Siempre se acaba empotrando
Dos de Corazones
Hola, seres infernales. Muchas son las charlas que se tienen con amigos, deportes, sexo, comida, sexo, poesía, sexo, espadas, sexo y a veces sexo también.
Las personas que me conocen saben de esta mutación mía tan particular, esos dos corazones que me consumen recursos a partes iguales. Muchos por desconocimiento creen que tener esta ventaja evolutiva no es tal, se piensan que vivo entre unicornios, que saco a pasear a Cerbero, que navego plácidamente en la Laguna Estigia echando unos versos con Caronte; hablando en plata, que sólo echo cohetes corazonados ¿es así? Claro, pero tenéis que saber que durante el cohete, polvo, acto de folleteo o kiki, se pasan varios estados, varias etapas.
Ya os he contado mi predilección por hacer que guste lo que estás haciendo, de la complicidad aunque sea momentánea que deseo tener con la persona que me acompaña, de cómo disfruto compartiendo sensaciones. Eso lo sabéis, pero no os quedéis sólo con eso. ¿Os cuento un secreto?
Todo eso está muy bien, es parte del juego, pero llega un momento donde…
APRIETAS LOS DIENTES HASTA HACERTE DAÑO, UN MOMENTO DONDE EMPUJAS HASTA TRASPASAR FRONTERAS,
un momento donde la palabra joder se repite en la boca de aquella persona amante que se está compartiendo contigo, porque ¡sí! El empotrador que todos llevamos por dentro sale a la palestra,
es el momento del txalo estratégicamente dado, de las posturas más inverosímiles jamás vistas, de los lenguajes más… digamos menos habituales, el momento, el momentazo ¿podéis imaginarlo verdad?
Sí, todos empotramos en mayor o menor medida, con más o menos celeridad, antes o después. Eso sí, una vez terminada la empotrada, una vez bajan las pulsaciones y los corazones vuelven a la normalidad es hora de retomar el juego pausado y disfrutante, es hora de continuar con el deleite de dar y compartirse.
Y ¿por qué no? Echarse otro si se puede, así que hacedlo con corazón y empujad como si no hubiese un mañana.
Es un consejo de Dos de Corazones, sed felices y cuidado con follaros perdices.