Me pones
Barbarella
La atracción es un término muy general por lo que he clasificado en diferentes categorías:
ME PONES FÍSICAMENTE: En este caso sientes una atracción por el aspecto físico del sujeto. Sus características de color de pelo, ojos, altura, complexión, determina a simple vista el nivel de atracción. No es necesario profundizar en su personalidad, nivel cultural o de estudios, la imagen es lo único que cuenta. Puede tener un físico imponente pero sin la suficiente atracción sexual o deseo.
Puede ser como ese vestido que es mono, pero que no te lo pondrías, aunque también puede ser ese vestido que en cualquier momento te enfundarías. La atracción física no es condición suficiente para llegar a la atracción sexual.
ME PONES SEXUALMENTE: Aunque se puede confundir con el anterior, aquí no necesariamente existe una atracción física. Me explico, puede que el masculino no sea ni el más alto, ni el más guapo, ni el más buenorro, pero sin embargo desprende algo especial, sea químico o no, pero te lo quieres follar. Yo misma me he sentido muchas veces dentro de esa clasificación, y a su vez he metido en este saco a algunos masculinos.
Si hacemos la misma analogía con un vestido, en este caso no sería un vestido, sería uno de esos bodys de encaje transparente que incorpora unos ligueros, no es para salir a la calle, pero ¿a quién le importa?
ME PONES ECONÓMICAMENTE: Este aunque existe, a mí no me pasa, y no es que vaya de fémina perfecta, será por el entorno donde me he criado o porque económicamente soy independiente pero “me gustan las personas por lo que son no por lo que tienen”. Sin embargo, existe, y por eso lo incluyo. Hay personas a las que les atrae el nivel económico y social, y ese es el único motivo, además de ser suficiente.
En este caso el modelito es un encorsetado Gean Paul Gaultier en el que te embutes aunque sea 2 tallas más pequeño que tu cuerpo y que apenas te deja respirar. En cualquier momento van a explotar las costuras y cuando eso ocurra solo te queda el recurso de taparte con una mano delante y otra atrás.
ME PONES INTELECTUALMENTE: Esta es una tipología muy peligrosa porque no te lo esperas. A simple vista descartas la atracción física, simplemente no es tu tipo. Ni siquiera te da tiempo a plantearte si existe una atracción sexual. Aunque puede existir una correlación con el nivel intelectual y el nivel económico, este último queda en segundo plano.
Quedas con alguien que te parece interesante pero sin pretender nada, una cerveza, una charla, a ver qué te cuenta, otro modelo de vida, otro esquema mental y te sientes tan a gusto que te empieza a gustar, y zas, ya te pone. Es como la magia si le buscas el truco pierde su gracia.
Siguiendo con el ejemplo de los vestidos, sería ese vestido que no es tu estilo, que no pensabas comprarte pero que al final es tan cómodo que te lo pones todas las semanas.
Aunque para facilitar la clasificación los he contado como elementos estancos, son totalmente combinables, se puede dar una atracción física y sexual, o intelectual y sexual, la complejidad dependerá las cualidades del sujeto.
Y todo esto se me ocurrió porque el otro día conocí a un germano que era sin duda el más guapo de todo el bar, la atracción física despertó en el mismo instante en el que se me fueron los ojos a su cuerpazo, no dudé en merendármelo motivaba por una tremenda atracción sexual, económicamente le tuve que pagar el desayuno, por lo que no existía ninguna atracción económica. Y por último descarté la atracción intelectual cuando después de pasar la noche en su cama, consciente de que yo no sé absolutamente nada de alemán me dí cuenta de que el sabía poco más de castellano…
Hay relaciones que son como los vestidos de noche, no son para ponerse de día…
Foto de portada: Barbarella