsapp. Haz lo que tengas que hacer pero en el calor de tu casa, te lo digo por tu bien, amiga.
Asi que amigas mías, dejad de leerme, que no digo mas que gilipolleces, y poneos manos a la obra, que una oportunidad perdida es un orgasmo robado.
Sex felices