No entiendo a la gente
que odia los domingos,
quizás no sepan que sirven
para estar atornillados
a la cama, dar vueltas
por ella y enredarnos
con las sábanas y piernas
de quien nos acompaña
o soñamos; por eso
hoy rompí el silencio
y correspondiste
y te besé primero
con incertidumbre
-de tanto contenerme-,
luego con certezas
-qué ricas las certezas
en tu boca-. Y disimulamos,
nos escondimos de los ojos,
nos amamos en cada lugar
de la casa. Luego -hablando
de sueños- me desperté
y la ropa aún estaba tendida
y era domingo pero cada uno
ocupaba su cuarto.

Dos ilustraciones en grafito, rotring, acuarela y témpera en hoja A4. Para 3ª edición de «Sexo Oral« (Antología). Di-Fusión-a2. ISBN: 978-84-615-6085-1 Con un poema incluido en «Ábreme si me quieres conocer«