Los 3 vasos
Barbarella
Voy a compartir la teoría de los 3 vasos. Es algo obvio pero, hasta que no te das cuenta de cómo funciona este sistema de trasvase de fluidos, terminas perdida en un mar de lágrimas. Sí, he dicho que terminas perdida, porque esta lección no la necesitan los masculinos, la tienen aprendida de serie.
Tenemos 3 vasos: el del cariño “como el de los abuelitos”, el del amor “el de pareja” y el del sexo, este último creo que no necesita aclaración. Sobrevivimos con estos vasos más o menos llenos, pero la sed no perdona y nos dice que tenemos que rellenar uno o varios vasos en función de la necesidad y de la naturaleza de cada ser. Hay quien dice que tiene los 3 vasos llenos, si lo dicen supongo que así será, pero no puedo evitar dudarlo, es un pleno al 15 que nunca he conocido. También existen diferentes tamaños de vasos: hay quien tiene los vasos del mismo tamaño, pero también existen los que tienen una jarra en lugar del vaso del sexo, y un vaso de txupito del amor. Y otra variable es el nivel requerido por cada uno: como hay quien puede sobrevivir con 2 dedos de whisky con hielo, otros precisan de la botella entera…
Partiendo de este esquema y sus escenarios, os explicaré como va eso del flirteo y sus variables. Normalmente las féminas, de naturaleza emocional, vamos en nuestro mundo de nubes, margaritas y piruletas, buscando llenar el bonito vaso del amor, que suele ser rosa y a través del cual solemos mirar nuestro mundo. Por el camino te topas con galantes caballeros que te regalan los oídos con eso de que eres preciosa y “especial”. ¡Ojo! Ahí está la primera alarma. Si un masculino te dice que eres especial, lo que realmente quiere decir es “quiero follarte, especialmente hoy que tengo el vaso de sexo con menos de un dedo de delicioso fluido”. Con esta pista, tú eliges: si el masculino es atractivo y te place, ala, al lío; pero si quieres sumergirte en una bonita novela rosa, sigue buscando. Ojo, que yo no digo que sea mejor o peor lo uno o lo otro, solo quiero compartirlo, porque mis trocitos de corazón me costó descubrirlo y, si os lo puedo ahorrar, pues habrá merecido la pena. Por otro lado están esos mosquitas muertas que buscan solo el amor, que no te han rozado un brazo y ya te llaman su princesa. ¡Atención! Ésta es una especie de tarados muy peligrosa: te pedirán atenciones sin fin para llenar su vaso del amor, incluso después de decirles eso de “casi mejor como amigos”, lo que también es un error, porque adoptarás un amigo a precio de novio, con todas las contraprestaciones que esto supone.
Aquí tenemos el típico dilema de sexo sin amor o amor sin sexo. Personalmente a la segunda no le encuentro ningún sentido. De todas formas, allá cada cual con sus vasos. Si tienes el del cariño y amor muy vacíos y tienes un pedazo empotrador que te da mambo del bueno, tal vez lo puedas complementar con un “amigo de sexo de vaso de txupito».