Si no es por la recomendación de mi amiga Salma no hubiera escogido este libro, y no es porque piense que una presentadora no puede ser escritora, es que siempre me ha dado envidia Nuria Roca. Desde que la ví en Waku Waku me gustó físicamente, es de las chicas que son guapas de verdad. maquillada o sin maquillar, sin esforzarse, y encima dicen que es simpática. Recuerdo que una vez cuando vivía en Madrid la ví en El Corte Inglés.  Iba en vaqueros y era tan guapa como en la tele. Incluso con disimulo me medí con ella,  me pareció un poco más alta que yo, pero al mirar sus pies me reconfortó pensar que  era por sus tacones. Quien no se consuela es porque no quiere.

Para mi es perfecta, y ¿encima ahora escribe? Pues sí lo hace y  con bastante gracia.  Su estilo es fresco, rápido, natural, como si le estuviera contando estas cosas a una amiga. No es un libro erótico, aunque si de sexo, con un punto pícaro sin llegar a ser soez. El libro está dividido en capítulos  en los que Nuria reflexiona sobre un tema a partir de sus experiencias y las de sus amigas.  Los capítulos son autoconclusivos pero existe un interesante hilo conductor, que es el que narra el propio proceso de escritura de este libro. Desde cuando la editorial la propuso escribir el libro, la decisión del título, cómo fué afrontando los capítulos, los plazos de entrega y un atractivo editor que iba sumando puntos para tener su propio capítulo. No se trata de una enciclopedia sobre sexo, aunque sí descubrí un concepto que me he apuntado y guardaré para usarlo en algún momento: dendrofilia. Se tocan temas que a me interesan como el concepto de «la fidelidad» y otros más típicos como los tríos, los vibradores, y el tamaño de los penes.

En algunos capítulos me sentí seriamente identificada como en el que confesaba que le ponía Adrien Brody, y es que a mi este actor me pone mucho, me pone tanto que hasta me gusta Alex Ubago porque creo que «se dan un aire».  En otro capítula Nuria  contaba un reencuentro con un primo segundo e instantáneamente mi mente se teletransportó a la orilla del río de mi pueblo donde digamos que una vez estuve «mirando las estrellas».

Hay dos capítulos de los que no voy a opinar, no por nada, es que no me los he leído, «El embarazo» y «el sexo y los bebes»,  hoy por hoy esos temas no me interesan, los dejo para otra vida…

Es un libro ideal para llevar en el bolso, ocupa muy poco, y como los capítulos son cortos, divertidos, se puede leer a ratos,en el metro por ejemplo, yo así lo he hecho, aunque hubo un día en el que noté que la lectura me estaba «entreteniendo más de lo que públicamente debería»,  mire a  ambos lados, lo cerré y lo dejé para otro momento.  Los capítulos también se pueden leer salteados, algunos títulos me invitaron a saltarme el orden  como el de » Me puso los cuernos un torpe»

Foto de portada: Barbarella

Nota: La ilustración del fondo es obra de Mikel Bao