Cuando bailas, actúas. Cuando te dejas llevar por el arte, a veces tienes que meterte en un personaje. He sido una princesa andalusí, un hada alada, un orco, fuego, Eowyn la dama de Rohan, una bruja, una gitana… estos días, me toca ser una sirena, y me encanta.

Cuando interpretas, sea bailando o haciendo teatro, lo mejor es estudiar tu personaje. Su actitud, gestos, movimientos… soltar el cuerpo, sentir al interpretar. Pensar en qué te estás convirtiendo. Sí, parece mentira, pero el papel de puto orco feísimo de Mordor es de los que mejor me ha salido, actuación de la que estoy realmente orgullosa. Ahora, soy una sirena. Un ser mitológico, mágico, y oscuro. Cada una diferente, mi propia personalidad si fuera una sirena. Y soy una sirena embarazada. Y esto me lleva a cuestionarme… ¿esto sería posible?

Siempre he pensado que las sirenas, al tener cola, lo más posible es que pongan huevos. Pero también tienen pechos, por tanto, serían mamíferas. Investigando junto a mis diablos sobre estos temas, buscamos cómo es la vida sexual de los delfines, y es realmente muy curioso. Su sistema reproductor es como el nuestro, los machos tienen pene y las hembras vulva, supongo que será algo diferente, pero la raja ahí está. Quizá parezca que lo tengan más complicado que nosotros, pero… ¿acaso nosotros no podemos echar un polvo en el mar? Porque yo sí he podido, y fue genial.

Siguiendo con el tema, Mandrake nos cuenta que en los caballitos de mar es el macho quien se queda preñado, y también nos muestra que los tiburones, o al menos alguna raza de tiburón, tienen doble pene. Dosde nos habla del percebe, que debe tener un miembro enorme en proporción a lo que es, y flipamos con el miembro de 30 cm de diámetro de la ballena azul, aunque esta vez sí, proporcionado a su tamaño. Grandes curiosidades del mundo acuático.

Entonces, comparando a las sirenas con los delfines, parece que sí podré ser una sirena embarazada. Continúo sumergiéndome en mi personaje…

Próximamente… Sirenymphas.

Foto de portada: Adam Albrec