Y al final no fue
Dos de Corazones
Hola seres infernales, como sabéis hace algún tiempo os comente que se me alinearon las estrellas, las mareas me fueron propicias y los vientos de levante me trasladaron, en fino y buen romance, conocí una persona que me gustó y esta respondió, hasta aquí todo bien.
El caso es que a veces pasa que esa chispa vital se va diluyendo hasta que nos damos cuenta de que son más nuestras ganas de, que lo que la situación da de si. Me explico.
Veréis, ante todo puedo decir sin temor a equivocarme que esta situación fue mágica, porque ¿cuántas veces coincides con alguien con el que puedes hablar 17 horas seguidas sin aburrirte, vacilar y ser vacilado y ademas acabar compartiendote de la manera mas plena, sexual y resultona?
Os preguntaréis ¿dónde quedó esa magia? El tema es que como pasa con absolutamente todas las personas, tenemos un bagaje, una mochila que llevamos a cuestas, de mayor o menor peso, con nuestras historias que siendo estas buenas o menos buenas, nos definen y hacen ser como somos. Lo ideal es que cuando te compartes con alguien, estas mochilas encuentren equilibrio y así la situación fluya sin estorbos y libre.
En este caso diré que nuestras mochilas se estrellaron ¿De quién fue la culpa? Bueno, en realidad de nadie, distintos intereses, distintos tiempos, distintos lenguajes, distintas vidas que no pudieron tejerse en una, así es sin mas ni menos. Lo importante es que no hubo agravio, no hubo daño, no hubo buenos ni malos, solamente no hubo.
¿Sí ya Dos de, pero qué pasó?
Mi compañera manejaba sus tiempos, yo calmaba mis ansias en pos de encontrar un equilibrio, pasando el tiempo mis ganas se acrecentaban y sus tiempos mantenían el ritmo, hablamos y decidimos que ni yo podía, ni quería relajarme (si no, no sería yo) y ella no quería ir forzando (si no, no sería ella) y así paso algún tiempo, bueno, de calidad pero no suficiente para ninguno de los dos, faltaba algo.
En una ocasión intentamos confluir y forzamos los dos, yo relajando y ella pisando el acelerador y no salió, en ese momento vivimos unos días sintiéndonos extraños el uno del otro y nos dimos cuenta de que no fluía.
Una conversación, dos cervezas y tres txupitos después, entre risas decidimos detener este camino que no veíamos nos dirigía a ninguna parte y que si transitábamos aún sin quererlo del todo, seguro entonces si que nos haríamos daño.
Conclusión, cada uno ha tomado una senda distinta, sin malas situaciones y sonriendo, no sé si nos encontraremos en algún momento, eso ya se verá, lo importante es que fue mágico
Y COMO SIEMPRE SERÁ UN RECUERDO, UNO DE LOS BUENOS, UNO DE ESOS QUE SONRÍES AL RECORDARLO.
Y así termina esta historia, que no La Historia, esa, mi vida, la que sigue avanzando y quién sabe, quizás nos encontremos ¿Qué me dices lector?
Un saludo, vive, ama y folla de corazón.