Que no te duela la cabeza
Dos de Corazones
Hola, seres infernales. Hoy os voy a contar una historia, la de los temidos y malos dolores de cabeza y es que en ocasiones… son verdad, veréis.
Estaba yo el otro día utilizando mis dos corazones en pareja, siempre en mi linea, que si masaje por aquí, mordisco por allá, que si empotro, que si el pilón, en fin, lo habitual. El caso es que, después del 3 a 1 reglamentario, nos fuimos a dormir (sí, dormí con mi pareja sexual toda la noche, nada de terminar y agur, que tengo dos corazones joder).
Mi yo previsor había puesto el despertador dos horas antes del momento en el que tenía que levantarme para trabajar (un trabajo realizado en casa, sí, pero trabajo). Vale, sonó el despertador, lo apagué esperando que mi pareja de juegos no diese señales de vida (fue una noche larga y quería dormir), pero el caso es que sí escuchó el despertador, me miró y zas, otra vez al lío. He de decir que había ganas, por qué no y nos marcamos un empate a uno. Ya no podía dar más, pero ojo, estaba yo de un contento, imaginaos, MENUDO DESPERTAR.
Nos hicimos los remolones hasta que la alarma del curro sonó, nos levantamos, nos duchamos y me preparé para trabajar. En este momento me ofrecí para llevarla a casa y así currar sólo, pero me dijo que mejor esperaba un par de horas que es lo que tenía pensado. En fin, que por no seguir con el tema y empezar a currar ya, le dije «vale, pero tengo que trabajar».
Me puse en el ordenador de cuarto a teclear mis historias, concentrado, y en ese momento sentí como sus manos me reclamaban para las artes amatorias, dije no, y aquí esta el detalle,
Pensé en utilizar la frase «estoy cansado y me duele la cabeza» pero algo en mi se encendió, y pensé, hey por que engañar, por qué no humanizar las situaciones, por qué no hablar claro y decir no me apetece, quiero hacer otra cosa, por qué no decir la verdad y explicar, tengo trabajo y es importante para mi, así que dije: «no gracias, tengo que currar y es importante», una sonrisa y a lo mío.
Asombrada mi pareja sexual ante el no gracias (elegantemente llevado) decidió un último intento in extremis, se tumbó en la cama y empezó a tocarse, le restaban ganas todavía, genial, pero no era mi guerra, yo estaba servido, había hecho mi trabajo bien y tenia curro por hacer, así que tecleé mis historias mientras los gemidos de placer inundaban la habitación.
Es posible que a estas alturas penséis ¡Estás loco! Rehusar un cohete, insensato gañán. Pues no, es la sensatez la que me llevó a no hacer algo que no quería hacer y además, es también esa misma sensatez la que me llevó a no mentir y es que no todos tenemos por que querer follar al mismo tiempo, pero si quemamos la frase de me duele la cabeza pasará como con Pedro y el lobo, al final no cuela y se crean los rencores (y no queremos eso).
Es mejor hablar de corazón, «no tengo ganas», «tengo algo que hacer», sin dramas, desde la naturalidad, creedme, son respuestas totalmente asumibles, la cuestión es tener la confianza de hablarlo.
Ahora bien, tampoco soy un necio, si las pocas ganas de follar con tu pareja son frecuentes, tanto que lo extraño es echar un cohete, planteate realmente si es esa la persona con la que te apetece compartir tus momentos.
Y sí, esto va para todos porque A TODOS NOS DUELE LA CABEZA EN ALGUNA OCASIÓN.
Y ahora a follar, que, como el comer, todo es empezar.
Un abrazo de dos de corazones.
Sed felices.