
Puñaladas en el corazón
Hieros Gamos
Ha vuelto a pasar. En esta ocasión ha sido en Israel pero bien podría haber ocurrido en cualquier otra parte del mundo.
Recientemente se ha celebrado el día del orgullo gay, e incluso en una ciudad como Jerusalén las mentes van cambiando, vamos dejando los antiguos lastres morales y abriendo las puertas a conceptos más actualizados y sobre todo más humanos. Muy lejos de lo que podamos pensar la mayoría, Israel es un país en el que la comunidad homosexual puede vivir de forma abierta y natural, más incluso que en otros países occidentales, en los que la comunidad LGTB tiene que vivir con muchas más cortapisas sociales.
Pues sí, Jerusalén es una ciudad gay-friendly… pero no para todos.
Para Ishai Sliser, un judío ultraortodoxo de mente estrecha y cerril, el vive y deja vivir es algo que no va con él, un invento occidental para traer las tinieblas a la tierra.
Supongo que aquella mañana se levantó decidido a limpiar la tierra de impuros sodomitas, así que armado con un cuchillo se dirigió al meollo del día del orgullo y sin piedad ninguna empezó a apuñalar a los participantes, sin ton ni son hasta que fue reducido por la policía.
Lo peor de todo es que este personaje ya empieza a ser un experto puesto que recientemente salió de la cárcel por haber cometido el mismo crimen en el 2005.
«Volveré hacerlo. La lucha no ha acabado»
Esto es lo que dijo al salir de prisión y poco antes de los hechos. El bastardo tenía las ideas claras cuando empuñó el cuchillo.
Lo peor Ishai es que sólo eres uno más entre tantos otros desgraciados, esa «comunidad» de intransigentes y despreciables desechos sociales, esa masa de carne prescindible e innecesaria que no queda más remedio que soportar. Ni tan siquiera se os puede tachar de locos o enfermos porque no lo sois, porque de hacerlo estaríamos asumiendo que no sois responsables de vuestros actos y eso no es verdad, no estáis desequilibrados, sois muy conscientes de lo que hacéis, simplemente sois escoria social sin remedio y seguramente envidiosos ya que os gustaría salir del armario pero no tenéis el valor que hace falta.
No voy a pedir vuestra muerte, no deseo que seáis ejecutados, a la calaña como vosotros es mejor dejaros vivir, encarcelados hasta que tal vez algún día os deis cuenta del mal que habéis hecho y el arrepentimiento y la vergüenza os consuma hasta el último día de vuestra miserable vida.
Como sea tarde o temprano todos los Ishai Sliser del mundo moriréis y para vosotros tenemos reservado un círculo entero del infierno.
Os esperamos aquí abajo.