Mis manos muestran lo que las tuyas esconden a veces. Son cómplices y se complican con las palabras.

Noche de sueños inquietos, de hondos suspiros, de frío; noche que, lenta, te escapas

Después de todo esto sólo me queda añadir que veces, como Manuel Arana,

Cuerpos desnudos:                II De los cuerpos desnudos vinimos y hacia ellos dirigimos nuestros pasos.

Susurras a mi espalda, tu aliento caliente me eriza el vello de la nuca. Te oigo, pero no te escucho, tu olor empieza a embriagarme, y mi mente comienza a divagar…

Autor: Musa Desnuda Que sea la luz del atardecer la que marque los márgenes de tu silueta. Y las finas y frías sábanas, la única vestimenta que por las noches lleves.

Cuerpos desnudos:     Aquí y ahora no importan las discapacidades de oficina, de horarios o de cicatrices –porque a veces ellas, las cicatrices, nos paran los pies-. Mientras descifro

Muy buenas seres infernales, en esta ocasión os traigo una anécdota bastante curiosa y emotiva.

Orgasmarás: «Orgasmarás, será tu Mandamiento…«* dijiste y comulgué.

La mar, su cuerpo y mi ansia, la energía fluye, nos envuelve ligera Oigo a las olas susurrarme, brindan por nuestra unión Me monto encima, su aroma dulce me atrapa,

Autor: Musa Desnuda Con el sonido de las olas, como única compañía, y una brisa fresca que levantaba mis pezones. Nuestros cuerpos se camuflaban con la arena en esta playa que desborda tentaciones.

Autor: Musa Desnuda Miles de terminaciones nerviosas que al tocarlas logras que me ponga ansiosa. Pueden llegar cosquillas sin buscarlas, producto de tus manos nada piadosas. Sensaciones que me acercan al orgasmo, y sonoros gemidos que con mordiscos en tu cuello, plasmo. Nuestros cuerpos unidos, calientes, sudorosos, con nuestros fluidos fundidos y mis muslos temblorosos. […]

Mis manos indecisas te encuentran en este cruce de caminos.