Tienes un masturbador secreto
Hieros Gamos
Y no, no me refiero a ningún cachivache a pilas guardado en el fondo del cajón de los calcetines para que tu madre no lo vea y no tengas que dar incómodas explicaciones. Me refiero a otra cosa.
En una reunión de amigos:
-¿Pues sabes una cosa Hieros? resulta que el primo de Carlos, el que es mariquita, le confesó a Carlos que se la meneaba pensando en ti JAJAJAJAJA
-¡Diosssss, que puto ascazo! -dijo Alberto
-Y no sólo eso, también le confesó que tiene algunas fotos tuyas que encontró en tu facebook y en la que sales sin camiseta y que las usa para tocársela -continuó con insidia
-Bueno, a mi me hace eso y te juro que lo reviento a hostias
-Pues a mi me da un poco igual -dije cortando en seco las arengas homicidas de mis contertulios -es más, me hace hasta ilusión.
-A ver si ahora va a resultar que tú también eres maricón -espetó Alberto en pleno éxtasis de masculinidad
-Te puedo asegurar que ni aún siendo gay, a ti no te tocaba ni con un palo, puedes estar tranquilo campeón
Risas, bromas y puñaladas varias entre amigos, el asunto se fue diluyendo y pronto salió de sus simples cabezas. Pero en la mía se quedó arañándome en el cráneo y dándome que pensar.
La cuestión es que a mi la idea de que alguien se masturbe pensando en mi o incluso usándome como icono sexual para esos momento de intimidad de darle al cinco contra el calvo o de tocarte la pepitilla, no me resulta para nada ni escandaloso ni desagradable y no sólo no entiendo como a otras personas les puede pasar lo mismo, sino que además hasta cierto punto me parece una actitud bastante hipócrita y poco reflexiva.
Digo esto porque para empezar, que levante la mano aquel o aquella que nunca lo haya hecho, que nunca se haya tocado imaginando a esa persona que tiene entre ceja y ceja y de la que no puede parar de pensar y es que ahora, con las redes sociales es aún más fácil ya que con el mínimo esfuerzo puedes conseguir alguna instantánea del susodicho con el que estimularnos más a gusto. Criminalizar y estigmatizar a alguien por hacer algo que repite la mayoría me parece en general poco correcto.
Por otra parte me hace hasta ilusión. Tengo un ego como todo el mundo y como a todo el mundo, me gusta que le den de comer de vez en cuando. Saber que hay alguien que disfruta de sus momentos onanísticos pensando en mi me parece genial, me hace sentir interesante, atractivo, deseable. Quizás si eres un tabletas de mandíbula férrea o una escultural diosa de curvas perfectas, esto os la puede traer al pairo ya que estaréis acostumbrados a recibir ese tipo de deseos de los demás, pero cuando eres como yo, del humilde montoncillo, saberte deseado por alguien que pudiendo hacer lo mismo con las millones de foto de adonises que inundan la red decide escogerte a ti, me parece de lo más alagador, entre o no dentro de mis preferencias sexuales.
Curiosamente, la imagen del admirador secreto siempre ha despertado simpatías e ilusión pero la del masturbador secreto, es como la otra cara de la moneda, la del asco y el rechazo. Por supuesto, una cosa es que ese alguien se toquetee en la intimidad de su casa con un par de fotos tuyas del instagram y otra muy distinta es descubrirlo tocándose entre las sombras, subido a un árbol, frente a tu ventana, a las cuatro de la mañana, olisqueando una camiseta que tiraste hace tres semanas porque estaba vieja, con unos prismáticos y una cámara grabando la escena. Eso puede que sea pasarse de la raya.
Por lo demás, si te enteras que tienes un masturbador secreto no te lleves mal rato; aprecia el ser deseable para otros y deja que disfruten; después de todo tampoco están haciendo mal a nadie. Además si por algún casual resulta que tienes un admirador secreto, que sepas que también se la pela pensando en ti.