Siguiendo la moda por los pelos
Hieros Gamos
El tema de las modas es muy curioso, nadie sabe exactamente cómo empiezan ni por qué terminan pero al final, de una manera u otra, acabamos siguiéndolas como borregos. Pero lo más curioso es la relación que puede llegar a haber entre diferentes modas que no tienen nada en común, como por ejemplo los teléfonos móviles y el vello púbico.
Los móviles y el pelamen del parrús han tenido una evolución casi paralela, tanto que da que pensar si las ondas de telefonía, al final, sí que van a tener algún efecto en nuestros cuerpos, o más concretamente en el pelo de ciertas partes.
Pongamos unos ejemplos.
Motorola DynaTAC
Está considerado como el primer teléfono móvil de la historia. Pesaba casi un kilo y medía un palmo y medio de largo. Era un mamotreto gigantesco que apenas duraba una hora en conversación, pero fue el primero y abrió el camino a todo lo que vendría después.
Por su parte, a principios de siglo (que es desde cuando tenemos registros fotográficos) las mujeres hacían gala de un hermoso matojo, el gatete recostado que le llaman. La idea de la depilación no había llegado a occidente tal y como la planteamos hoy en día. Además, no había tangas ni se conocía la depilación brasileña.
Motorola MicroTAC
A finales de los 80, Motorola sacó una nueva versión de su mostrenco inicial: el Motorola MicroTAC, mucho más pequeño y con la innovación de poder plegar la antena. Aún con todo, seguía siendo bastante grande.
En comparativa, las señoritas empiezan a cuidarse un poco la selva negra. Aún había pelo para no quedarte con ganas, pero se empezaba a llevar más arreglado, un poco más corto y sobre todo que el vello no llegaba hasta las rodillas.
Nokia 3210
Pasan los años y estamos ya casi terminando el milenio. A finales de los 90, sale el Nokia 3210, toda una revolución tecnológica. Por fin, los terminales tenían un diseño lo suficientemente pequeño como para llamarlos móviles con razón.
En este momento, las mozas del pueblo decidieron que ya estaba bien de tanta pelambrera y se lo depilaban con furia, empezando a encontrarnos con el clásico “ticket de metro”
Samsung S300
Y llegaron las conchas… de los teléfonos. Por fin tenemos terminales realmente pequeños. El clásico modelo de concha que se abre y se cierra. Algunos llegaron a ser tan pequeños que no había diablo que marcase las teclas. Encontrarlo en el bolso debía ser una pesadilla.
Y para ellas llegó el frescor. Adiós pelos, adiós adiós, con el nuevo milenio llegó la deforestación en los montes de Venus, la depilación total se impuso y se acabó el sacarte pelitos de la lengua.
¿Y con ellos qué pasa?
Pues más o menos tres cuartas de lo mismo. Desde los primeros héroes del cine de pelo en pecho y bigote poblado poco a poco se fue perdiendo intensidad capilar pasando de un Burt Reynolds a un Mr Potato.
De pelo en pecho…
… a pecho sin pelo
Pero ahora…
Ahora las cosas están cambiando, los móviles vuelven a hacerse más y más grandes. Las modas son cíclicas y todo vuelve, así que es de esperar que vuelva el pelo con todo su esplendor. Ánimo, que donde hay pelo hay alegría.
Los chicos empiezan a verlo claro ¿Y vosotras chicas, qué opináis?