Masturbarse
Satiricón
J-O-D-E-R que meses he pasado, solo, en pareja, grupo, con internet, con la memoria o la imaginación, pocas cosas hay que no me hayan hecho poder hacerme una buena paja.
Ya expliqué en su día, que tengo cierta lista para reactivar mi pasión satírica, bueno aquí está la continuación del plan, el punto dos, MASTURBACIÓN.
Hay muchas formas de masturbarse, Hieros Gamos te explica algunas con su toque desenfadado, en mi caso, aunque en resumen podría hacer dos distinciones: mental y física. Ante todo, aclarar que la masturbación no va inquebrantablemente unida a orgasmo, incluso a veces suprimiendo este se intensifica el placer, pero eso es otra historia.
La masturbación en si es el acto de estimular los órganos sexuales con el fin de obtener placer, aunque por regla general los humanos no soléis contarlo como órgano sexual los sátiros sabemos que la mente junto con el falo y el ano son los principales órganos sexuales.
Por ello la masturbación mental no es más que el acto de activar mi mente, que en ella se establezca el sagrado deseo no como algo cotidiano que debe hacerse ni como respuesta a una función animal, sino por el mero hecho de que yo lo quiero y por ello indago para llevarlo a cabo, ya sea a través de uno de los miles de vídeos porno que hay disponibles, en todas sus versiones desde el misionero hasta el porno furry, cualquier cosa puede ayudar a que los engranajes de la mente rueden, un olor, el color rojo en unos labios carnosos, una mirada cómplice en el metro, unas piernas fuertes de una mujer grande, el culo prieto de Brad Pitt en el club de la lucha, de varias maneras solo es encender la mente, prepararla y hacer que despierte en ella el hambre, un hambre insólita, de curiosidad, de platos conocidos, de nouvelle cuisine o de auténticos festines romanos, un hambre que termina con las dos únicas maneras de satisfacerla, sexo con más personas y sexo en solitario es decir: Masturbación física.
No podría hablar de todas las formas que hay de causarse placer, frotándose, usando huevos Tenga, juguetes tanto para la penetración en mi como la mía en ellos, sea restregándote contra las sabanas, una almohada o una imitación del culo de Jenna Jameson, usando lubricantes, masturbadores, vaginas en lata, sintiéndome sexy travistiéndome y frotándome delante del espejo o que mi ama me ate e impida tocarme, mientras me castiga y al final me permite satisfacerme mientras se sienta en mi cara, sea como sea, la masturbación mental suele acabar con una masturbación física y por norma general con una buena corrida. Es burdo y como ya he dicho no siempre necesario, pero suele pasar ¿no? Y aquí viene la mejor parte, ese orgasmo producido por nosotros, no consigue saciar el hambre generado por la masturbación mental, ni siquiera es medio plato, es más bien ese vermut con unas aceitunas que dulcifica y despierta el paladar para los platos principales, nos prepara para el gran festín, el sexo con los demás, sea tu pareja, un ligue o ese grupo de dogging con el que tanto te diviertes. La masturbación te ayuda a incrementar el deseo por ir un paso más allá, y lo das con gusto, caminas con la cabeza bien alta, la polla en ristre, el coño mojado y los pezones duros como putas rocas, la mirada febril de deseo y un ronroneo capaz de hacer que las estatua se empalmen, oh si, caminas para follar, y lo sabes.