Me llaman quita resacas
Barbarella
Domingo 6 de la tarde, mi pequeño saltamontes tiene resaca y me manda un wasap. Nada de qué tal el día, la noche, el finde, simplemente está cachondo y se acordado de mis tetas. El caso es que mi pequeño saltamontes tiene novia, y después de cagarla en relaciones previas por su gusto por las féminas, esta vez quiere hacerlo bien, no quiere ser infiel…
La fidelidad, curioso concepto, hay quien tiene claro que si no es física la infidelidad no existe, dejando sus oscuros deseos en el mundo de la imaginación. Pero hay una modalidad nueva mucho más práctica, trasladar las prácticas infieles al mundo virtual, quien no se adapta es porque no quiere. Estás en el sofá aburrido y en lugar de consumir distante material pornográfico contactas con una fémina dispuesta a deleitarte los oídos, mientras te masturbas más a gusto que un arbusto. Todo ventajas, es como una línea erótica, pero sin coste adicional, y ahora con las nuevas tecnologías, puede compartir improvisadas fotos y vídeos.
Normalmente las féminas somos más generosas con este tipo de material, o puede que tengamos más gusto, ya que mientras una comparte una serie entera plena de lencería, la otra parte contratante como mucho te regala un plano de pene donde se aprecie su vigor, incluso alguno se suelta y te regala un vídeo con el resultado de la interacción. De todas formas supongo que somos generosas de más, o como diría mi abuela, “dios le da bragas a quien no tiene culo”, porque una se curra un sugerente book y como respuesta te llega un “mándame un primer plano de las tetas y otro del coño”. No es que sea un momento para romanticismos, pero una respuesta un poco más empática tampoco está de más.
Volviendo al pasado domingo, como no tenía nada mejor que hacer, me puse a jugar con mi pequeño saltamontes. Me puse cómoda, y me preparé para disfrutar de un aperitivo de sexo virtual. Para romper el hielo me preguntó que llevaba puesto, para a continuación pedirme que me lo quitara todo, y que le fuera mandando un reportaje gráfico con el que compensar su atrofiada imaginación. Puse a su disposición todo mi cuerpo, me toco por donde quiso, y me la metió por donde me da que no se atreve a hacerlo en persona. La verdad es que es muy cómodo, no te cansas, y aunque compartimos un guión, los cambios son muy flexibles, hasta que llega el momento de su éxtasis, que en la mayoría de los casos es demasiado pronto, y ahí se acaba el juego. Ni un minuto extra para ver si estás medianamente satisfecha, total ojos que no ven corazón que no siente.
El juego tuvo su punto, pero después, volvió con su chapa habitual, esa de, esto no es una rutina, no lo vamos a volver a hacer, es algo puntual, no quiero joderle la vida a nadie bla bla bla bla tenía resacas, es que me provocas, con ese cuerpo y esas ganas de guerra… Maldita crueldad, no sólo me delega al mundo de las fantasías, dejándome con la sensación que como realidad no valgo nada, si no que además me da la chapa.
Como quitarresacas no tengo precio, pero definitivamente tengo que dejar estas prácticas, me sientan fatal, termino cabreada y con la sensación de que soy una ONG sexual. Además me trasladan toda la culpa de sus inseguridades, ya que al parecer mi sensualidad es tan potente que los pobres no pueden evitarlo y les obligo a tener pensamientos impuros.
Sin más, a otra cosa mariposa…