Mi lado salvaje
Diablos Invitados
Autor: Babytxas
TENGO UN LADO SALVAJE… ¡Y NO LO SABÍA!
Sí diablillos… Tras doce años de actividad sexual, resulta que ahora voy y me cruzo con alguien que, sin la menor dificultad, está despertando a mi bestia interior.
La verdad es que tengo muy poco recorrido en esto del sexo ocasional y por eso mismo cuento también con pocas parejas sexuales en mi haber. Muy pocas de hecho. Pero bueno… hasta hace sólo unos meses sólo contaba con una y en lo que llevamos de año he hecho más que duplicar o triplicar la cifra.
El caso es que me estaba deprimiendo ya. Mi ex pareja me decía que era sosita en la cama, que no tomaba la iniciativa, que era muy sumisa y tierna (en exceso incluso). Otro par de chicos me dijeron eso de “estuvo bien, pero no fue para tanto”, e incluso uno le comentó a una amiga mía que había sido “fría”. En definitiva, les caía bien, pero para follar… como que no.
Hace unas semanas conocí a alguien y fue impresionante cómo conectamos a todos los niveles. Sólo hablando parecía que estábamos metidos en la mente del otro. De hecho, sin conocernos aún y hablando cada uno por separado con una amiga común, ella me decía que exactamente eso que yo le decía se lo había dicho también él ese mismo día.
Yo estaba convencida de que él no tenía ningún interés sexual en mí y hasta llegué a convencerme de que así mejor, porque así no le decepcionaría en ese sentido y podría seguir disfrutándole en el resto de sus múltiples facetas.
Y, fuera de todo pronóstico, nos liamos, nos enrollamos, nos acostamos. La primera vez fue todo muy suave y tierno. Pero las siguientes… Cada vez sube más la temperatura de nuestros encuentros. No parece que termine de creerse que nunca he sido así con nadie ¡jajaja! Según él soy una fiera y seguro que también lo era antes.
Pero lo cierto es que con él es diferente. No sé si será por cómo me toca, me mira o todo en general, nunca me he sentido tan deseada, cómoda y respetada al mismo tiempo. No sólo durante el acto, sino cada minuto que paso con él. Y claro, esto repercute en mi confianza y saca lo mejor de mí a la hora de hacerlo. Eso que nunca había enseñado a nadie y que ni siquiera yo sabía que tenía.
Así y todo, no deja de resultarme cuando menos curioso sentirme así en una relación sin compromiso y no con mi ex pareja. Pero vamos que, bienvenido sea igualmente.
Desde luego, que no os quepa la menor duda de que voy a disfrutar a saco de este nuevo descubrimiento, porque aquí, señores del Averno… aún hay mucha tela que cortar.