Juventud, ¿divino tesoro?
La Txika del Sextoki
Dice Madonna que los jóvenes no saben lo que hacen pero que se pasan toda la noche haciéndolo. Santa razón.
Nos molan los jóvenes, nos mola saber que estamos en el mercado para chicos que aún no son capaces de tener una barba bien poblada, pero a la hora de verdad es otro tema…
Cuando te lías con un «púber» (especimen masculino cuya edad oscila entre los 18 y 24 años), te sientes maravillosamente, hasta que compruebas que esa torpeza a la hora de quitarte el sujetador hace que te replantees si realmente quieres que te chupe una teta o darle el pecho… Sí amigas, los «pubers» son torpes.
Cuando consiga quitarte el sujetador, si no te has dormido, o muerto (depende de la edad con la que empezaste el coito), con un poco de suerte te acariciará los pechos, digo suerte porque ya me paso que uno me dio un masaje en círculos. Claro, la diferencia de edad hizo que no entendiese mi comentario: «Muy bien, Daniel-san, dar cera, pulir cera». Un drama.
Tampoco os esforcéis mucho a la hora de la realización ciertos trabajos bucales, tienen tantas ganas de meterla en caliente que los preliminares sobran. Los «pubers», generalmente, van pasados de vueltas, tanto que uno hizo récord, minuto y medio… MINUTO Y MEDIO, 90 segundos de auténtico placer que sirvió para que me pillara un enfado considerable.
– «Tranquila, que en el segundo aguantaré más»
No. Mentira.
Pero claro, en ese momento de insatisfacción sexual, un «púber» te dice que le pones mucho, que jamás había estado con una «madurita sexy», y no sabes si tomártelo como halago o partirle la cara.
Así que ante un resultado adverso de 2-0 donde el tiempo ha pasado volando, la peor opción es la práctica del sexo oral. Vamos a ver, ¿con la cantidad de porno que visionan no son capaces de aprender nada? Pues no. Pero claro, también ven mucho fútbol y no les hace ser Messi.
¿Nunca habéis deseado ser un controlador aéreo? Pues tenéis una oportunidad de oro. Cualquier día me llevo unos pirulos tropicales luminosos de esos, y un chaleco reflectante para hacer señales.
Pero también tienen sus cosas buenas, son inagotables. No he visto tanta energía junta, y tantas ganas por esforzarse.
Queridas amigas, probad a un «púber», enseñadle mundo, y sobre todo, sex felices.