Diario de una mujer de 70 años: Si fueran mis hijos…
Diablos Invitados
Autor: Clara la jubilada
Me podéis llamar rara, antigua incluso engreída, pero lo paso mal cuando yo vuelvo por la noche a casa sola, cada paso que no suena a tacones me acelera el corazón y no se me desacelera hasta que llego al portal. No es que salga mucho a mi edad, pero me gusta ir al teatro o a ver algún concierto, y aunque llego poco más tarde de medianoche, siempre me entra ese miedo. Mi hija pequeña se ríe de mí, me dice, “ama, tu ya no eres violable, ni siquiera lo soy yo, que pasando de los 30 ya no estamos en el mercado”, pero yo no lo creo así. Hay gente para todo, y con todo tipo de taras, solo hay que ver las noticias.
Si lo paso mal cuando vuelvo sola a casa, os podéis imaginar cómo lo paso cuando una de mis hijas me dice que nadie la va a acompañar…
A mis hijas nunca les puse hora para volver a casa, me parecía una tontería decirles vuelve a las 12, si el resto de amigas volvían juntas a las 2, la hora que tenían mis hijas era la hora en la que sus amigas volvían. Cuando se echaron novio descansé, porque las acompañaban a casa, incluso me parecía bien que aprovecharan un rato en el portal. Siempre he pensado que hay que dejar a los niños chapotear en el charco, porque de mayores no lo volverán a hacer. Lo mismo pasa con esos magreos de portal, de mayores se pierden esos momentos de pasión a escondidas… Ahora solo la pequeña vive conmigo, y si sé que va a volver sola, no pego ojo en toda la noche. La mayor vive con su marido, pero me consta que de vez en cuando tiene una de esas noches “de chicas”, me entero de forma inevitable porque me toca quedarme con los nietos. Y la mediana, con los líos que tiene, me tiene siempre muy preocupada.
Y las noticias no dejan de darme la razón, nuestra sociedad avanza, pero nuestra ética se ha quedado estancada. No puedo entender cómo unos chavales jóvenes, con la apertura sexual que existe ahora, pueden encontrar placer en la sumisión por la fuerza de una chica. En mi época el sexo era tabú, y como todo lo prohibido incitaba a probarlo, tampoco había información, y el papel de la mujer estaba muy limitado. En la escuela me enseñaron que tenía que cumplir los deseos de mi marido, satisfacer todas sus necesidades, desde llevarle las zapatillas de casa cuando llegaba cansado de trabajar, hasta cumplir como esposa con las obligaciones maritales, no me contaron nada de ser o hacer feliz. Cuando a una mujer le dan este rol y al hombre el poder, si le sumamos un poco de incultura, no es difícil que se den este tipo de situaciones de violencia física o sexual.
Y yo me pregunto, yo soy madre, y esas madres ¿qué piensan cuándo leen que sus hijos han drogado a una chica para tocarle las tetas? ¿Qué querían comprar cloroformo y así poder violar a una chica entre varios y que no se despierte durante todo el proceso? ¿Qué es eso de grabarlo? ¿Dónde está el derecho a tu imagen? ¿Qué es lo siguiente descuartizar chicas? ¿Qué hemos hecho para crear estos seres? ¿Qué es lo que estamos haciendo mal?
Yo como madre, y abuela, solo espero que las nuevas generaciones sean mejores que la nuestra, con una ética que le permita a esta sociedad progresar. Ya no creo en religiones, creo que no han evolucionado, además desde que me divorcié soy una persona no grata en el catolicismo, pero sí creo que necesitamos una buena moral. Tenemos que enseñar el valor de la vida, el respeto a los demás, la importancia de la empatía, en lugar de regalarles kilos de juguetes y ordenadores. Ahora queremos que nuestros hijos lo tengan todo, todo lo que nosotros no tuvimos, pero realmente tenemos que enseñarles que no siempre se puede tener todo lo que uno quiere, no siempre se puede tener el último móvil, como tampoco se puede tener a la primera chica con la que uno se cruza una noche tonta. Tenemos que hacer mejores seres…