Maldito cabrón: cap 2, de las palabras a… los juguetitos
La Dolce Vita
Maldito cabrón: cap 1
El sexo virtual está bien, desde luego te deja bien calentito para el siguiente paso, pero en mi caso con Javier, el sexo virtual, los chats y últimamente las llamadas telefónicas eran nuestro único vínculo afectivo-sexual.
Cuando recogí su regalito, un móvil de última generación con una calidad de fotos y de vídeos que ni la mejor cámara del mercado, se abrió una nueva puerta a mi acercamiento a él. Y desde luego taché de la lista otra de las fantasías pendientes.
Yo me estaba enamorando perdidamente de Javier estaba claro y no lo podía controlar, pero a la vez, era consciente de que no podía mostrárselo a él, yo iba de típica chica dura y libre que aceptaría el sexo sin compromiso con su jefe sin poner problemas y por supuesto sin comprometer su posición laboral y personal.
Sumisa y encantada con el juego sacaba fotos explícitas cada vez que tenía una oportunidad y Alfonso no estaba cerca, en la bañera escondida entre la espuma, adquiriendo las más obscenas posturas frente al espejo de pie de la habitación, tumbada en la cama…. A las fotos acompañaban frases del tipo ¿Te vienes? O ¿Quieres tener estas tetas en tus manos? ¿Te gustaría meterte en mi bañera?
Pronto las fotos fueron recíprocas, aunque me pregunto la razón por la que Javier pensaba que recibir fotos del primer plano de su miembro en plena erección sin nada más que ver me resultaba cachondo, Siempre he pensado que lo bonito del cuerpo masculino es precisamente eso, el cuerpo entero definido. Me ponen mucho más unas piernas o un torso no excesivamente musculado que ver el primer plano del pene a punto de eyacular.
Los mensajes de Javier eran del tipo ¿Me la comes? O ¿Te la meto? O ¿Te pongo cachonda?
Así pasaron un par de semanas en las que mi enganche iba en aumento, las conversaciones por el chat del trabajo continuaban, los sms también y de las fotos habíamos dado paso a los vídeos, masturbación mía enviada por whatsapp con la correspondiente respuesta de su vídeo en la que me mostraba una vez más toda la evolución de como su polla pasaba de blandita a morcillona y de ahí a una gran erección de unos 20cm, siempre sin enseñar ni su cuerpo ni su cara (no fuera que pudiera publicar sus vídeos en Youtube)
Con Javier siempre tenía ganas de más, necesitaba dar nuevos pasos y pasar a la acción, ya estaba bien de mensajitos, y fotos, así que aquel sábado en medio de la conversación le dije que quería verle, pero aún no lo conseguí.
-Javi venga, no lo soporto más, cada noche me duermo con mis dedos arrugados como garbanzos en remojo de tanto tocarme. Me satisface, pero sinceramente, necesito algo más.
La verdad es que me sorprendí cuando leí su respuesta.
-Dolce, ¿Serías capaz de distinguir si un día recibieras un SMS que no fuera mío? ¿Puedes asegurarme que sabes si soy yo quien te escribe?
El mensaje me puso alerta y quise saber más pero no hubo explicaciones, estaba claro que había algo… Alguien más, vi de manera transparente que Javi, al igual que yo, tenía pareja y temía ser descubierto, por eso se estaba alargando el encuentro, por eso enviaba fotos y vídeos con su cabecita cortada…
Suena mi teléfono nuevo, sólo puede ser él.
-Dolce, asómate a la ventana.
Me asomé y no vi nada de nada, miro un poco mejor y sigo igual, no percibo nada raro, de repente unos focos de una moto se encienden y apagan con un par de fogonazos, era él, sin duda, oculto tras el casco.
-Estoy abajo.
-¿Bajo?
-No! Sólo he venido a observarte, a tenerte un poco más cerca, desnúdate para mi.
-¿Cómo?
-Si, desnúdate para mí desde donde estás, en tu ventana, déjame ver como lo haces.
Y lo hice… Poco a poco, me fui quitando prendas tras el gran ventanal del salón, no importaba si aparte de él había vecinos que pudieran verme… Allí me quedé, con la luz encendida para que no perdiera detalle, mostrándome desnuda al mundo y a él en particular
-Gracias! Me encantas! Me dijo.
Arrancó su moto y se marchó, así, sin más.
Pip! Pip! Mensaje en el móvil (menos mal que alfonso ha salido de viaje, pensé)
-Eres espectacular, cada noche me masturbo mirando tus fotos, tus vídeos, me estás volviendo loco, tengo otro regalito para ti. Ah! Y mañana volveré a verte, cada noche me tendrás bajo tu ventana
-Eso me gusta Javi, pero preferiría que subieras a casa y … y me tocaras.
-Pronto pequeña, pronto.
Cuando llegué a la oficina había una cajita de cartón sobre mi mesa, estaba perfectamente envuelta en un papel negro con un pequeño lacito rosa y una tarjeta asomaba, sin firma, en la que ponía con letra de caligrafía “Disfrútalo”
Al abrirlo me quedé pasmada, sin saber que decir a Maria José que se había dado la vuelta curiosa al ver la cajita por la mañana sobre mi mesa.
-¿Qué te han regalado Dolce? Vengaaa ¿Qué es?
-Ehmmm!!! Nada, nada! Unas cosas que le dije a mi madre que me enviara…
Me fui al baño con la bolsita que contenía la caja y me encerré.
Un vibrador y un “huevito” con mando a distancia cuyas instrucciones prometían provocarme los orgasmos más intensos que haya tenido nunca.
-Estás loco! Le escribo por el chat a la vuelta.
-Pruébalo para mí, envíame un vídeo usándolo
-Preferiría usarlo en tu compañía
-Para eso está el huevito, yo tengo otro mando ¿Por qué no te lo pones y subes a mi planta?
Y dicho y hecho, de nuevo al baño, cojo el huevito y me lo introduzco con cuidado, sólo ser consciente de lo que estoy haciendo ya me excita, cojo un cuaderno y subo en el ascensor, según salgo del cubículo noto algo dentro de mi moviéndose,
-Ay!
Casi tropiezo, no lo esperaba así, una sonrisa se me dibuja en la cara al notar que el cacharrito lo está haciendo vibrar Javier con su mando a distancia al mismo ritmo de mis pasos.. Me siento frente a él en su mesa y de nuevo lo siento vibrar, una intensidad… Ahora otra… No puedo decir que el tipo de vibración me resultara estimulante, pero desde luego sí que lo era tener frente a mi a la persona que lo estaba haciendo funcionar a su antojo, una sonrisa pícara se dibujó en su rostro.
Cogió mi cuaderno y me escribió “Me muero por follarte”
Le miré, sonreí y me levanté de nuevo camino del ascensor, antes de entrar una nueva descarga se produjo en mi interior.
Por la noche, en casa, lo dispuse todo, era una suerte que Alfonso hubiera tenido que volar a Barcelona y estuviera ausente quince días, evitaba tener que estar buscando un minuto libre para una foto furtiva o para responder un chat de Javier, estaba empezando a plantearme seriamente si tenía sentido intentar mantener mi relación con Alfonso, pero realmente Javier no me había ofrecido nada más allá de dar alegría a mi corazón y de llevar a cabo alguna de mis fantasías, pero pasar, lo que se dice pasar…. No había ocurrido nada físico entre nosotros.
Me puse mi mejor lencería, apoyé un espejo grande en el cabecero de la cama, dejé mis juguetitos sobre la colcha y me dispuse a grabar un buen vídeo para Javier, proyectándome en el espejo era divertido coger el vibrador y empezar a introducirlo en mi interior de manera suave y acompasada, en diferentes posturas, exageraba las expresiones de la cara tal como había visto en alguna peli porno, ¡¡Eso le gustaría!! Lo cierto es que me costaba hablarle al espejo, pero poco a poco también me fui soltando. El vídeo quedó más que aparente.
Al cabo de 10 minutos mi móvil echaba humo. Era él.
Dolce! Necesito verte. En media hora estoy ahí.
El deseo me mataba, no hubo explicaciones, tenía que esperar… ¿por fiin podría tenerle?