La monstruacion
La Txika del Sextoki
El que no quiero ser madre es una cosa que tengo muy clara desde hace varios años y no es por la idea de poder perder mi (curvilinea) figura. De hecho, me sobran tantos kilos que, si los tuviese en vez de en mi cuerpo, ingresados en mi banco, ahora mismo estaría Vargas Llosa escribiendo este artículo. Lo dicho, no quiero tener hijos, y creo que mi negativa viene impulsada al dolor inhumano que me produce tener la regla. Luego viene el típico gracioso que te dice que así vas entrenando para el parto para que te duela menos… Gracias, ya me siento mejor.
Foto: Flavio
Sinceramente, lo de tener la regla debería ser una cosa opcional: las personas que quieran tener la regla por el tema de tener hijos deberían pagar algún tipo de impuesto, un tributo o algo por el estilo. Yo, que no quiero procrear, bueno, sí intentarlo, ¿por qué tengo que aguantar semejantes dolores mes tras mes? Además tengo la sensación de que hay diferentes tamaños de óvulos, pues seguro que el mío es el de tamaño sandía. ¿Cómo puede doler tanto expulsar eso de mi cuerpo? Tengo la impresión de que mi óvulo una vez se desliza por mi útero se va golpeando de lado a lado, como en un pinball. Seguro…
Foto: Simpli CVR
Además la genética es muy puta, para una semana que se te hinchan las tetas y tienes de una a dos tallas más, es la que no puedes follar. Qué bien ¿eh? ¡Qué bien! Bueno a ver, por poder puedes, porque vas muy salida, pero claro, aquello parece la matanza de Texas versión porno. Y queridas amigas no os imagináis lo difícil que es quitar la sangre de las sábanas.
Así que espero que con esto, ellos, nos hayáis podido entender un poco mejor, por qué estamos tan raras, y a ellas, solidaridad hermanas,
y ante todo, sex felices