Cultivar el erotismo
Hieros Gamos
Hay que ver, humanos, mortales, que absurdos sois. Que poco sentido tiene la mitad de las cosas que hacéis o peor aún, las que os autoimponéis.
Vivimos rodeados de sexo. Sexo por todas partes. Se usan un par de tetas o una tableta bien marcada para vender casi cualquier chorrada. No importa lo que sea, le ponemos un paquete ajustado o un culo en tanga y a vender, y ojo, que yo no le pongo pegas a eso, al fin y al cabo nos gusta el sexo y me parece inevitable que pasen cosas así. Sobresexualizados, creo que esa sería la palabra. En el cine nunca falta la tía cañón convenientemente escotada o el cachas guaperas quitándose la camiseta a las primeras de cambio (y todos depilados, que pena de virilidades perdidas aunque este es otro tema). Los videoclips de según que grupos o cantantes casi parecen pelis porno y además de las cutres. Sexo sexo sexo SEXO… vivimos rodeados de sexo, casi asediados, cuanto sexo y que poco erotismo.
Que poco erotismo y que mal entendido y que pocas ganas de trabajarlo, porque sí, el erotismo es una cualidad que hay que trabajarla, una cualidad muchísimo más importante de lo que podamos llegar a pensar. El erotismo está ligado con la autoestima, con la autoaceptación, con vernos bien. Sentirte sexy es algo que ayuda a levantar la moral casi más que cualquier otra cosa y de hecho, cuando andamos bajos de autoestima, una de las primeras cosas que decae es nuestra conciencia erótica y nos vemos feos y poco atractivos. Mucho sexo, mucho porno barato, muchas tetas gordas y tabletas depilados pero que poca cultura del erotismo, del refinado sentimiento del sexo y la erótica personal.
En DevilBao tenemos un chat privado con todos los diablos que participamos. Originalmente era una herramienta de gestión pero como era de esperar acabó siendo una pequeña fiesta (si juntas diablos, súcubos, sátiros, elfos y demás criaturas, acaban pasando estas cosas). En este chat nos pasamos el día haciendo bromas, charlando del bien y del mal y por supuesto, nos dejamos llevar por el erotismo; una referencia pícara, un comentario con doble sentido, unas fotos subidas de tono… en ocasiones incluso nuestras jejeje. Nada demasiado ruborizante, tampoco os penséis que esto es una bacanal, pero sí jugamos con el erotismo y además lo hacemos en un grupo seguro y de confianza, entre amigos y compañeros y sin más fin que el de disfrutar ese momento y pasarlo bien. Ni las fotos ni los piropeos tienen por fin el sexo en sí (que oye, si se acaba dando no seré yo quien se queje) pero lo que sí consiguen es un ambiente relajado y distendido en el que disfrutar del erotismo de una forma sana entre amigos. Subes una foto tuya en la que se te ve sexy, te lanzan unos silbidos y unos «guapo» y te vas a trabajar con una sonrisa. Pues eso, cultivar el erotismo sanamente.
Es una pena ver a tanta gente que no sólo nunca lo ha hecho sino que además, se les nota que les hace falta un poquito más de amor propio y de cercanía con su erótica. «Yo es que nunca he sido sexy» «es que mira que cuerpo tengo» «¿con estos michelines?»… todo son excusas. Entonces te sientes feo, gordo, viejo y crees que nada de esto va a cambiar, que eso de ser sexys no va contigo. Pues no. Esa erótica es algo que hay que cultivar, no tiene edad, género, ni forma definida y empieza por nosotros mismos, por nuestra aceptación. Tú no eres sexy. Nadie lo es. A nadie le define. No es una cuestión del ser sino del estar. Uno está sexy y lo está en la medida que así se siente, por eso y si es tu caso, te voy a poner unos deberes:
1- Un día a la semana ponte ropa interior sexy. Lencería fina, un tanga elegante, medias con liguero… ponte lo más erótico que tengas (y si no lo tienes, hazte con algo) y te lo pones debajo de la ropa más común y ordinaria que tengas. Hazlo para ir a por el pan, a hacer la compra, a trabajar en la oficina… a cualquier sitio, pero no se lo cuentes a nadie. Será un secreto tuyo para ti. Piensa en la gente que se cruza contigo que no sabe el secreto que guardas bajo ese jersey de cuello vuelto.
2- Una vez a la semana hazte unas fotos sexys. Con algo de ropa, medio vestido o desnudo por completo. Coge el móvil y ponte frente al espejo. No hace falta que sean unas grandes fotos, sólo hazlas. Vete buscando diferentes encuadres desde diferentes ángulos. Por delante, por detrás, de medio lado. Busca esa pose en la que digas «caramba, tampoco estoy tan mal» puede costar más o menos pero te aseguro que todos tenemos un ángulo bueno. Estas fotos son sólo para ti. Puedes guardarlas o borrarlas pero son sólo para ti y para nadie más.
3- Una vez a la semana mastúrbate. Si no lo haces con cierta regularidad ya estás tardando. El orgasmo produce una hormona llamada oxitocina que básicamente es la hormona de la felicidad. Cuando tienes un orgasmo simplemente eres más feliz, así que mastúrbate. Pero no lo hagas sin más, que esto sería muy fácil y estamos hablando de reconectar con nuestra erótica. Vas a hacerlo delante del espejo. Mírate mientras lo haces, fíjate como se mueve tu cuerpo, como se sonroja tu cara, se tensan tus músculos. Fíjate en todo el placer que desprendes y del que no eras realmente consciente.
4- Cada día haz sólo una de estas cosas. No vale juntarlo todo en el mismo día, la erótica es algo que hay que trabajarlo poco a poco.
5- Que no te preocupe la vergüenza. Todo esto sólo lo sabes tú.
Estos ejercicios son por y para ti. Para nadie más. No tienes ni que contárselos a tu pareja ni amigos ni nadie, será tu secreto contigo mismo. Prueba a mirarte, a verte con naturalidad. Disfruta de ti, de tu cuerpo y de las sensaciones que te transmite y es que cuando conectes con tu propia erótica, verás como el mundo cambia un poquito y tú con él.