Niño, no pienses en follar y coge una pistola
Hieros Gamos
El otro día, una amiga me contó una peculiar historia: cuando tenía catorce años y tocaba hacer el viaje de fin de curso con el colegio, se encontraron con un problema inesperado. El año anterior era pleno 1992 y se celebraba la archifamosa exposición universal de Sevilla. La Expo. Los profesores decidieron aprovechar: ya que había que hacer un viaje, que fuese lo más cultural posible; y se llevaron a los prepúberes hasta la tierra de Híspalis.
Todo parecía ir bien, los chavales andaban aquí y allí disfrutando del viaje y de esa especie de pseudo independencia implícita en este tipo de actividades. Supongo que esa pequeña y novedosa libertad unida a unas hormonas revueltas hizo que una muchacha y un muchacho acabasen haciendo la caidita de Roma en uno de los despistes de los profesores, aunque para despistados los dos angelitos que no anduvieron hábiles y les pillaron.
Dos adolescentes fornicando en un viaje de fin de curso. Dramón.
– ¿Pero usaron protección?
– ¿Qué clase de pregunta es esa? Pues no lo sé, la cosa es que los pillaron y se montó tal bronca en la APA que al año siguiente, que nos tocaba a nosotros hacer el viaje, casi no pudimos porque no había profesor ni padre que se atreviese a llevarnos por miedo a que le ocurriese una de esas.
– ¿Entonces todo el revuelo fue porque follaron y no porque no usaran protección?
– Joder, todo el revuelo fue porque tenían catorce años.
Mientras hablábamos, era un hermoso y soleado día y tomábamos algo en una terraza en la calle. Durante la conversación había una cuadrilla de niños jugando con unas pistolas de las que disparan bolas de plástico o dardos de goma o qué sé yo. Unas pistolas al fin y al cabo.
Fíjate, está mal que nuestros niños hagan algo tan malo como disfrutar del sexo pero no nos preocupamos en absoluto cuando juegan a matar personas. Este es el mundo que hemos creado.
No pasa nada porque hagamos de la muerte y el asesinato un juego, enseñarles que no pasa nada por quitar una vida porque es la del “malo” y nosotros somos los “buenos”, que lo vean en las películas, en los telediarios, incluso en nuestras propias actitudes y palabras. No pasa nada porque nuestros niños maten pero joder, es que luego nos alarmamos de que dos adolescentes en pleno verano y en un momento de intimidad decidan explorar esas sensaciones que les pide el cuerpo. Que se lo piden a ellos igual que a ti.
Ante una historia así lo primero que pensé fue en si habían usado preservativo, pero parece ser que ese es un detalle “irrelevante” que no ha trascendido hasta ahora. Pues para mi sería mi primera y principal preocupación, o más concretamente si esos dos adolescentes tenían la suficiente educación sexual, si realmente habían comprendido la importancia del uso del condón (vistas las estadísticas actuales, seguro que no).
Si de verdad sabían la importancia de la empatía, de disfrutar del otro y con el otro, del dar y el recibir, de que no sean egoístas. Si sus padres y profesores les han hablado no sólo de los órganos genitales, sino también si les han explicado que si no llegan al orgasmo con la penetración que no se agobien, que es muy normal y hay otras maneras. Si al otro no se le levanta, que no se preocupe, que a todos nos pasa a veces. Que efectivamente, tienes el pene más pequeño de lo que ves en las pelis porno y es normal. Que si tienes el pecho muy grande o muy pequeño no pasa nada porque la belleza no depende de eso… ¿Inapropiado dos chicuelos follando en un viaje de fin de curso? Pues puede ser, pero vamos, una regañina, un castigo y mañana será otro día.
Pero no. El problema es que tenían trece o catorce años y habían decidido follar.
Más bien, el problema era de los padres y profesores que habían decidido que eran demasiado jóvenes para esos menesteres. ¿Pero cual es la edad adecuada? En Sierra Leona te encuentras niños más jóvenes con un fusil en la mano que han matado más gente de la que te puedas imaginar. Allí es normal que un niño sea un asesino pero eso no te escandaliza porque son mierdas que pasan en el tercer mundo o más concretamente en la tele. Tú te escandalizas porque tu hija o tú hijo han decidido hacer algo que es sano y natural y lo han hecho cuando el cuerpo y la cabeza les ha dicho que es el momento.
Han pensado por si mismos y se han dejado sentir. Muy mal.
Nada, niño, deja de pensar en follar y toma una pistola.