Historias de mi Akelarre
Mandrake Scream
Esta historia comenzó la segunda vez qué salí con mi akelarre, por aquel entonces yo acababa de empezar mi aventura con Koldar y aún no recordaba mi naturaleza demoníaca. Aquella noche salimos Macskaszeme, Midnightsun y yo. Tras tomarnos unos pinchos y unas sidras nos dirigimos al local donde más tarde conoceríamos al Italiano. El sitio ese día estaba bien nutrido de machos humanos apetitosos
Macsk se puso a bailar con un ejemplar bastante bizarro, Midni y yo nos fijamos en un nutrido grupito de cuerpos atléticos que estaban celebrando la despedida de un compañero, mientras aplicábamos nuestras dotes en el arte de la danza.
Pasado un rato decidí salir a fumar un cigarrillo y al salir uno de los chicos del grupo (El Cuerpo) decidió acompañarme. Mientras fumábamos El Cuerpo me contó que eran Guardia Civiles y estaban en la despedida de un compañero al que destinaban a León. Me preguntó por mi condición y le comenté que en ese momento estaba bien servida ya que tenía un marido y un amante. Terminamos el cigarrillo y volvimos dentro. Al entrar se quedó bailando conmigo refrotándonos cual jabón sobre esponja.
Poco tiempo después Midni se acercó a nosotros y me dijo que estaba preocupada por Macsk, que el tio bizarro tenía pinta de plasta de los que no te quitas ni con agua hirviendo, por lo que le pedí al Cuerpo que nos echase una mano para espantarlo, pero él me dijo que no estaba interesado en Macsk, que le interesaba más seguir conmigo, que conocían al bizarro y que estando ellos ahí no se iba a propasar. No obstante me acerqué a Macsk para ver si estaba bien y me dijo que no pasaba nada, que en realidad tenía totalmente descolocado al bizarro puesto que ella sabía toda su vida y milagros ya que era el sobrino de un conocido, pero que él no la había reconocido.
Llegó la hora del cierre y salimos acompañadas del nutrido grupito, nos dirigimos hacia una discoteca cercana y El Cuerpo seguía insistiendo en su interés por mi, pero yo a mi vez insistía en que estaba de momento bien servida. Al llegar a la puerta de la disco del nutrido grupito sólo se quedaron tres (El Cuerpo, El Grajo y El Aviador) con nosotras. El Aviador llevaba una curda encima que casi no se tenía en pie, e insistía en que en la disco iba a conquistarnos bailando a las tres. Había demasiada gente en la fila para entrar y nosotras dijimos que no queríamos esperar, que preferíamos irnos a tomar un chocolate, a lo que El Cuerpo y El Grajo se apuntaron y nos dirigimos a una chocolatería.
El Grajo tenía una voz super desagradable (mezcla entre el graznido de un ganso y el de un grajo afónico), en cambio El Cuerpo era de lo más agradable. Como se dio cuenta de que conmigo esa noche no tenía nada que hacer empezó a interesarse por Midnightsun.
Cuando llegamos a la chocolatería todavía estaba cerrada. Yo tenía los pies destrozados por los taconazos y quería irme a casa. Y Macsk propuso como plan alternativo ir a tomar un colacao a su casa. Así que tomamos ese rumbo, pero al llegar delante de mi portal, mis pies decidieron que no daban un paso más y me despedí de los cuatro.
A la mañana siguiente quedé con mis brujas para que me pusiesen al corriente de lo sucedido y esto es lo que me contaron:
En el último momento Macskaszeme recordó que no le quedaba colacao y Midni propuso ir entonces a su casa. Llegaron allí y pasaron todos al salón. Midni y El Cuerpo se sentaron en uno de los sillones, Macsk y El Grajo en el otro. Comenzaron a charlar y ellas comentaron que eramos madres separadas de cuarenta y tantos, y ellos que eran guardia civiles de treinta y pocos. Macsk que no se había enterado de mucho preguntó que a que se dedicaban, con lo que ellos reiteraron que eran miembros de uno de los cuerpos del estado, Macsk no se lo creía (ella en aquel momento estaba saliendo con un chico de otro cuerpo, el de bomberos) y ellos sacaron su placa para demostrarlo.
Midni fue a la cocina y preparó los colacaos, los llevó al salón y volvió a sentarse junto al Cuerpo. Entonces este se quejó de que tenía frío (era invierno), ella cogió una manta, la echó por encima de los dos y decidió que ella le iba a calentar (estaba ya hasta los mismísimos de su, en aquel momento, follamigo y quería nuevas experiencias).
El Grajo hizo un desafortunado comentario sobre la envidia y el edredoning y Macsk que no tenía ningún interés en él decidió irse a fumar a la cocina. El Grajo la siguió e intentó que Macsk le hiciese caso acorralándola contra la mesa en plan seductor, pero ella se excusó y le dijo que se iba a su casa para dejar tranquilos a los otros dos tortolitos. El Grajo se ofreció a acompañarla y de nuevo en el ascensor intentó acorralarla, pero ella se zafó y le dijo que ya tenía quien apagase sus fuegos. La acompañó más tranquilo a casa y al llegar al portal pidió que le invitase a subir. Ella le mandó a la parada del autobús, y el cual cordero degollado le suplicó que al menos le diese su número de teléfono, a lo que ella respondió: «lo que te voy a dar es una patada en el culo como no te largues ya al bus». Él se fue y ella subió a su casa.
No habían pasado ni 5 minutos y sonó el teléfono. Era Midni que se había quedado sin gomas y El Cuerpo no llevaba tampoco ninguna encima. Así que Macsk, cual farmacia de guardia a domicilio, fue a llevarles los preservativos.
Según contó Midni el sexo no estuvo nada mal con El Cuerpo, pero no iban a volver a verse nunca más.
Pasados unos meses del suceso recibo una llamada de Macsk que tenía un ataque de risa y me pregunta «¿A qué no sabes que me ha pasado?» y yo «no, ¡cuenta,cuenta!». Entonces empieza a relatarme el nuevo suceso:
Macsk es agente de seguros y se encontraba frente a un edificio donde tenía que realizar varias visitas. Había llamado ya a seis pisos y nadie le abría el portal. De pronto nota como por detrás se acerca una sombra, toca el telefonillo y cuando contestan una desagradable voz de grajo dice «tenemos una cita para la niña». Macsk se gira y… ¡efectivamente! era El Grajo, su mujer y un carrito con un bebé de uno o dos meses.
Ella aprovecha la apertura de la puerta y se queda revisando los buzones,pensando «¡claro! así que estaba más salido que el pico de una plancha, la abstinencia de un embarazo de riesgo. ¡capullo! y su mujer sin saberlo». Él, la mujer y el carrito se colocan frente al ascensor, la mujer decide que mejor sube por las escaleras porque el ascensor es pequeño, y Macsk que quiere quitarse la rabia de dentro, activa el fuego de sus ojos y con voz sensual y mirada felina se acerca y dice:- Hola Grajo ¿que taaaal?- Él suelta un graznido asustado:- ¡No sé quien eres!- Ella más sensual aún, como una gatita ronroneante:-Mmmmm. ¡vaya memoria que tienes!, o acaso es ¿qué la noche te confunde?. Por cierto ¿qué tal tu amigo El Cuerpo?. Soy Macskszeme, ¿no te acuerdas de miiii?-
En ese momento llega el ascensor y el entra dentro como alma que lleva el diablo, de tal forma que si hubiese tenido rabo el ascensor se lo hubiese pillado, hace origami con el carrito de la niña para entrar aún más rápido, encogiéndose por momentos como si fuese ropa de algodón en lavadora a 90º.
Mi carcajada ante esa anécdota hizo retumbar el suelo. Pero ahí no acaba este relato.
Había pasado ya el mes de febrero, y el traidor santo del primo de cupido había acabado con el bombero, Koldar y mi pezqueñín del Islam. Salíamos aquella noche solas Macsk y yo, y volvimos al local ya mencionado. Yo esa noche estaba más entretenida chateando por teléfono con mi Darkness Prince (que hacía poco había reencontrado) que pendiente de la fauna humana existente en el local.
Y Macsk de pronto veo que se aproxima a un expecimen conocido (¡Hostias si es El Cuerpo!, ¡Cuánto tiempo!). Ella le saluda y él con cara de chucho despistado y capacidad de memoria de pez le pregunta «¿nos conocemos?» a lo que ella contesta «Soy Macskaszeme, la amiga de Mandrake y Midnightsun» y él «¡aaaaah!, si, si, si, si, si, ya recuerdo», se ponen a bailar y charlando él le confiesa que está casado, ella le comenta el episodio con El Grajo y su bebé, a lo que él responde «pues no me dijo nada».
Yo mientras ellos hablan sigo a mi rollo, teletransportándome entre el mundo humano y el infierno, observándoles de vez en cuando veo como El Cuerpo cada vez se va metiendo más en el papel de cazador furtivo y Macsk en el de gatita juguetona. Llega la hora del cierre y yo estoy deseando llegar a casa para seguir en la intimidad con mi príncipe del infierno. Él se ofrece a acompañarnos puesto que puede coger el bus para ir a su casa en la parada cercana a las nuestras. Llegamos a mi portal, me despido de ellos, ellos se dirigen a la parada y se sientan a esperar. Viene el autobús y lo mismo que llega se va, por que El Cuerpo lo deja escapar y canturreando como si de un cachorrito humano se tratara da su excusa «es que quiero que me invites a un colacao». Ante la insistencia del chico Macsk decide acceder con la condición de un colacao y punto.
Durante toda la velada él ha estado continuamente comentando «no me puedo creer que tengas 40 años cumplidos, ¡si estás cañón!», y de nuevo en casa de Macsk repite su monserga «¡es que no puedo creérmelo, con ese cuerpo cañón no puedes tener cuarenta ni de lejos!. Me estás mintiendo». Macsk saca su DNI y él puede comprobar que efectivamente le pasa más de 10 años. Incrédulo él repite: – ¡No me lo puedo creer!, mi mayor fantasía ha sido siempre poder montármelo con una madurita-.
Y ella:- Pues ya la cumpliste la noche que pasaste con Midni-.
Él:- ¡No jodas!, ¿también era cierta la edad que dijeron tenían tus amigas?-.
Ella:- Pues sí, claro-.
Él:- Pero tú eres la que me gusta-.
Macsk pone los colacaos, él la coge por la cintura e intenta sentarla sobre sus rodillas, ella dice:-¡Venga, tómate el colacao y vete que volverás a perder el bus!, además no quiero liarme con un hombre casado-.
Él acaricia su pierna y resopla:-Bffff, ¡Joder que bien te sienta este minipantalón!.-
– Piensa en tu mujer y no en mis piernas- dice ella en plan paternalista.
– ¡Joder!, no me hagas pensar en ella. Si esto no va a significar nada. No se va a enterar y a mi me harías el hombre más feliz del mundo- replica él con voz de cachorrito en apuros.
Y tanto insistió que en plan ONG Macskaszeme accedió a hacer su sueño realidad. Pensó que total: otro pezqueñín para su colección y hacer feliz a una persona a todo el mundo hace feliz.
Así que le invitó a la habitación, y tan excitado estaba que fue entrar y salir por que se quedó sin fuelle (diagnóstico eyaculación precoz). Pero satisfecho de ver cumplida su fantasía se ofreció a bajar al pilón. Cosa en la que el chico parece ser bastante diestro por el comentario que me hizo Macsk «corto pero muuuuuuuuy intenso».
Tras este episodio El Cuerpo le dio su número de teléfono diciendo: «salvo multas, que no puedo, cualquier cosa que necesites de la Guardia Civil me llamas. Si no, no me llames no vaya a enterarse mi mujer. Un millón de gracias». La besó y se fue a la parada del autobús con una sonrisa en los labios.
Y mi recomendación de hoy para vosotros es:
Vibráfonos de melodiosa armonía.
Idiofonos rítmicos en su percusión.
Violonchelos rozando la agonía.
Instrumentos movidos por la pasión.
Dulcémele de vibrante melodía.
Escala ascendente y acústica.
Laud suave alcanzando sintonía.
Saxofón de cadencia única,
Espineta inquieta en su marasmo.
Xilórgano de etérea música,
Oboe en el cénit de un orgasmo.