Ya iba tocando hablar de la que es, probablemente, la más relevante directora y productora de cine para adultos: la gran Erika Lust.

Erika Hallqvis nació en Estocolmo allá por el año 1977. Escritora, directora, productora… un portento de mujer. Licenciada en ciencias políticas y especializada derechos humanos y feminismo. Una mujer inquieta, vamos. Es de suponer que mirando porno como todo el mundo hace y la mayoría niega, se jartaría de ver la misma mierda aburrida, ese fast food del porno sin arte ni alma ni gusto ni nada, así que decidió tomar las riendas del asunto y empezar a producir el erotismo que más le encaja a ella: un porno con alma y espíritu, con ganas, con placer, en el que todos se lo pasan bomba, tanto ellas como ellos. Hay quien la considera la madre de la pornografía feminista. Yo personalmente, más que feminista la considero femenina, pero esto ya es otro debate. Lo que es innegable es la calidad cinematográfica de sus trabajos, calidad que se echa en falta en la mayoría de las producciones del mundillo.

Os dejo un rato con ella a solas y ya si eso me contáis.