Intercambio de roles. Hoy: una chica en Tinder
Hieros Gamos
Y sigo dándole vueltas al tema de meterme en la piel de una mujer. después de la experiencia del poledance y con el cuerpo un poco menos maltrecho, esta vez tocaba comprobar como es la experiencia de ser una mujer en apps de ligue como Tinder o Lovoo.
El plan era el siguiente: crearme una cuenta como si fuese una chica para lo cual necesitaba unas fotos. Una encantadora amiga se prestó rauda a ayudarme. Ella vive lejos de mi zona por lo que sería muy difícil que llegase a coincidir con alguno de los contactos que haga (la seguridad es lo primero) Además es guapísima, muy atractiva y un encanto de mujer. Perfecta.
Creo una cuenta en Facebook por si fuera necesario, una cuenta de correo y listo. Ella me pasa unas cuantas fotos, algunas casuales y otras un poco más sexys (hay que echar carnaza para que piquen, o eso pensaba yo…)
Empezamos
Foto: Benny W
Primero me creo una cuenta en Tinder. Subo las fotos, y pongo la más recatada de portada, una en la que salía sonriente y sin demasiada chicha. También subo el resto. Hay que ponerse un nombre y en este caso sería Josune. Listo. Empiezo a dar like a diestro y siniestro y me encuentro la primera sorpresa: nada más empezar ya tengo varios match ¿cómo puede ser posible? en literalmente el primer minuto tenía media docena. Que locura. Yo sigo dando likes a chorrón hasta que se me acaban y los mensajes empiezan a llegar «hola guapa» «que tal preciosa»… de locura.
Yo tenía pensado seguir con esto unos días pero la verdad es que con el primero quedé absolutamente saturado: 90 privados y más de 200 interacciones. Mi teléfono móvil ardía y la sensación de ser carnaza rodeada de hienas hambrientas al grito de «hola preciosa» resultaba abrumadora.
Aún con todo, pasado el shock inicial y reflexionando en frío tengo que romper una lanza a favor de ellos: para empezar no me interesa ninguno, lo que hace que no tuviese ningún tipo de filtro al seleccionarlos ni estuviese deseando charlar. Por otra parte en realidad, la gran mayoría entraba de buenas maneras y sin babear demasiado. La gran mayoría… pero no todos.
El imaginativo
-Te propongo un juego: yo te hago unas preguntas y si no las consigues responder me das tu número de teléfono -Dijo él decidido. Bueno, este al menos parece que le echa imaginación.
-Venga vale…
-Vuela un avión con 500 cajas y se cae una ¿cuantas cajas quedan en el avión? -Se acabó la imaginación…
-Si vuelo el avión no queda ninguna. Ni avión porque habrá estallado todo por los aires…
-No me refería a eso jajaja, quería decir que si el avión está volando
-Nada nada, la pregunta está respondida.
-Bueno vale jajaja, pues la siguiente ¿cómo meterías un elefante en tu frigorífico en tres pasos? -De verdad que se le ha acabado la imaginación…
-Es imposible porque no tengo ningún elefante a menos de tres pasos.
-Que no, que me refiero en tres acciones jajaja
-Se hace en dos sólo: abro la nevera y meto el elefante. Cerrarla es opcional…
El muchacho insistió un largo rato. Mis respuestas eran cada vez más ariscas y contundentes pero parece que no había manera de que lo pillase. Todo eran jajajas. Al final me pide que le haga yo preguntas y como sólo le pregunto chorradas del estilo «¿si insultas o vejas el pastor se enfada?» pues al final el que se enfadó fue él. Me bloqueó y yo descubrí que era muy divertido ser una puta borde. Cada vez entiendo más cosas… jajaja.
Por cierto, que ni tan siquierea era su idea ya que copió tanto la idea como las preguntas de aquí.
El tabletas sobrado
-Te vienes a cenar sushi
Así, sin anestesia ni nada, ni un puto hola guapa primero. Yo me quedo patidifuso y me pregunto si la oración era una imperativa o es que al gachó no le da para usar signos de interrogación. Un guaperas de mentón férreo, músculos de acero, tabletas cuadriculadas y más básico que el tope de una puerta.
-No
-No me creo que una tía como tu me rechace jajaja
-Tambien hay gente que no se cree que el hombre llegó a la luna.
-Creo que eso todo el mundo se lo cree sobre todos los que veis Disney Channel -¿Perdón?
-Tú crees que llegamos a la luna?
-Yo creo que la luna llego a nosotros
-Ooooooh, que románticoNO
y en este momento va el figura y me planta un pantallazo con las conversaciones que tiene con otras chicas… apoteósico ¿se puede ser más sobrado?
-No me puedo creer que seas tan gañán jajajaja
-Ni tú que creas en el hombre… en la luna todavía pero en el hombre…
-Uy, una chispa de ingenio. Cuidado no te quemes…
Seguimos así un rato y al final se ve que la señal le llegó al cerebro y comprendió (tarde) que no estaba coqueteando. Otro que me bloquea…
El Cervantes
Aquí entran muchos de los gañanes que me crucé. Era recibir su primer mensaje y querer arrancarme los ojos y dejar de sufrir. Un pipiolo de 19 años me mandó un mensaje que en cinco palabras tenía dos faltas de ortografía, una gramatical y algo que quiero pensar era simplemente una errata.
Uno de ellos al ignorar su primer mensaje me dice (transcripción libre…)
-No sé para que le das a match si luego no haces caso
-Tu ortografúa me ha echado para atrás
-¿Me vas a rechazar sólo por mi ortografía? -Aquí decido ponerme un poco madre y explicarle la situación
-Mira: recibo como cien privados cada día. Me es imposible contestar a todos y mucho menos profundizar para conocerlos. De ellos, la mitad al menos escriben razonablemente bien así que ahí ya tengo una primera criba. Aparte, tu mensaje es lo primero que recibo de ti y sobre lo que voy a decidirme. Si no eres capaz de esforzarte en cuidar la ortografía en las cuatro palabras que has juntado ¿cómo puedo esperar que te esfuerces lo más mínimo en mi?
Estuve un rato largo charlando con él intentando hacerle entender cual era su error y como mejorar para la próxima. Aún no estoy muy seguro de que lo llegase a comprender…
El empecinado
No me refiero al personaje histórico sino a aquellos tíos que insisten una y otra vez y otra vez y otra vez… da igual lo que hagas (o lo que no hagas) que ellos siguen detrás tuya con más moral que los del Alcoyano.
Mención especial para el que apodé cariñosamente Mi acosador paquistaní favorito. Este elemento me entró el primer día. Me mandó como una docena de mensajes a lo largo de todo el día, mensajes que nunca llegué a contestar. Aún así, tenaz como él solo, ha seguido mandándome mensajes día tras día a pesar de no recibir respuesta alguna. Ahora mismo no he cerrado la cuenta porque me pica la curiosidad saber cuanto tiempo es capaz de seguir.
Lo de que sea paquistaní no es per se un problema añadido pero la falta de dominio de la lengua le daba un toque deliciosamente inquietante a su acoso.
¿De pollas va el asunto?
Foto: Secret ID
Pues fíjate, que yo pensaba recibir una tonelada de fotos de pollas pero no, así de primeras nadie se lanzó a la aventura. Al final del primer día casi me sentí decepcionado. De todos modos no me di por vencido y cuando me entró un cani medio analfabeto con aires de Rocco Siffredi en versión lowcost llamándome princesa decidí que era un ejemplar interesante para intentarlo ¿cuánto me costaría que se la sacase? Pues poco joder, pero muy poco. Sólo fue necesario un «enséñame la polla y si eso ya hablaremos» así, a lo loco. Yo pensé que se iba a dar cuenta pero no, en tres frases tenía mi primer cipote (qué ilusión).
El segundo, uno que no pillaba las indirectas ni con un croquis, al final de su cansinería le dije «Aquí tienes mi email, mándame algo que me sorprenda y si lo consigues, quedamos»… pues no, no me sorprendió ni una gota: la esperada fotopolla al canto y de postre, una foto de sus abdominales… Que poca imaginación.
Pero la palma se la llevó al que apodé «el gatillazos». Imagínate un chaval con pintas de haber recibido todas las tobas del mundo en el colegio, flacucho, orejón, con cara ratonil y me entra:
-Hola guapa, como estás, que morbo me das» -… uf chaval, vas a comer doble ración de palo…
-Tú a mi no
-Eso lo puedo cambiar, cuéntame algo sobre ti bombón… -¿bombón?…uffffff
-No, no lo puedes cambiar.
Reconozco que con este fui muy hijaputa pero es que se lo ganaba a pulso. Cuanto más lo despreciaba más insistía con unos aires de grandeza, «lo vas a flipar conmigo» «que yo puedo estar toda la noche dándote» «soy al hostia follando»... ay pipiolo, no sabes lo que te espera. Con este no tuve paciencia así que en cuanto le vi venir y como con otros pesados le pido una foto del pene y va el muchacho y le da un gatillazo. Al principio pensé que era broma pero no. Aún con todo, seguía insistiendo en sus increíbles dotes amatorias mientras yo me reía a carcajadas. Al final se hartó de mis burlas y me dejó. Fue una lección de humildad que necesitaba el muchacho pero que no aprendió porque pasados dos días volvió a por más con tanto atino que volvió a tener otro gatillazo… ¿pero de dónde ha salido este espécimen? De nuevo se cansó de mis burlas y se fue enfadado. Volvió pasados unos días con la foto ya preparada, es la única lección que aprendió el pobre.
-Mira chico, ahora te voy a explicar una cosa: ninguna mujer está interesada en verte el nabo y ninguna se va a acostar contigo sólo por que se lo hayas mostrado. Si quieres meterte entre las piernas de una mujer primero tienes que ser capaz de meterte en su cabeza
-¿Pues entonces para que me haces perder el tiempo?
Y se fue. Otro que no aprendió nada.
¿Cómo hemos sobrevivido como especie?
De verdad me lo pregunto. Ahora entiendo mejor por que las mujeres a veces son tan ariscas en los menesteres del ligoteo. Hay mucho cansino suelto que hacen demasiado ruido. Entre los saltapollas que te la lanzan a la cara a las primeras de cambio, los aburridos que te dicen todos lo mismo, el que te manda un mensaje y si no le contestas a la media hora se indigna y te pide explicaciones o el que insiste como si no hubiese otra mujer en el mundo… menudo percal, por Tutatis.
A la mierda, me cambio de acera.
Foto: Luigi Di Marino
En 24 horas ya no podía con tanto sinsorgo y decidí que Josune se iba a volver bisexual, en mi perfil centré mi interés en mujeres sólo y entonces llegó la paz. Hay que reconocer que las mujeres entraban de otra manera y eran más selectivas. Las intenciones en general estaban claras y eran las mismas que las de ellos sólo que las maneras eran bastante más discretas y sutiles y el número de interesadas también bajó.
De primeras hay algo que me pareció genial y fue la ruptura de estereotipos: nada de camioneras… bueno, haberlas había pero porque había de todo pero la gran mayoría de chicas eran de lo más normal, personas como tu vecina o tu compañera de trabajo.Lo que sí me resultó chocante es la cantidad de bisexuales que hay. Creo que sólo coincidí con una lesbiana entre todas con las que estuve hablando.
¿Y las parejas?
Había muchas parejas buscando chica para hacer tríos y con las que también pude romper un poco con el estereotipo. No sólo me encontré con gente de cualquier edad sino que sobre todo, las motivaciones fueron lo que más me llamó la atención. Uno esperaba encontrar vicio y depravación y era todo lo contrario, las parejas en su mayoría me hablaban de amor y confianza, de compartir y disfrutar todos juntos. La verdad es que con alguna charlé largo y tendido y me acabaron pareciendo gente genial, muy fresca y sana.
Conclusión
Pues sí, definitivamente el mundo del ligoteo puede ser un territorio complicado si eres mujer y más cuando tus pretendientes cuentan con la inmediatez y el anonimato de estas aplicaciones. Eso sí, cuando comprendes dónde estás y te das cuenta de que en realidad tú como mujer tienes la batuta en la mano, puede ser interesante y divertido.
De todos modos debo decir una cosa, cada persona es un mundo y cada cual entra buscando lo que necesita. Hay quien piensa que esto es para encontrar sexo, hay quien piensa que es para encontrar el amor, hay quien sólo busca amistad y está quien no busca nada y simplemente espera a ver qué encuentra… Me he encontrado personas de todo tipo, algunos eran unos auténticos gilipollas pero otras eran realmente maravillosas con las que lamento no haber podido mantener una relación aunque sea de amistad, así que dentro de estos juegos, tened cuidado porque al final hay mucha gente, muchas emociones y cuando menos te lo esperas le puedes acabar haciendo daño a alguien y esto se trata de que disfrutemos todos.
Foto de portada: Alan Ant