Diario de una mujer de 70
Diablos Invitados
Autor: Clara la jubilada
Si estáis leyendo esto es porque mi hija pequeña se ha empeñado en enviarlo. Ahora está viviendo conmigo, “circunstancias de la vida”… Gracias a ella he conocido internet y devilbao, suelo leer los artículos casi todos los días, y los comentamos juntas, por eso me animó a que participara aportando mis vivencias. Ay, qué podrá contaros una jubilada de 70 años…
Soy una mujer sencilla de un pequeño pueblo de castilla, y como las de mi generación y mi clase fuímos a trabajar a la capital. Allí conocí a mi primer marido, conocerle es decir mucho, porque llevábamos saliendo un año y solo nos veíamos los jueves, el día que yo libraba. Fui virgen al matrimonio, en todos los sentidos, y como mandaba la tradición y la iglesia, me casé para tener hijos “los que te dé el señor”. A mi ese señor empezó a dármelos pronto, tuve a mi primera hija antes de que cumpliera un año de matrimonio, cuando oigo por ahí a las chavalitas que la primera vez es muy difícil que te quedes embarazada pienso, a la primera no sé pero yo como mucho me quedé a la tercera. A los trece meses tuve a mi segunda hija, ahí descubrí que el método ogino no funcionaba como me contaron, o a lo mejor fué que me lo contaron mal, el caso es que tenía que buscar otras alternativas si no quería convertirme en una coneja. Hablé con mi marido para que buscáramos algún método anticonceptivo y fuimos al médico para que nos asesorara y nos recetara algo. Cuando le planteamos al médico nuestra necesidad puso cara de sorpresa y nos dijo que no entendía el problema porque yo era joven y fértil y con una salud excelente. Empezó a contarme la de casos de mujeres que no tenían la misma suerte que yo, y que habían tardado hasta 5 años en quedarse embarazadas. Poco más o menos me dijo que me quejaba de vicio y que pensara en esas pobres esposas que no eran capaces de cumplir con su deber. Ante mi insistencia el médico al final accedió a volver a estudiar mi caso solo si pasaba antes por dónde un párroco para que hablara con nosotros. En ese momento pensé en Juan un amigo de mi marido que traía los preservativos de Francia, a mi me parecía un gran esfuerzo, pero visto lo visto igual era lo más práctico. Tal como nos dijo el médico concertamos una cita con el párroco que nos indicó el médico y estuvimos más de dos horas aguantando una charla sobre la biblia, la mujer, sus deberes y el amor a Dios. Me daba igual, estaba convencida y salí de allí con un papel sellado que justificaba que había hablado con un cura. El médico a regañadientes me recetó “unas pastillas”, que la verdad al principio no me sentaron muy bien, pero cualquiera le decía algo al médico que estaba buscando cualquier excusa para que viera la luz y me pusiera de nuevo con mis quehaceres.
Cada vez que recuerdo lo que me costó a mí conseguir anticonceptivos, y lo fácil que es ahora, no puedo entender por qué los jóvenes siguen utilizando “la marcha atrás”. Bueno, jóvenes y no tan jóvenes porque me hija mediana que tiene casi cuarenta está liada con un señor y el otro día hablando del tema me dijo que ella no utilizaba nada porque la píldora le sentaba mal y el hombre con el que se acuesta tiene no sé qué problema con el preservativo. Total, que hablo de los jóvenes, pero lo tengo en mi propia casa. Lo más gracioso del tema, es que ese señor con el que está, es un hombre casado, y la semana pasada me contó mi hija que ha embarazado a su mujer, con casi 50…En fín, a punto ha estado de hacerme abuela, y creo que soy de las pocas madres que no quieren ser abuela, y menos con estos riesgos. No sé si lo leerá mi hija mediana, reñir me va a reñir seguro, a estas alturas ya me da igual.
Más adelante os contaré cómo siguen mi hija mediana con su amante, que mira que la digo que nunca va a dejar a su mujer y que ser la otra tiene más quebraderos de cabeza que ventajas y más ahora que espera su tercer hijo. También quiero contaros cómo afronta la rutina del matrimonio mi hija mayor, que ahora hay muchos juegos para avivar la chispa. La pequeña aunque ha vuelto a casa, me preocupa menos, tiene las cosas muy claras y ha tenido mala suerte con su última novia, pero lo supera todo.
El amor y sexo son unas asignaturas muy difíciles de dominar en la vida. Yo a mis 70 no sé si lo conseguiré solo espero que las nuevas generaciones lo hagan mejor que la mía.