Entre óleos
Barbarella
Barbarella:
Tengo el placer de pertenecer a un grupo de artistas que quedamos periódicamente para probar alguna modalidad artística. El pasado domingo, Moonlight organizó en su casa una reunión para pintar. Samara se trajo su maletín de oleos y escogió el “Campo de trigo con cipreses” de Van Gogh. Empezó a deleitarse con el azul del cielo y sus nubes que parecían enroscarse en remolinos. Moonlight estaba terminando una de sus preciosas odaliscas, incluyendo en el fondo unas pirámides. Entre tanto Brigitte y yo estábamos maquinando probar con nuevos lienzos, nuestra piel. Ni corta ni perezosa, me ofreció su sensual hombro, y con pintura acríllica empecé a dibujarle en unos intensos tonos verdes una pluma de avestruz, si ella se dejaba, salpicaría su cuerpo con plumas. Moonligh que había terminado su acuarela, le pidió prestado a Samara un lienzo y empezó a darle al oleo…
Moonlight:
Nunca había probado el oleo, me gustó comprobar cómo texturas y colores se mezclaban en la paleta que me prestó Samara. Investigué en su maletín hasta que dí con los colores que necesitaba para mi primer lienzo de oleo. Samara estaba enfrascada en tu tarea de mezclar nubes, y mi mente disfrutaba con la textura del oleo, con la buena música del ambiente, el olor a pintura y a incienso, el sabor de la cerveza, y sobre todo, disfrutaba viendo fugazmente como Barbarella y Brigitte se dibujaban con acrílico en la piel la una a la otra. Hombros seductores, piernas interminables, escotes provocativos… suavidad y elegancia de mujeres disfrutando juntas frente a mí. Brigitte, ya con una bonita decoración en su hombro y en su brazo, comenzó a dibujar unas preciosas amapolas rojas en el brazo de Barbarella. Tiene una técnica exquisita al dibujar. al terminar su brazo, frente a mi mirada curiosa, pasó a dibujar en la pierna, y después en el escote, aquella imagen era la mejor obra de arte que había en el salón. Me encantaba mirarlas mordiéndome sutilmente el labio…
Barbarella:
Con suaves pinceladas Brigitte acariciaba mi brazo mientras un escalofrío recorría mi cuerpo. Del brazo pasó al escote. «Estaba deseando verte florecer» me dijo mientras decoraba mi canalillo. Se perdió entre mis senos y yo me dejé llevar por el erotismo del momento cerrando los ojos. Tenía esa extraña sensación que te dice que alguien te observa y al abrir los ojos vi a Moonlight mirándome, mordiéndose el labio, Ummm me imaginé comiéndole esos carnosos labios y la invite a acercarse.
Moonlight:
Barbarella me miraba provocadora. Mi mente volaba demasiado, así que decidí enfrascarme un poco más en mi lienzo. Brigitte terminó su obra floral en el cuerpo de Barbarella, y se acercó a mí. El olor de la pintura se mezcló con el olor de su perfume. Miró el paisaje de playa que estaba creando en mi lienzo, y me aconsejó sobre cómo mezclar colores y la dirección de la pintura. Puso su mano sobre la mía y guió mis pinceladas. Mientras, oí como Samara y Barbarella conversaban sobre las pinturas corporales que acababan de crear, como se adaptaban a brazos, piernas, pechos… Brigitte y yo, compartiendo pincel entre nuestras manos, dibujabamos olas oleosas y sentía su cuerpo muy cerca. Giré la cabeza hacia ella y me encontré su cara. Nuestros labios estaban muy cerca. Ella apretó mi mano un segundo, y acerqué mis labios a los suyos. Nos besamos apasionadamente, jugueteando con nuestras lenguas, el pincel y el oleo quedaron abandonados sobre mis rodillas…
Barbarella:
Samara decidió hacer una pausa, se soltó el moño, su larga melena caía como una cascada sobre su cuerpo. Empezó a desnudarse lentamente hipnotizándome con sus ondulantes movimientos. Quería tocar su blanca piel, y entretenerme con sus curvas, pero sobre todo, me apetecía palmear ese turgente trasero. Tas tas tas…me encanta esta melodía. Para estar en igualdad de condiciones me desprendí de la ropa, y nos fundimos en un abrazo. Nuestros labios encontraron caminos por donde perderse escondiéndose en los recovecos más dulces. De reojo miré a Brigitte y a Moonlight, la escena era excitante. Me encanta cómo acarician las féminas, sin prisa, con la intensidad precisa en cada momento. Samara me llevó al climax de la forma más dulce y más suave que jamás había probado.
Moonlight:
Una pareja de mujeres a cada lado de mi sofá. Ví volar la ropa de Barbarella. Saboreé los pechos de Brigitte mientras Barbarella y Samara se divertían al otro lado. Brigitte rescató un pincel que aun no había sido sumergido en pintura y acarició mis pechos con el. Oí un tas tas tas, los jadeos de Barbarella, y un rato despues sentí el suave cosquilleo de los pelitos limpios de otro pincel por mi muslo, acercándose a mi sexo peligrosamente. Samara jugaba con el pincel por mis muslos y Brigitte por mis pezones. Barbarella se unió besando a Brigitte en los labios. Piel, manos y pinceles se fundieron en caricias y gemidos. Se acariciaban las flores pintadas en los cuerpos de Barbarella y Brigitte. Uno de eso pinceles se sumergió en pintura negra, y Brigitte comenzó a dibujar una línea que recorría el cuerpo de Samara pasando por puntos estratégicos. Barbarella seguía ese recorrido con sus labios y yo con caricias sutiles con las yemas de los dedos. Disfrutábamos de la mezcla de olores de perfume femenino con pintura y buena música…
Días después, limpiando la sala, moví el sofá para limpiar por detrás. Ante mi sorpresa apareció una prenda femenina de encaje negro. Recordé haber visto volar el top de Barbarella… y no pude evitar sonreir.