Cuerpos Fundidos IV
Dos de Corazones
Hoy ha sido uno de esos sábados de tranqui, uno de esos sábados acompañado por mis colegas papis con sus criaturas. Charla, un chupito, más charla un descafeinado y para casa. Un buen plan en definitiva, suficiente con opción de ocio pero es que hoy quería más, quería salir de fiesta y hace tiempo que no lo hago así que entre triste y resignado me fui a casa. Una vez allí y con el pijama en mano me llegó un mensaje de una amiga mía, no sabía nada de ella desde meses atrás y me sorprende, me suena qué puede querer, el sábado promete.
-Hola blanco cuánto tiempo.
-Ya te digo, qué tal, cómo lo llevas?
-Oye por dónde andas? Nos tomamos algo?
-Pues yo en casa ya y tú estás por aquí?.
-No, en la villa pero si quieres nos vemos, tomamos algo y fiestón.
-ok en 20 minutos en la plaza, pero te quedas a dormir no?
-sí por supuesto pero en tu casa que la mía está ocupada .
Lo sabía, ni que decir tiene que no me lo pensé dos veces, quería plan y fiesta y esto se me estaba proponiendo. Me duche, vestí, cogí el coche y a la villa que fui.
La encontré en la parada del autobús, vestía una camiseta color turquesa. Estaba despampanante como siempre y mis ganas crecieron. Se metió en el coche y antes de decir nada me comió la boca y de qué manera. No es que no me lo esperase pero normalmente charlamos un poco para romper el hielo. En este caso está claro que no había tal premisa. Apuró su Gin Tonic y me dijo -vamos a tu casa tengo ganas de follar- y yo riendo a carcajadas encendí el motor del coche y arranqué.
Salir de la villa fue toda una odisea, en cada semáforo se abalanzaba sobre mí, me tocaba el paquete y ella gemía, joder, está a 1000. Genial.
Durante el camino y por aquello de la seguridad vial tuve que relajarla, calmar sus ímpetus, pero a la vista de su necesidad pare en un saliente de la carretera, metí mi mano por sus pantalones y comencé a tocar sus humedades.
-Esto sólo es un anticipo, sabes que soy de explayarme en la cama así que a gozarla- me solté el pantalón y rodeo mi polla con su mano a la vez que mis dedos jugueteaban con su clítoris henchido de placer, sus labios y su cavidad estaban chorreantes. Yo centrado como estaba apenas sentía el vaivén de su mano aunque era gustoso, pero su cara, aahhh su cara, ojos cerrados, espasmos, labios mordidos y ZAS, no tardo mucho en llegar el que sería el primer orgasmo de la noche con un sonoro -Joder, ¿porqué hemos tardado tanto en quedar desde la última vez?- A lo que respondí con una carcajada mientras guardaba mi polla tras el pantalón, no quería distracciones, quería llegar a casa y ya con tranqulidad dedicarme al juego de las Ars Amatoria tal y como me gusta.
Cinco minutos más tarde abrí la puerta y al traspasar y cerrarla se me abalanzó al cuello golpeándome contra la madera, recibí de buen grado sus ansias y un plan se fue forjando en mi mente en vista de esa pasión suya desbordada, sin saberlo ella acababa de empezar el juego.
Tras unos minutos de subidón pare y le dije, -Verás turquesa…
-¿Turquesa?
-Sí, hoy este será tu nombre ¿me sigues el juego?- dije tocando su blusa señalando el color.
-Claro, dime
-Bien, vamos, sígueme ¿estás preparada?- A lo que asintió con la cabeza y guiñándome un ojo.
Nos desvestimos suavemente, las ropas caían haciendo ruido mientras nuestros labios nos comían, una vez desnudos le di la vuelta y devoré su cuello mientras sus gemidos crecían y mis dedos excavaban. Agarrando mi polla estiró queriéndome guiar a la cama pero tome su muñeca diciéndole -Tenemos toda la noche, el juego es mío, sabes que te gustara, sígueme, vamos a la ducha- y besándonos nos dirigimos hacia allí. En mi mente se forjaba una sesión para ella, para su disfrute que por supuesto será el mío.
El agua caliente se deslizaba por nuestros cuerpos, el jabón y mis manos moldeaban su figura, ella estaba más tranquila pero seguía estremeciéndose al roce de mi cuerpo, besos y presión, besos y movimiento, la esponja hizo el resto.
Antes de salir decidí empotrarla un poquito para avivar sus ansias así que la puse contra la pared, subí su pierna y roce mi glande contra su clítoris
-Vamos- dijo ella -Entra ya joder.
La miré y dije -Sabes que sin goma no juego, disfruta, esto sólo es el principio- Cerró sus ojos y esperó su segundo orgasmo que tuve que concluir con los dedos ya que mi orgasmo quiso asomar por un momento obligándome a parar de estimularla con la polla.
Una vez salimos y nos secamos fuimos a la habitación, adecué las luces y puse banda sonora, un instrumental suave y a poco volumen, sólo de manera testimonial. La tumbé en la cama y de un armario saqué una caja, entre bufandas y pañuelos encontré uno y mostrándoselo le dije -Bien turquesa, empecemos el juego .
Tape sus ojos ceremoniosamente mientras ella cruzaba las piernas y las movía para estimularse. Abrí un cajón y a la voz de -¿te fías de mí? ella respondió con un, -Blanco, que nos conocemos, adelante.
Saqué unas esposas de peluche que até a un mosquetón oculto en la cabecera de la cama puesto ahí a tal efecto. Tomé sus muñecas inmovilizándolas, así de esta manera no podría mover más que las piernas y comencé nuestra sesión.
Cogí aceite de vainilla y unté mis palmas, comencé por masajer sus pies y gemelos suavemente, quería que se relajase, que se entregase, que se pusiese a mil. Sus pantorrillas suaves se separaron al encontrarse con mis manos y su sexo apareció en primera plana brillando de humedad, sus gemidos quedos y pausados inundaban en el ambiente, lo hacían excitante. Sin tocar su vagina me dediqué a su cintura estómago y pecho, no toque los pezones, aún no, sus labios entreabiertos se movían adivinando un siiiiii.
Su cuello estaba relajado, sin tensión y su cara se dejaba hacer y moldear por mis manos, su boca buscaba mis dedos pero no dejaba que los encontrase. -Gírate, continuaremos con la espalda- y rodando así lo hizo, se puso boca abajo con las piernas abiertas mientras movía su cuerpo y presionaba su pelvis contra el colchón buscando excitación. Me senté en sus nalgas para ayudarla con la presión y empecé a masajear aceite en mano sus brazos, cuello y espalda, esta vez buscaba el contacto con mi cuerpo para que notase mi peso, mi pecho y polla en su piel.Una vez llegado al culo me eché a un lado y lo masajeé junto con sus piernas y pies, así su masaje relajante llegaba a su fin.
Era hora de entrar en acción, cogí un lubricante efecto calor y abriendo bien sus piernas vertí un poco en su coxis, el contraste frío la hizo estremecerse y mis dedos lo repartieron por toda la zona mientras actuaba. Masajeaba ano y vulva, el calor comenzaba, besaba sus nalgas ahora sabor fresa y comencé a lamer su ojete. Mi dedo presionaba y liberaba tensión así hasta que lo introduje suavemente deslizándome sobre sus paredes interiores, un sonoro mmmm!!!! me alentó a continuar mi expedición.
El pulgar de mi otra mano penetró en su vagina y se demoraba rozando su estriado interior. Oleadas de fluido no se hicieron esperar, el resto de mis dedos presionando el clítoris y ante un movimiento rítmico y constante su cuerpo comenzó a contorsionarse, a respirar más rápido y a gemir más alto. No era una postura cómoda para mí pero aguante el tirón hasta que su clímax llegó, fue pequeño pero suficiente, sali de sus adentros y con un -Aguarda un segundo por favor- la dejé un momento.
Me lave las manos con agua bien fría, las tenía heladas, desde el baño le pedí que se sitúa se boca arriba y al llegar a la habitación me esperaba ya en esta postura y con la respiración en calma -¿Continuamos?
-Si por favor- respondió ella mientras mis dedos helados tocaban sus pezones, se estremeció y estos se erectaron, apreté y torturé un poco y después los besé, chupé y mordí a la vez que mi palma helada cubría todo su sexo haciendo que este calentase mi mano y empecé a jugar con mis dedos mientras la besaba toda. Su boca me esperaba y yo la quería. Cuando estaba lista cogí un condón, me lo puse y abriendo sus piernas la penetre larga y quedamente.Mis envites eran largos y profundos, sus gritos ahogados también, tome sus piernas y las puse sobre su pecho centrando el roce de mi pene en la parte interna del clítoris haciendo que gritar sé aún más. Rapidez me pedía el cuerpo así que me puse a ello con unos cuantos empujones rápidos y uno lento y profundo y así hasta que empecé a venirme arriba y decidí parar porque si no todo iba a terminar. Le pedí que se diese la vuelta y la penetré suavemente para no perder la erección, su calentón y excitación.
Mis dedos prepararon su ano para una incursión. Apliqué presión y solté, presión y solté, mi polla fue adentrándose poco a poco en su culo mientras ella gemía suavemente, una vez entro en el empecé la cabalgata. Mis ganas hicieron el resto, mi subidón llegó relativamente pronto, yo empujaba y ella me empotraba las nalgas en mi cintura, la vista de su culo, su espalda arqueada y brazos extendidos y atados me llevo al clímax con un grito sonoro y me derrumbé sobre ella abrazando su cintura mientras recuperaba el aliento y ella reía diciendo -Vaya vaya con blanco, te has quedado a gusto eh?
Cuando recuperé el habla le dije mientras besaba su hombro que esto no había acabado, me desacoplé y retiré el condón, la tumbé boca arriba y empecé a saborear su coño. Turquesa dejó de hablar y aguantaba a ratos la respiración para incrementar sus sensaciones, mis dedos ayudaban presionando, notaba lo que hacía por dentro en mi lengua y labios que torturaban suavemente su clítoris. Su clímax estaba cerca e introduje un segundo dedo y presione más fuerte moviendo mi brazo con violencia, gritos de placer, mi lengua completaba sus sensaciones, empezó a nacer de su garganta precedido por un -Jodeeeeer, más rápidoooo-. Mi movimiento de brazo y lengua producen el efecto deseado, yo esperaba a su orgasmo, sus fluidos lo señalaban como inminente, su clítoris se hinchaba, mi brazo a punto de acalambrarse y un grito desenfrenado seguido estertores me indicaba el fin. Yo seguí un poco hasta que después de dos grandes gritos más me pidiese que parase y así lo hice.
Me limpié la cara y la besé y abracé, ella quería abrazarme pero sus brazos atados lo impedían, me pidió que la soltase y así lo hice. Nos abrazamos, ella pensaba que este era el final pero yo quería otro orgasmo para mí y una vez descansados le pedí hacer un 69. Nos colocamos y comenzamos, enseguida mi miembro comenzó a sentir la fuerza de la succión y se erectó, yo me afané un poco pero me desconcentré, tal era lo que sentía que paré de comer coño y no pareció importarle, yo estaba encima y a horcajadas. Usaba sus manos y boca, me sentí en la gloria y de repente uno de sus dedos busco mi culo, presionó y soltó, riendo me dijo -¿Qué, le damos? A lo que respondí riendo -Soy todo tuyo-. Su dedo comenzó a introducirse poco a poco y un cosquilleo se apoderó de mí, una sensación gustosa me invadía, lo metió más y presionó, Zas, un calambrazo de placer me sacude, su boca trabaja afanándose y cada vez que presiona su dedo me siento estallar, unos cuantos lametazos, succiones y presiones y estoy a punto y aviso que tenga cuidado que en cualquier momento me voy pero en respuesta recibo un txalo sonoro. Turquesa sigue, yo jadeo, ella presiona, una sensación de hormigueo tal se apodera de mí, mi polla crece y se expande, mi culo experimenta un cosquilleo y grito hasta eyacular. Siento su boca, mi miembro palpitante en su boca, mi culo también palpita, acabo seguramente de tener un orgasmo de punto P, alucino, estoy entumecido, ella sigue y tengo que pedirle que pare, mis espasmos pueden conmigo, es tanto el placer que duele y con un -Vale, vale, vale, vale,- me derrumbo encima de ella exhausto.
En cuanto me repongo me muevo y la besó, río y nos abrazamos. La miro y digo, en un ratito nos duchamos y preparo un té, nos vendrá bien. Ella sonríe, otro beso y a descansar, mañana será otro día y será bueno, hoy lo ha sido. GRACIAS TURQUESA, GRACIAS