Soy una señora
Diablos Invitados
Autor: María
Después de unos años despistada, en la que te ocupabas de todos menos de ti, cuando el tiempo pasaba como el paisaje que ves cuando viajas en coche por la autopista, cuando no sabías quién eras ni que querías, ni a donde ibas, ni tan siquiera a donde querías ir, cuando la vorágine de la vida, los hijos, el trabajo, las tonterías, no te dejaban pensar, cuando tus dudas eran todas y los miedos infinitos.
Ahora, hoy, cerca de cumplir medio siglo, lo asumo, orgullosa. Para seros sincera quizás me ha costado darme cuenta, pero por fin, lo he entendido, lo he visto clarísimo, soy una SEÑORA, no la señora de… sino, una SEÑORA. Y quiero reivindicar este término que parece peyorativo pero que en realidad es un elogio.
Un proceso que ha llevado su tiempo, reflexión y análisis, pero tiempo en el que he crecido, en el que toca aprender de la vida, en el que he descubierto lo importante. Quien soy y lo que quiero ser, la mujer en la que me he convertido.
Veo mi imagen reflejada en el espejo, me gusta lo que veo, es más me gusta mucho, sin ser un bellezón no estoy nada mal, como dicen por ahí “para gustos los colores”. Los años me han tratado bastante bien, veo los cambios físicos que se han producido en mi cuerpo en mi cara, ¡hasta me resultan de los más atractivas esas arrugas que tengo alrededor de los ojos!, son las huellas que deja la vida con el paso de los años y deseo que siga marcándolo por mucho tiempo. Algunas marcas, heridas de guerra, otras marcas, de felicidad, de risa con amigos, de los buenos momentos con tu gente…
He descubierto un nuevo yo, un yo, renovado, MI MEJOR YO.
Me encanta haber descubierto que HOY voy a ser SIEMPRE más joven que mañana, y que lo importa en realidad es el HOY.
He madurado, me he convertido en una SEÑORA, en una gran SEÑORA, autoestima, confianza, sabiduría, seguridad han aumentado con los años por el contrario, el lastre que llevaba MIEDOS, DUDAS, INCERTIDUMBRE han ido disminuyendo. Ahora voy pisando fuerte en la vida, segura de lo que quiero y a donde quiero ir, con los pies bien firmes sobre el suelo. Puedo equivocarme, pero asumo mis errores y aprendo de ellos.
No tengo prisa, no me estreso tanto, soy más sabia, incluso diría adivina, eso es al menos lo que dicen en mi casa. Alguna también me dice “pero que tonta te estas volviendo con lo lista que eras” ja ja ja ja amigas del alma. Hay que hacer tonterías sí señor, reírse, reírse mucho.
He dejado de preocuparme por el que dirán, no pierdo tiempo con el que me desprecia o no me aprecia, con el que no me respeta, con el que me trae energía negativa. Estoy más atenta a mi gente, a mis amigos, a mi familia, los que están ahí en lo bueno y en lo malo, incondicionales del momento, los mimo, los cuido, les doy mi amor.
No doy la importancia que le daba antes al dinero, ni al trabajo, ni a las cosas materiales. Nada traemos nada nos llevamos.
Vivo el día a día, he descubierto la vida es corta para perder el tiempo. Que el hoy es hoy y es lo que vale.
Que la llave de la felicidad esta en mí, dentro de mí, sólo en mí. Que lo importante para que los demás te quieran y te aprecien lo primero es quererse a uno mismo.