Naturaleza…
Moonlight
El mundo tiene mucho mas potencial de los que pensamos. Sí, sí, diablillos y diablillas, ¡el mundo es la ostia!
Y se puede aplicar a cualquier momento, pero aquí hablamos de sexo. Es una pasada como la tierra, el aire, las condiciones climáticas… te pueden hacer sentir. Como cuando caminas descalzo por la hierba, sintiendo bien el suelo, pegando del todo la planta del pie, que se hunde en la tierra…
Me siento mujer, salvaje, preciosa y peligrosa. Los dos nos adentramos en el bosque. Suave brisa me acaricia el cuerpo y me hace estremecer. Viento que se cuela entre las ramas de los árboles. Llegamos a un claro. Verde hierba en el suelo. El viento corre ligero y me aparta el pelo de la cara y de los hombros, me acaricia la cara, el cuello, la oreja… se mete por debajo de mi falda y hace que me humedezca poco a poco. Me acaricia, suave como el viento, sutil… Me quito la parte de arriba. Mi pecho forma parte del entorno. Nuestros cuerpos en completa armonía con la naturaleza. Mis pezones se erectan con la caricia fresca de la brisa. Casi no necesito contacto para excitarme, la naturaleza actúa por si sola. Él me mira, mirada profunda…
Se acerca a mí y me acaricia. Sutil, dibujando mi cuerpo con sus dedos. Sus manos se juntan con la brisa. Él también está desnudo, y erecto. Se acerca más a mi. Su pelo cae por sus hombros. Acaricio sus pezones y también están duros como los míos. Nos fundimos en un abrazo. Brazos protectores, cuerpo en contacto con otro cuerpo, sintiendo piel y tierra blanda en las plantas de los pies. Vamos cayendo poco a poco. El cielo se va oscureciendo como si se intensificara con nuestra pasión. Él me tumba en el suelo. Contacto de tierra y hierba en mi culo, en mi lumbar, en mi espalda, mis hombros… la hierba fresca de adapta a mi cuerpo. Un beso profundo. Lengua hundida en otra lengua, labios jugosos, un leve mordisco… lengua que baja por mi cuello, lengua que acaricia uno de mis pezones, y brisa que acaricia el otro. Su boca cambia de pezón, y la sensación de la humedad de su saliva con la brisa que lo acaricia hace que mi cuerpo se arquee contra la hierba. Su boca rueda por mi vientre, se entretiene en el lugar sagrado de la hembra, justo debajo del ombligo. Ante mí el cielo, inmenso, nubarrones grises expandidos. Mis pezones húmedos siguen recibiendo las caricias del viento, su boca se hunde en mi sexo y la tierra acomoda el movimiento de mis nalgas disfrutando del placer. Mis manos acarician mi cabeza y mi pelo,el viento se encarga del resto de mi cuerpo, mi clítoris disfruta de su lengua, mis ojos disfrutan del espectáculo de nubes que se van agolpando sobre nosotros… mi orgasmo me atraviesa como un relámpago.
Subes por mi cuerpo, me incorporo y me siento sobre ti. Nuestras nalgas en contacto con la hierba fresca. Abrazo entrelazado, piel con piel. Tu espalda se acomoda en contacto con el suelo, vértebra por vértebra. Disfruto de tu cuerpo, nuestros sexos se rozan. Tu pene en mi vulva, frotándose. Mis rodillas en la hierba. El viento ha parado, ya no me acaricia. Las nubes cada vez mas agolpadas, a punto de explotar…
Tu pene entra en mí, fuerte, duro como las piedras del bosque. Me rozo sobre él, sintiendo su fuerza en mi interior. Las nubes explotan. Leves gotas de lluvia por mi cara, por mi pecho… nuestros cuerpos se erizan. Lluvia fresca y fuerte, mi cuerpo completamente húmedo, mi pelo chorreando, la lluvia resbala por mi espalda y por tu pecho, y tu miembro sigue entrando y saliendo de mi ser… Emerge vapor de nuestros cuerpos, nuestro calor en contraste con el frescos de la lluvia… nuestro movimiento se intensifica, gotas corriendo por nuestra piel, refrescan mi cara mientras tu orgasmo inunda mi cuerpo, mi grito se expande y más gotas de lluvia refrescan mi cara y resbalan por mi cuerpo.
Me derrumbo sobre tu pecho. Tus brazos me rodean. Calor fresco, lluvia sobre nosotros, hierba bajo nosotros…