Hartas
Moonlight
Hace unos días la artista internacionalmente conocida, Madonna, fue elegida Mujer del Año por la revista Billboard. El discurso que la gran mujer lanzó en ese momento está, afortunadamente, dando la vuelta al mundo. Anteponiendo el hecho que te guste Madonna como artista o no, merece ser leído. El discurso me generó un nudo en la garganta, gatos revolviéndose en mis tripas y grandes aplausos y satisfacción al final.
He aquí las palabras de la discordia, merece la pena, de verdad:
Es cierto. Si te haces fotos desnuda y te publican, te van a criticar. Aunque a ti no te moleste lo más mínimo que te vean desnuda. Te quieren puta pero sin que lo demuestres. Se vuelven locos por una mujer sexy, pero que no sea la suya para otros. No pienses libremente, sigue al rebaño, eres una mujer, ¿qué vas a hacer si no? Corres el riesgo de que te lleven a la hoguera.
Pues aquí estamos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar. Estamos hartas. Hartas de tener que medir cada palabra que digamos o cada cosa que hagamos. Hartas de tener que ser bonitas, ponernos medias que nos dejan marca en la cintura porque si no se te ven las bragas o la celulitis, depilarnos, maquillarnos. Hartas de que nos tachen de zorras si nos ponemos un rojo muy resultón en los labios, o de que nos traten de dejadas si vamos con la cara lavada. Hartas de que nos rechacen en trabajos porque no hemos ido vestidas como ellos esperaban, cuando has ido con tus vaqueros, tu camiseta, tu piel y tu pelo perfectamente limpios, pero claro, sin maquillar… no me vales, aunque sean un hacha en tu trabajo y puedas demostrarlo. Hartas de que nos griten por la calle que somos guapas, o rubias, o lo que sea, y de que contestemos para defendernos de ese ataque (porque no es un piropo, es un ataque) y de repente nos convirtamos en feas. Hartas de volver a casa con las llaves en la mano por si hay que utilizarlas, de escribir a tus amigas avisando de que ya estás segura en casa para que no se preocupen. Hartas de tener que vigilar nuestro cubata en todo momento por si nos han echado algo en la bebida, y de que nos echen la culpa de que nos han agredido porque era muy tarde cuando volvíamos solas a casa. Hartas de decir abiertamente que te gusta el sexo, o que te masturbas, y que te señalen con el dedo y piensen que eres una zorra suelta y que cualquier hombre tiene posibilidades contigo porque le han dicho que te has tirado a unos cuantos y eres fácil. Hartas de que nos violen nuestros amigos mediante coacción sin que ni siquiera nos demos cuenta.
Y como bien dice Madonna, que es otro tipo de feminista. También estamos hartas de que se encasille el feminismo en la imagen de una mujer con pelo corto, voz de camionero y sin depilar. Femenina y feminista no son contrarios. Existe esa feminista y tiene todo el derecho a existir, pero también existe la feminista a la que le gusta maquillarse, arreglarse y lucir, pero para ella misma, no para ellos y no, no lo “va buscando”. Se siente bien con su cuerpo como le gusta llevarlo, al igual que la que va sin depilar. Y si quieren enseñarlo lo enseñan, y si no, no. Ambas tienen todo el derecho del mundo a luchar contra las agresiones, a reivindicar que aún hay muchísimo por hacer, que nuestro cuerpo nos pertenece a nosotras y que nadie es nuestro dueño más que nosotras mismas. Y muy posiblemente el mismo cuerpo y la misma mente tengan temporadas de querer arreglarse más o menos, porque no, no somos muñequitas que tenemos que ir siempre perfectas.
Algo está cambiando, lo noto. Lo noto en lo que leo, en lo que oigo. Ya no nos callamos. Ya no dejamos que nos sometan. Ya no somos conformistas y alzamos la voz, cada vez más alto.
Me callaré el día que no tenga que prepararme para la pelea si vuelvo sola por la noche y oigo pasos detrás de mí. El día que dejen de hacer comentarios sobre el tamaño de mis pechos. El día en que no me sienta incomoda sola en un bar rodeada de hombres desconocidos.
Ese día habremos vencido.
Y con personas que tienen repercusión en el mundo, que tienen voz y que se las escucha, y con la mentalidad de Madonna, lo conseguiremos.
Mucho que combatir, pero no pierdo la esperanza.